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A toda velocidad. Así se encuentra trabajando José Pekerman. Delineando su cuerpo técnico, que ya cuenta con Néstor Lorenzo y Pablo Garabello como ayudantes de campo, y preparando el viaje a Bogotá para la presentación de rigor. En la noche del lunes, sin ir más lejos, sostuvo una reunión con su entorno para terminar de definir esta cuestión. Bajo esta coyuntura, el seleccionador de Colombia aún no ha tenido tiempo para elaborar su primera convocatoria, prevista para el juego que la tricolor deberá jugar ante México, el 29 de febrero en Miami. Pero hay una cuestión básica: como en los tiempos de El Pibe Valderrama, el equipo volverá a jugar con un 10 en estado puro.
Juan Román Riquelme es el jugador fetiche de José, quien siempre observó en el enganche xeneize ese plus necesario para llevar a cabo su idea en el fútbol. El DT argentino es de la vieja escuela y le gusta que sus equipos dejen una huella desde el caudal técnico de sus futbolistas, con posesión y pases cortos hasta zona de definición, donde busca contundencia.
Fue Pekerman quien hizo debutar a Riquelme en la selección juvenil con la 10 y fue este crack, que hoy tiene 33 años, el que la rompió en el Sudamericano Sub-20 de Chile, en 1997, y en el Mundial de Malasia de ese mismo año. Román también utilizó ese número mágico, casi una marca indeleble en la espalda de Diego Armando Maradona, durante Alemania 2006, cuando Pekerman se hizo cargo de la absoluta, en la que su 10 era “mejor que Ronaldinho”.
A fin de cuentas, toda una declaración de principios. Está claro, entonces, que José volverá a las fuentes. Y si Román fue una figura destacada durante su ciclo en la selección de Argentina, ¿ahora la responsabilidad será de Giovanni Moreno, el talentoso 10 de Racing de Avellaneda? Los indicios parecen indicar que sí.
José ve en Gio a un potencial Riquelme, salvando las distancias, por las condiciones naturales del antioqueño. Consciente de que la rotura de ligamentos que sufrió en febrero del año pasado no lo dejó exponer su mejor nivel en el Apertura 2011, lo irá llevando de a poco, sin apuro. Y para su tranquilidad, lo tiene a mano, en su propio país, con todo lo que eso significa, ya que Pekerman tiene su base de operaciones aquí, al margen de que es casi un hecho que viajaría a Europa para charlar con los futbolistas que juegan en el exterior, como Falcao García, por citar el caso más emblemático.
“Hacen falta rebeldes como Riquelme, que defienden el fútbol que sienten”, había dicho el estratega argentino cuando dirigía la selección albiceleste. Esa rebeldía observa en Gio, quien se ha confesado como un profundo admirador de Román y tiene un estilo con ciertas similitudes, más allá de las diferencias que marcó Alfio Basile, DT de la academia. “Gio no es enganche ni es conductor, pero tiene talento y los tipos con talento si empiezan a agrandarse... Creo que él todavía no está muy bien. Tuvo bajones físicos. Ahora, lo tenemos que poner bien y tiene que jugar los 90 minutos a morir. Tiene gol, pelota parada y mucha técnica. El talento no se compra en ninguna farmacia”, dijo El Coco, un hombre que peina canas y coincide con Pekerman, lo que representa un beneficio para el técnico de la selección de Colombia.
Sabe que su colega va a tener trato preferencial con el 10, así como con Riquelme cuando El Coco dirigía la albiceleste. Sin ir más lejos, el martes, en el primer amistoso del verano, Moreno jugó 45 minutos y fue reemplazado en el segundo tiempo.
Ariel Ibagaza, Pablo Aimar, Andrés D’Alessandro y Leandro Romagnoli fueron los creativos de los diferentes ciclos de José en los distintos juveniles argentinos. Y si hubo una razón fundamental por la que el técnico argentino decidió aceptar el cargo del que fue despedido Leonel Álvarez se debió a la capacidad técnica del jugador colombiano. Gio es uno de los que más le gusta, no hay duda.
Pero hay otros dos que tiene muy presentes: Freddy Guarín y James Rodríguez. Al primero lo refleja como un complemento de Moreno. Serán claves para que el país vuelva a mostrar cualidades de otros tiempos, esos que fueron mejores, y pueda terminar con su ostracismo mundialista.
Con un 4-3-1-2 como base, enterrando el 4-1-4-1 de El Bolillo Gómez y Leonel Álvarez, sin descartar el 4-4-2, claro. José es un fanático del buen fútbol. Y Giovanni le da eso, justamente.