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Todos los logros del cucuteño Jossimar Orlando Calvo Moreno son impresionantes. Pero lo que más me impresionó cuando lo conocí en 2011, con 17 años y convertido ya en una revelación de la gimnasia, fue estrechar sus manos y sentir la fuerza descomunal de ese joven tímido y de un poco más de 1,60m de estatura. Era como saludar a un niño de piedra. Y, como lo demostraría en los años siguientes, de piedra también es su convicción, su inquebrantable voluntad por hacerse mejor cada día, no sólo en el deporte.
Cuando Jossimar asistió a la ceremonia del Deportista del Año en 2011, no habían pasado seis meses desde que los colombianos viéramos por televisión como triunfaba en México: en la general individual obtuvo la primera medalla de oro para un gimnasta colombiano en los Juegos Panamericanos, dejando en segundo lugar a quien es considerado uno de los mejores gimnastas que ha dado el país, Jorge Hugo Giraldo. Hasta Jossimar estaba sorprendido de su propio potencial, era un novato juvenil ganándoles a los mayores.
En estos cuatro años que han pasado, Jossimar se ha convertido en el rey de la gimnasia. Basta con mencionar los logros de este año: en abril se coronó en Eslovenia campeón de la Copa del Mundo en barras paralelas, por lo que es considerado el mejor del planeta en esta modalidad. En julio se convirtió en el deportista colombiano más premiado en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá, con tres oros y dos bronces, ganó medallas en todas las pruebas en las que participó. Aunque no le fue bien en octubre en el Mundial de Glasgow, Escocia, con el equipo colombiano, luego arrasó en los vigésimos Juegos Nacionales Tolima-Chocó 2015, llevándose siete medallas de oro y repitiendo el trono de hace tres años.
Así, Jossimar ha llegado a superar a su ídolo, Jorge Hugo Giraldo, y se convirtió ya en el gimnasta colombiano más premiado de todos los tiempos. Así también ha logrado ayudar económicamente a su familia, que tiene su origen en un barrio humilde de Cúcuta, y pagar sus estudios universitarios, y estrechar las manos de personajes que nunca imaginó: desde los deportistas más emblemáticos del país hasta los más altos personajes de la política admiran su esfuerzo, su disciplina, y están deslumbrados con las capacidades de este pequeño gigante. Jossimar se convierte en un ícono para todos y en la última ceremonia del Deportista del Año fue el más votado por los usuarios de El Espectador.com.
Pero nada de lo anterior ha sido suficiente. Hoy, a sus 21 años, el cucuteño sabe que tiene una carrera por delante y mantiene esa inquebrantable voluntad y esa obstinada disciplina que lo llevarán aún más lejos. Con más de un centenar de medallas de oro, innumerables trofeos, viajes deportivos por México, Japón, Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela, Puerto Rico, Holanda y Perú, entre muchos otros, conserva la humildad con la que creció y sigue entrenando seis o siete horas diarias, acatando rigurosamente los consejos de su entrenador, Jairo Ruiz Casas, quien es “un poco regañón”, pero le ha enseñado a ser “correcto y perseverante”, dice Jossimar.
Ahora, el niño de oro de la gimnasia se prepara para enfrentar grandes desafíos en 2016. Primero, se enfocará en el chequeo nacional que entregará las dos plazas del Preolímpico y luego buscará la clasificación hacia los Juegos Olímpicos de Río-2016. La meta es la misma que siempre tiene en la cabeza: dar lo mejor de sí mismo.