John Jaime González: El creador de las estrellas

John Jaime González dirige hace dos décadas a los mejores ciclistas de pista en el país.

“El que peca y reza, empata”, dice el dicho popular, y es la metodología que ha regido la vida de John Jaime González, entrenador de la selección colombiana de ciclismo, menos cuando se trata de competir. Por ejemplo, se ha ganado 21 medallas en grandes eventos mundiales de pista como director técnico, pero ha perdido la batalla al dejar la Coca-Cola, que ahora considera como su vicio.

Asimismo, pecó, rezó y empató cuando fue el mejor estudiante del colegio militar en el que estudió, aunque por necio se quedaba una hora más haciendo oficio en salones enormes. Y cuando se negaba a ser técnico de otros deportistas, porque él solía zafarse de situaciones incómodas de sus entrenadores con mentirillas y ahora es él quien escucha más de una excusa poco creíble.

Aunque su primer acercamiento al deporte no fue común, porque la primera vez que se montó a una bicicleta fue para huir de los regaños de su mamá, John Jaime nunca pensó que toda su vida iba a girar en torno a marcos y llantas. El querer cumplirle un deseo a su papá fue lo que hizo que se “enchuquizara” (como dice para expresar obsesión) con el ciclismo. Este fue quien lo inscribió en una carrera, cuando tenía 15 años. Además, le explicó cómo ganar.

Se llevó una medalla y un hombre lo invitó a ser parte de un club. “Le respondí: ‘Es que esto no me gusta, pero intentémoslo a ver qué’. Vine a la Liga y gané. Fui al Campeonato Nacional y gané. Ahí, pensé: ‘Ehh, pero será que esto es lo mío’, y empecé a trabajar duro”, comentó El profe.

Después vinieron patrocinadores que le empezaron a pagar un salario mínimo, que para la época eran $27.900, los que le entregaba a la mamá. Ella le devolvía $200 para entrenar, lo que hoy vendrían siendo casi $7.000. Sin embargo, nunca gastó nada de eso, porque pensaba que de a pocos podría ahorrar para regalarle una casa a su familia. El cambio en su carrera vino cuando se convirtió en lo que prometió evadir: ser entrenador, cuando el salario era poquito, el pago llegaba tres veces al año y ya tenía un hijo.

Diego Palacios, exdirector de Coldeportes, le ofreció una beca para estudiar dirección técnica en España. Su esposa le dio luz verde y se fue. Al volver a Colombia terminó ocupando el puesto de seleccionador nacional y experimentó la victoria desde el otro lado de la historia. El primer gran éxito obtenido fue fruto de una concentración de 40 días en Bogotá, para que posteriormente sus ciclistas brillaran en la Copa del Mundo de Pista en Cali, en la que demostró su valor como entrenador. Cuando de competir se trata, todo lo demás pasa a un segundo plano y el objetivo se apodera de la mente de John Jaime, al punto de que dejó pendiente un divorcio para ir a unos Panamericanos. “Tengo la metodología del lócker. Cuando llegas a la pista, lo abres y dejas los problemas de la casa ahí. Sales de entreno, dejas los disgustos del deporte ahí, tomas los de la casa y te vas”, contó González.

Y ha sido muy exitoso en el ciclismo de pista, especialmente este año con sus pupilos Martha Bayona, Kevin Quintero y Juliana Londoño, presente y futuro del pedalismo nacional.