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Julian Alaphilippe, de mecánico a campeón mundial

Amante de la música, el pedalista francés, que comenzó en el bicicrós, logró este domingo su consagración definitiva. Un guerrero, un irreverente de los que ya casi no existen en las carreteras.

Redacción Deportes

27 de septiembre de 2020 - 07:29 p. m.
Francia llevaba 23 años sin tener campeón mundial de la prueba de fondo. Este domingo, en Ímola, Julian Alaphilippe lo consiguió. / AFP
Foto: AFP - MARCO BERTORELLO
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Aunque cada vez son menos, se siguen haciendo notar en el pelotón internacional. Los ciclistas arriesgados, audaces, esos que atacan de lejos y muchas veces se quedan a las puertas de la victoria, son una especie en extinción, pero sigue viva.

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Así lo han demostrado en las últimas semanas el esloveno Tadej Pogacar, reciente ganador del Tour de Francia, y el francés Julian Alaphilippe, quien ayer se coronó campeón mundial de la prueba de fondo, en Imola (Italia).

Nacido el 11 de junio de 1992, en Saint-Amand-Montrond, Loulou, como le dicen (hoy con 1,73 metros de estatura y 62 kilogramos de peso), había anunciado que atacaría en el último ascenso de la carrera, a doce kilómetros de la meta. Lo hizo con convicción. Logró sacarles diez segundos de ventaja a seis perseguidores y mantuvo esa diferencia hasta que ingresó al autónomo Dino y Enzo Ferrari, en cuya pista se supo campeón.

El valiente pedalista del equipo Deceuninck Quick-Step coronó así un estupendo trabajo de sus compañeros de la selección gala, quienes en la penúltima vuelta acabaron con una fuga y le dejaron todo servido para el remate. Antes, Pogacar había atacado, pero el grupo, liderado por el equipo belga y tras una larga persecución, lo alcanzó, justo antes del arranconazo de Alaphilippe, que llegó en solitario a la meta y fue escoltado, a 24 segundos, por el belga Wout van Aert y el suizo Marc Hirschi, quienes completaron el podio. El mejor colombiano en la prueba fue Rigoberto Urán, en el puesto 24.

Con este título mundial, el francés sigue ampliando su rico palmarés en pruebas de un día, pues había ganado la Milán-San Remo 2019, la Flecha Valona en 2018 y 2019, la Clásica San Sebastián 2018, además de los títulos de importantes carreras de una semana, como el Tour de California 2016, la Vuelta a Eslovaquia 2018 y la Vuelta a Gran Bretaña 2018. Como si fuera poco, ha ganado etapas en la París-Niza, la Vuelta al País Vasco, el Criterium del Dauphiné, la Tirreno-Adriático, el Tour del Ain, la Vuelta a Colombia y la Vuelta a San Juan.

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En las Grandes Vueltas también ha brillado. Ha logrado cinco victorias parciales en el Tour de Francia, una de ellas este año. Además fue líder durante 17 días en 2019 y en tres jornadas en este 2020. Fue el mejor escalador en 2018. En la Vuelta a España ganó una fracción en 2017.

“Era el sueño de mi carrera. No puedo explicar mis sentimientos. He trabajado muy duro para esto y no tengo más que agradecimientos para todo mundo”, dijo emocionado el héroe que rompió con la sequía francesa y se puso la camiseta arcoíris. El más reciente pedalista galo campeón Mundial había sido Laurent Brochard, en San Sebastián (España), en 1997.

Tal como lo hizo hace tres semanas, al ganar una etapa en Niza y convertirse en líder del Tour de Francia, Alaphilippe no pudo contener las lágrimas al acordarse de su padre, Jacques, fallecido en junio pasado. “Fue mi principal apoyo, mi amigo, mi compañero. Esta victoria es más de él que mía”, admitió.

Julian heredó de su papá, que era baterista, el gusto por la música. Le encanta la percusión y escucha reguetón. Le gusta J Balvin y se sabe algunas de sus canciones, así no entienda la letra. La repite y mantiene el ritmo. Estudió solfeo, pero su padre tuvo que sacarlo porque era hiperactivo y molestaba a los demás niños de la academia. Después de acabar la secundaria fue mecánico de bicicletas y comenzó a entrenar bicicrós para ganar dinero, porque tenía la fantasía de comprar un Porsche. Años después, el ciclismo y su estilo le han permitido cumplir con todas sus metas y enamorar a quienes añoran las gestas del deporte, esas que logran los irreverentes, los arriesgados, los campeones como él.

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