Indiana Pacers ganó otra vida: habrá séptimo juego en la final de la NBA

Andrew Nembhard ataca el aro de Oklahoma.

Foto: EFE - BRIAN SPURLOCK

Los Indiana Pacers cumplieron con su parte y defendieron su casa con autoridad. Con una actuación sólida y colectiva, vencieron 108 a 91 a Oklahoma City Thunder en el sexto partido de las Finales de la NBA y estiraron la serie a un definitivo séptimo juego que se jugará el domingo en Oklahoma. La ciudad de Indianápolis vivió una noche de fiesta y eficacia, en la que su equipo fue superior desde el arranque, anuló a sus rivales durante varios pasajes y dejó claro que no está dispuesto a rendirse sin pelear.

Desde el primer cuarto, Indiana salió a buscar el partido con decisión. Con Pascal Siakam como líder, los locales marcaron el ritmo ante un Thunder errático y desconectado. Tyrese Haliburton, a pesar de sus problemas físicos, fue clave con 12 puntos y cuatro asistencias en la primera mitad, mientras que Andrew Nembhard sumó 10 unidades para completar un primer golpe sólido. También aportaron desde el banco T.J. McConnell y Obi Toppin, con ocho puntos cada uno, junto a los nueve de Aaron Nesmith. Con esta producción equilibrada, Indiana se fue al descanso con una ventaja de 20 puntos, que sería clave.

Del otro lado, Oklahoma mostró su peor cara en la primera mitad. Aunque Shai Gilgeous-Alexander (15 puntos) y Jalen Williams (16) mantuvieron con vida a los suyos en los primeros cuartos, el resto del equipo no respondió. Chet Holmgren apenas anotó cuatro puntos pese a sus siete rebotes, y figuras como Luguentz Dort y Alex Caruso no sumaron ni un solo punto. De hecho, hasta seis jugadores terminaron la mitad sin anotar, lo que reflejó el pobre rendimiento colectivo. El Thunder dependió exclusivamente de Shai y Williams para mantenerse cerca, pero la defensa sólida de Indiana y el nulo impacto de la segunda unidad dejaron una huella profunda antes del descanso.

El tercer cuarto fue una declaración de poder de los Pacers. Con una defensa asfixiante y un ritmo ofensivo imparable, Indiana amplió su ventaja hasta ponerse 90-30, una cifra impactante que marcaba la diferencia real entre ambos equipos en ese tramo del juego. T.J. McConnell, en una noche brillante, se consolidó como figura con 12 puntos, nueve rebotes y gran control del ritmo. Para cerrar el tercer cuarto con broche de oro, Ben Sheppard metió un triple sobre la bocina que levantó al público y confirmó que el partido estaba completamente bajo control.

En el último cuarto, OKC intentó maquillar el resultado con una ofensiva más distribuida. Shai terminó con 21 puntos, Jalen con 16 e Isaiah Joe aportó 11 desde el banco. Jaylin Williams y Hartenstein también sumaron desde la rotación, pero el daño ya estaba hecho. Holmgren, Dort y Caruso se mantuvieron apagados, y las 21 pérdidas de balón del equipo terminaron por sepultar cualquier intento de remontada.

Indiana, por su parte, cerró con una actuación coral impecable. Siete jugadores terminaron con más de 10 puntos: Obi Toppin fue el máximo anotador con 20 unidades, seguido por Nembhard (17), Siakam (16 y 13 rebotes), Haliburton (14), McConnell (12), Nesmith (10) y Sheppard (7). La diferencia en asistencias (22 vs. 12), robos (16 vs. 4) y rebotes ofensivos (11 vs. 5) reflejó el dominio físico e intelectual del juego.

Las estadísticas generales muestran una ligera ventaja en efectividad para OKC (41.3% en tiros de campo frente a 40.4%), pero Indiana tiró más veces, anotó más triples (15 vs. 8) y fue mucho más eficiente en lo colectivo. El partido fue una lección de ejecución, intensidad y determinación. Ahora, con la serie empatada 3-3, todo se definirá el domingo en un séptimo juego donde no habrá margen de error. Ese día, se conocerá al nuevo campeón de la NBA.

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