James, genio y figura

Antonio Casale
28 de enero de 2020 - 03:00 a. m.

Lo de James se convirtió en paisaje. Ya no es noticia que juegue aunque lo haga poco. Lo pusieron a mitad de semana por Copa del Rey contra el desconocido Unionense de Salamanca y, como ha sido su costumbre en los últimos tiempos, no pudo brillar.

Ya ni siquiera se ven los adjetivos en redes contra Zidane por odiar a Colombia o al propio James David. El tiempo se ha encargado de demostrar que la culpa no era del entrenador ni del esquema de juego. Los fríos números demuestran que su fútbol ya no es influyente para su equipo.

Es evidente que queriendo acertar ha tomado decisiones equivocadas. La última fue no quedarse en Bayern Múnich, un lugar en el que, a pesar de no haber podido encontrar su mejor versión, podía jugar. Es cierto que vivir en territorio bávaro no es tan divertido como hacerlo en Madrid y solo él y su entorno sabrán cuál fue la motivación para volver a la casa blanca, pero el Bayern es de élite mundial, pelea Champions y es un buen lugar para hacer una carrera brillante. Otros expatriados del Madrid, como Arjen Robben, lo han demostrado.

Pero el punto ahora es saber si James es realmente importante para la selección o si, por el contrario, convocarlo sería un problema. Más allá de cualquier consideración emocional, lo que hemos visto de James las pocas veces que ha saltado a la cancha en esta temporada es que está en un nivel muy bajo de juego.

Si no se llamara James Rodríguez ni siquiera habría discusión. No habría razón para traerlo. Es un suplente de tercer orden de uno de los mejores equipos del mundo. Ahora, en tiempos de Pékerman no importaba. El argentino armó un equipo basado en sus individualidades y cuando James se ponía la amarilla se transformaba.

Pero los tiempos han cambiado. Queiroz quiere hacer un equipo basado en lo colectivo, tácticamente aplicado y que no dependa de actuaciones personales. Por diversas razones, entre lesiones y permisos, James no ha trabajado con el portugués y lo que sigue es el comienzo de las eliminatorias.
No traer a James para esa convocatoria sería impopular para un técnico que todavía no se mete en el corazón de los colombianos. Traerlo y no ponerlo podría ser perjudicial para la convivencia del grupo. Traerlo y ponerlo sería improvisar. Como sucede con todos los genios, contar con James puede ser tan bueno como problemático.

 

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