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El fútbol encierra historias cargadas de sacrificio. Nadie se duerme en su cuerpo común y corriente y al otro día amanece como Valderrama. Lógico. Para llegar a la plataforma de figura en un mundo competitivo, en la mayoría de los casos se necesita sangre, sudor y lágrimas. Si habrá llorado James Rodríguez, ese chico que ahora sonríe frente a El Espectador.
“Fueron momentos difíciles. El año pasado, cuando pasé solo mi cumpleaños, me pegó duro. Pensé en dejar todo y volverme a Colombia. Pero me hicieron saber que uno no consigue las cosas de un día para el otro. Y me convencieron de quedarme acá”. El que habla es una de las mayores promesas del fútbol colombiano, el jugador extranjero más joven en debutar en el fútbol argentino. Lo hizo hace una semana, con la camiseta de Banfield ante Godoy Cruz. Y, rápidamente, mostró sus condiciones. A los 17 años, James se ganó un lugar por el que luchó.
Cae el atardecer en Buenos Aires y el pibe sonríe por los recuerdos prematuros. La cita es en Banfield, una localidad del sur del Gran Buenos Aires, a 20 kilómetros de la ciudad. Y el club para el que compite James tiene el mismo nombre. Aquí llegó el año pasado, después de una campaña sensacional en Envigado.
¿Qué lo motivó a venir a Argentina, dejar Envigado, donde jugaba en Primera, para sumarse a las divisiones inferiores de Banfield?
Sabía que era un paso importante dejar mi país para jugar en uno de los campeonatos más importantes de Suramérica. Por eso no dudé cuando me brindaron la oportunidad.
Algunos jugadores, como el caso de Radamel Falcao, vinieron a un club grande como River. Banfield es importante, pero no tanto como River o Boca. ¿Qué lo empujó a elegir este equipo?
Boca me quería, pero la oportunidad de Banfield no me hizo dudar. Sabía lo que era Banfield, un club que en los últimos años creció y no lo pensé dos veces.
Su estreno
Durante un mes, James se entrenó con la Cuarta División y, pronto, el técnico decidió subirlo a Primera. Eso sí, primero realizó un proceso de adaptación física. Y este año, Jorge Burruchaga, campeón del Mundo con la selección de Argentina en 1986, le dio la oportunidad. Ingresó a los 33 minutos del segundo tiempo del partido ante Godoy, en reemplazo de Nicolás Bertolo.
¿Sabía que con 17 años se transformó en el extranjero más joven en debutar en Argentina?
Lo sabía, porque aquí los medios lo destacaron. Para mí, más allá de ese dato estadístico, fue un paso importante, un orgullo.
No llegó al récord de Juan Berrud, quien a los 14 años debutó en la Primera de Temperley el 14 de noviembre de 1942 y desde entonces nadie superó su marca. La más cercana referencia es Sergio Agüero. El Kun tuvo su bautismo a los 15 años con Independiente.
Con el fútbol en los genes
Lo que se hereda, no se roba, dicen en Argentina. James tiene fútbol en su ADN. Se lo transmitió su padre biológico. También llamado James, pero volante central, jugó en la selección juvenil, Tolima y América, entre otros. Su relación es un poco “fría”, pero de vez en vez habla con él. Él reconoce como su padre a Carlos, el marido de su mamá, Pilar. Él lo crío desde los tres años y lo impulsó a dedicarse al fútbol. “Siempre me gustó jugar. Desde los cuatro años que lo hago. Fue importante el técnico Yul Calderón, en Cúcuta. Después, jugué el torneo Pony Fútbol a los 12 años y ahí me echaron el ojo en Envigado”, cuenta.
¿Quién es su referente?
Yo no me reflejo con nadie. No hay un jugador que diga, qué fenómeno en mi posición. No hay nadie especial.
¿Cuánta importancia tuvo la presencia de Jairo Patiño, ahora en San Luis de Potosí, México?
Mucha. Él fue uno de los que me abrió las puertas. Hablé con él, me dijo que estuviera tranquilo, que esto es un proceso y que era muy joven.
Un pibe en buenos aires
James vive en Palermo, un barrio céntrico, con mucha oferta gastronómica. El club le alquiló un apartamento para que pudiera estar cómodo y en estos días está llegando su familia a Buenos Aires para que no se sienta solo. Claro que los
primeros días en el país no fueron sencillos. Para nada. No podía ver la sonrisa fresca de su hermanita, Juana Valentina, ni recibir el cariño de su madre, Pilar, ni el consejo de su padrastro, Carlos. “Todo fue muy duro cuando llegué. Extrañaba a mis padres, mi país... La familia era lo que más me hacía falta, pero a medida que pasó el tiempo, me fui acostumbrando”, dice.
Ahora James puede animarse a soltar una carcajada. Porque el año pasado estuvo a punto de irse. ¿A cuántos minutos estuvo de subirse a un avión?
La verdad, a pocos. Me agarró una tristeza grande. Pero por suerte, me quedé acá.
El chat, el teléfono y la televisión lo mantienen conectado a Colombia. Pero a pesar de la nostalgia, ya no quiere volver. “Mi idea es afianzarme en Primera, jugar en algún club grande de acá y seguir mi carrera en Europa”.
Llega la hora de las fotos y James duda. Es que no quiere que lo vean pelado. Su nuevo look no es producto del verano. Lejos de ser ‘fashion’ como la cresta que lucía en 2008, por formar parte de la pretemporada, lo raparon. Al cabo, es uno de los rituales que existe en el fútbol argentino. El coiffeur fue Christian Lucchetti, el arquero. De todos modos, accedió a la producción. Y con una sonrisa, comentó: “Ya me va a volver a crecer el pelo”. Seguro, James.
Nace hijo de Agüero, nieto de Maradona
El hijo de Sergio Agüero y Giannina Maradona nació ayer en un hospital de Madrid. Es el primer hijo del delantero argentino del Atlético de Madrid y el primer nieto de Diego Maradona. “En la tarde del jueves 19 de febrero nació Benjamín. El parto se desarrolló con normalidad y el pequeño y su madre, Giannina Maradona, se encuentran en perfectas condiciones”, anunció el Atlético de Madrid.