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La flecha veloz del largo aliento

Con 2:02:57, el keniano es el único hombre capaz de correr el maratón en menos de 2 horas, tres minutos. Cuenta que antes de ser atleta era agricultor y que el deporte lo sacó de la pobreza. Ahora vive con su esposa y su hijo.

Ricardo Ávila Palacios*

23 de noviembre de 2014 - 09:14 p. m.
Dennis Kimetto cruza victorioso la meta, en el maratón de Tokio-2003. / AFP
Foto: The Yomiuri Shimbun - JUN YASUKAWA
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A sus 30 años Dennis Kipruto Kimetto logró con sus poderosas zancadas, oxigenadas por un corazón aún más potente, inaugurar una nueva era en el atletismo mundial: el 28 de septiembre de este año, el keniano se convirtió en el primer hombre en correr un maratón (42,195 kilómetros) en menos de dos horas y tres minutos. Una hazaña que consiguió al coronarse victorioso en el maratón de Berlín, con un tiempo de 2:02:57. Es decir, recorrió cada mil metros a un promedio de 2 minutos y 55 segundos, equivalentes a darle vueltas a una pista de 400 metros a 1 minuto y 10 segundos por giro, para un total de 405,5 vueltas.

Su gesta le dio la vuelta al mundo y revivió la importancia del proyecto 1:59:59, que busca que un ser humano corra esa distancia en menos de dos horas. El etíope Haile Gebrselassie, uno de los mejores exponentes en la historia del fondismo (dos récords mundiales y primero en romper la barrera de las 2 horas, cuatro minutos, con 2:03:59), lidera una de esas iniciativas con el objetivo de alcanzar ese sueño en los próximos cinco años. Ya veremos si lo logrará, porque el asunto requiere una cuantiosa inversión de largo aliento para apoyar a un equipo de científicos y deportistas.

En charla con El Espectador, Kimetto dice que ese objetivo se alcanzaría, pero en el largo plazo. Transmite alegría por sus logros deportivos y económicos, pues fue un niño que no pudo terminar la escuela por la falta de dinero de sus padres. “Ahora estoy feliz de poder ayudarlos”, comenta, y recuerda que antes de ser atleta se dedicaba a la agricultura. Este sencillo hombre comparte hoy su vida con su esposa Caroline, con quien tiene un niño llamado Alfa Kibet.

¿Quién lo descubrió?

Mi compatriota Geoffrey Mutai, también maratonista y en su momento marca del mundo.

¿Cómo fue su infancia?

Me crié en Kamwosor. Yo vivía con mis padres. Por desgracia no pude terminar la escuela, porque mis padres no tenían suficiente dinero para pagarme la educación. Ahora estoy muy feliz de poder ayudarlos a ellos y a mis hermanos (son siete).

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¿Cómo es su familia?

Estoy casado con Caroline y tenemos un hijo llamado Alfa Kibet.

Como en su caso, ¿los niños de Kenia llegan al atletismo para solucionar sus carencias económicas?

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Así es.

Antes de ser atleta ¿de qué vivía usted?

Yo era agricultor.

¿Ahora puede vivir del atletismo?

Sí, vivo de correr.

¿Hay en Kenia escuelas de fondistas que patrocina a los atletas o cada quien entrena por aparte?

Sí existen escuelas de atletismo pero ahí se practica sobre todo la ejecución del ejercicio físico. La verdad es que la gran mayoría se entrenan por su cuenta.

 ¿A qué atribuye que en Berlin usted corriera la primera mitad del maratón en 61:34 y la segunda en 61:45 (33 segundos menos), si en los últimos kilómetros iba solo?

Yo había planeado correr de esa manera porque sabía cómo era ese trazado. Ahora, luego de eso yo creo que puedo correr unos segundos más rápido. Estoy feliz con lo que hice porque di el ciento por ciento ese día y porque el clima fue muy bueno, el ritmo de grupo fue bueno y es gracias a ellos también que todo pasó así.

 Desde la aparición en el fondismo de Bikila, Wolde, Gammudi, Keino… África domina el fondismo mundial. ¿Cree que existen condiciones especiales raciales o de altitud que Europa y América no tienen?

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Sí, sinceramente yo creo que nuestros cuerpos son especiales. Los europeos y americanos no tienen esas condiciones. Claro que entrenar en altura contribuye a que ellos puedan tener mejores resultados en las competencias.

¿Cuál es el medio ideal para correr un maratón (por topografía y condiciones ambientales)?

Para el entrenamiento es recomendable una gran altitud en un entorno montañoso, así los músculos se pueden trabajar mejor y el cuerpo se acondicionará de forma óptima. Para preparar una carrera lo mejor es correr en un campo llano, de baja altitud (nivel del mar) y una temperatura entre los 11 y 16 grados centígrados.

¿Cuál es su carga de entrenamiento durante una semana?

Tengo una carga de entre 16 a 200 kilómetros por semana, eso depende de qué tan cerca esté mi participación en una carrera. También hago hillsearching, lo que significa que subimos colinas empinadas, una vez a la semana. Todos los demás trainingsessions también incluyen tramos montañosos.

¿Le preocupa el tema del dopaje en algunos atletas de Kenia?

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Siempre me mantengo informado sobre lo que está pasando en el mundo del atletismo, sobre todo cuando se trata de compañeros atletas de Kenia, y siempre quiero que los deportes se practiquen de manera limpia.

¿Mientras está corriendo los 42.195 metros de un maratón tiene tiempo de pensar en algo distinto a correr?

El único pensamiento que cruza por mi mente es acabar de la mejor forma una carrera. Nada más...

¿Qué tan lejos estamos de correr el maratón en menos de dos horas?

No creo que suceda en el corto plazo, pero todo indica que en el futuro será así.

¿Cree que algún día las mujeres correrán el maratón más rápido que los hombres?

No creo.

¿Cuáles son sus objetivos para 2015?

Mi objetivo principal es continuar superándome a mí mismo.

 

ravila@elespectador.com

@ricardoavilapalacios

 

* Traducción de Luis Guillermo Montenegro.

Por Ricardo Ávila Palacios*

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