
Francia llevaba 23 años sin tener campeón mundial de la prueba de fondo. Este domingo, en Ímola, Julian Alaphilippe lo consiguió. / AFP
Foto: AFP - MARCO BERTORELLO
Aunque cada vez son menos, se siguen haciendo notar en el pelotón internacional. Los ciclistas arriesgados, audaces, esos que atacan de lejos y muchas veces se quedan a las puertas de la victoria, son una especie en extinción, pero sigue viva.
Así lo han demostrado en las últimas semanas el esloveno Tadej Pogacar, reciente ganador del Tour de Francia, y el francés Julian Alaphilippe, quien ayer se coronó campeón mundial de la prueba de fondo, en Imola (Italia).
Nacido el 11 de junio de 1992, en Saint-Amand-Montrond, Loulou, como le dicen (hoy...
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