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La rusa Yelena Isinbayeva está sola en el parque. No tiene ninguna rival que le pise los talones y por eso al comienzo de esta temporada, cuando anunció sus metas, se refirió a los nuevos récords que quiere imponer en el salto con pértiga, tomando como referencia al más grande de este especialidad entre los varones, Sergei Bubka, retirado hace 12 años.
Las cifras son contundentes. Yelena quiere alcanzar las 35 marcas mundiales (17 al aire libre y 18 en pista cubierta) que Bubka dejó para la historia. Y para ello, desde el año pasado contrató al entrenador del ucraniano, Vasily Petrov, con quien ha perfeccionado su ya lograda perfección.
Y la rusa, de 26 años, sí que cumple lo que promete. La semana pasada, en Donetsk (Ucrania) —en su primera prueba del año—, rompió dos veces su marca en pista cubierta, al superar el listón en 4,97 metros y luego en 5,00, con lo que llegó a 26 récords mundiales y quedó a nueve de Bubka, que podrá superarlos en los cuatro años siguiente, plazo en el cual ella planea retirarse.
Y aunque llegar al salto récord que dejó Sergei de 6,14 es toda una utopía, Isinbayeva aspira a dejar en 2013 sus registros mundiales en 5,20 al aire libre (actualmente está en 5,05) y 5,15 bajo techo (el de hoy es de 5).
Yelena no sólo acaba de batir una marca deportiva: también lo logró en lo económico, al firmar un jugoso contrato con la empresa china de ropa deportiva Li Ning que, según la agencia Reuters, le pagará durante cinco años 1,5 millones de dólares.
La gran incógnita del mundo del atletismo ante la fama y el poderío de la rusa es saber cuál es su secreto, a lo que Yelena explica sin más rodeos: “duermo nueve horas por la noche y luego me doy una siesta de dos horas durante el día”. Claro, más una intensa rutina de entrenamiento. “La verdad es que estuve a punto de ser gimnasta, en vez de atleta. La gimnasia constituye el 60% de mis éxitos”, le contó a la agencia EFE.
¿Y cómo maneja la concentración en los momentos de mayor tensión? Para esta pregunta también hay una respuesta sencilla: “Pienso en el libro que estoy leyendo o en cualquier otra cosa. Nunca pienso en el propio salto”. Y aunque los aficionados pueden verla como una extraterrestre, debido a su supremacía, lo cierto es que Isinbayeva se muestra ante los medios como una mujer de carne y hueso: “Soy normal, como todos ustedes. Me gusta descansar y pasear por el parque. Me encanta el apoyo que me manifiestan por carta o por e-mail, sobre todo cuando me dicen que quieren saltar pértiga para ser como yo. Me encantan los niños y espero seguir activa hasta 2013 y luego transmitir mi experiencia a los jóvenes”, remata la reina del cielo.