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Los New York Knicks lo hicieron de nuevo. En un giro tan inesperado como contundente, volvieron a remontar una desventaja de 20 puntos para vencer 91-90 a los Boston Celtics en el segundo juego de la serie, tomando una ventaja de 2-0 antes de volver a casa para el tercer partido en el Madison Square Garden.
Solo habían pasado 48 horas desde que los Knicks lograron la misma hazaña en el Juego 1. Esta vez, la situación era casi idéntica: abajo por 20 puntos, con poco más de tres minutos por jugar en el tercer cuarto, y frente a un equipo que no solo es uno de los favoritos, sino el actual campeón de la NBA. Lo que parecía improbable se volvió realidad otra vez.
Nueva York cerró el juego con una racha demoledora de 38-17, mientras los Celtics colapsaban en el último cuarto, acertando apenas 2 de 15 intentos desde la línea de tres. Jalen Brunson, que tuvo una noche complicada (6 de 19 en tiros de campo y 2 de 9 en triples), volvió a hacerse grande en el momento decisivo: anotó 9 de sus 17 puntos en el último periodo. Pero el héroe inesperado fue Mikal Bridges, quien no había anotado en los tres primeros cuartos y apareció con 14 puntos en el cierre, además de sellar el triunfo con otra jugada defensiva clave.
Del lado de Boston, las estadísticas reflejan la frustración. El equipo terminó con un 36.2 % de acierto en tiros de campo y un pobre 25 % en triples (10 de 40). Jaylen Brown brilló en la primera mitad, pero se apagó cuando más lo necesitaban, acabando con 20 puntos en 8 de 23 lanzamientos. Jayson Tatum tuvo una noche para el olvido: 13 puntos, 5 de 19 en tiros y una pérdida crucial en la última posesión del partido.
La serie viaja ahora a Nueva York, donde los Knicks buscarán aprovechar el impulso y el apoyo del Garden para poner contra las cuerdas a unos Celtics que, de momento, lucen irreconocibles.
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