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La única cábala de Milton Fabián Rodríguez en el fútbol es salir a la cancha con el pie derecho. Y es zurdo. Al caleño, de 35 años de edad, goleador del Torneo Apertura 2012 con Atlético Huila, no le ha fallado la superstición. De ahí que en su carrera, en la que ha jugado en once clubes de cuatro países, sume 174 goles.
Inició su camino en la escuela Sarmiento Lora de Cali y fue dirigido en varias ocasiones por Reinaldo Rueda en las selecciones del Valle. Fue el actual técnico de Ecuador quien luego lo hizo debutar en un juego contra Atlético Huila, en Neiva, hace 13 años con Cortuluá, en el que actuaban Carlos El Chileno Molina, Armando El Pollo Díaz, Sergio Checho Angulo y Manuel Rincón.
“El debut nunca se olvida, es un sentimiento inigualable”, dice este goleador, que después pasaría por clubes de Australia, Corea del Sur y Estados Unidos, y se vistió con la camiseta de la selección de Colombia en 2004, en un juego contra Paraguay por las eliminatorias a Alemania 2006.
Milton Rodríguez, padre de dos hijos e hincha del Deportivo Cali, confiesa en un mano a mano que en la cancha lo subestiman por su edad, que lucha por llegar a marcar 200 goles en su carrera y que después del retiro se convertirá en técnico.
¿Le alcanza para superar a Sergio Galván Rey, goleador de la historia del rentado, con 224 tantos?
Estoy seguro de que puedo marcar unos cuantos más. Me siento bien físicamente, con mucha energía, a pesar de que sé que ya me quedan sólo un par de añitos como futbolista. Antes de eso, quiero llegar a los 200 goles en mi carrera.
¿Y ha pensado en qué hacer después del retiro?
Continuar con el fútbol. Empezar a dirigir divisiones menores, estudiar. Quiero poner en práctica todo lo que he aprendido durante estos años. Lo que me dio el camerino. Eso no lo enseñan en ninguna universidad. El 80% de mi vida ha sido este deporte y quiero seguir vinculado.
¿Cuál fue el técnico que más lo marcó?
Uno aprende de todos y hay algunos con los que te sientes más identificado. Para mí fue muy especial Reinaldo Rueda, porque él me hizo debutar en primera división con el Cortuluá (1999) y también en la selección de Colombia (2004), que fue muy especial a pesar, de que esa camiseta fue la única con la que no marqué en mi carrera.
En ese partido sólo jugó unos minutos nada más...
Pero casi la meto en esos 10 minutos. Son recuerdos inolvidables porque uno sueña con eso desde niño. Reinaldo me llamó, me pidió movilidad y media distancia. Me puse esa camiseta y sentí algo inigualable. Estar en la selección, disfrutar esas comodidades y la energía de todo un país, fue muy lindo.
¿Fue justo que se marchara Rueda, tras no clasificar finalmente al Mundial?
Lo de Reinaldo no fue ni por regionalismos ni por roscas, sino porque somos demasiado resultadistas. Él había hecho un buen trabajo. Si no acogemos a Pékerman nos quedaremos por fuera otra vez. Es un extranjero, pero hay que tomarlo como colombiano.
Tiempo atrás no era común que un colombiano jugara en Corea del Sur. ¿Cómo fue su paso por allá?
Fue muy lindo para mi vida y carrera. Es un fútbol diferente, muy atractivo, en el que marqué nueve goles en 22 juegos con el Jeonbuk. Además, conocí una nueva cultura, comí cosas nuevas, aprendí otro idioma y mi hijo Santiago nació allá. Valentina sí nació en Cali.
¿Pudo acostumbrarse a la comida?
Eso es jodido allá. Un día en un buffet me serví carne de perro sin saber. Ya cuando lo iba a meter en mi boca me di cuenta. Nunca pude. Ingerí mucha comida cruda, sobre todo unos langostinos vivos y en agua a los que les quitan el caparazón y se comen con ají. Además yo llevaba una maleta entera con alimentos de Colombia.
¿Sí le alcanzó el tiempo para aprender inglés, el segundo idioma de allá?
Pues aún seguimos dándole. Eso sí, aún tengo el acentico caleño así arrastrado. En Estados Unidos, en el Dallas, lo practiqué mucho, pero en esas regresé. Allá, en la MLS, marqué seis goles en 26 partidos.
Además estuvo en Australia, otra liga sin tanta promoción...
Esa un liga que está creciendo, que es parecida a la inglesa y donde la gente va mucho al estadio. En el Newcastle Jets se usaba mucho el pivote en el área, entonces a mí me tocaba jugar por izquierda. Es otro país hermosísimo. Sus playas, la Opera House... El fútbol te permite conocer todo esto.
Ha jugado en once clubes. ¿Siempre mantiene la maleta empacada?
Afortunada o infortunadamente como delantero, si haces goles, todos te quieren, y hay que tener la maleta lista porque tienes que irte. Y si no marcas, también te tienes que ir. Gracias a Dios he logrado una buena cantidad y gozado de buenos contratos.
¿Qué pasó en Millonarios, equipo en el que no logró redondear una buena campaña?
Yo tuve dos caras en Millonarios. Mi primer semestre fue muy bueno y el segundo malo, me enraché negativamente. Es curioso que después les anoté bastante, y si hay que hacerlo de nuevo, pues se le hace. Igual el paso por Millos fue bueno, por un club que tiene la mejor hinchada del país. Y eso que estuve en Cali, América y Santa Fe.
¿Cómo hace para no generar odios al jugar en equipos archirrivales?
La gente al principio se molesta. Pero es nuestro trabajo y uno debe darlo todo en cualquier parte. Al final todos entienden. Tuve la oportunidad de jugar sin problemas los clásicos de Bogotá y Cali.
Tener 35 años en el torneo colombiano ¿es un arma de doble filo?
Sí, hay de todo. En la cancha lo subestiman a uno, lo irrespetan. Pero hay jóvenes que me toman como referencia, porque me he conservado en el fútbol de acá con mucho profesionalismo.
¿Está en el Atlético Huila para pelear cosas grandes?
El semestre pasado no fue bueno ni para el equipo ni para mí. No tuve minutos suficientes y tampoco conseguimos resultados. Pero yo tenía contrato todo el año, confiaron en mí y ahora estoy anotando para que podamos sumar muchos puntos. Ahora que se sumaron jugadores con mucho talento, la confianza ha vuelto.
¿Cuál ha sido el gol que más ha festejado?
Uno que le hice a Millonarios en Bogotá, en 2003. Jugaba en el Cali y con mi tanto ganamos 3-2 y pasamos a la final.
¿Cuál ha sido el arquero más difícil de vencer?
No tengo referencia. Sé que siempre me gustaba hacerle goles a Miguel Calero o a René Higuita, eran los arqueros del momento.
¿Qué cosas curiosas ha visto en los camerinos?
Gente besando las fotos de sus familiares en un altar improvisado antes de salir a jugar, como cábala. La mía es echarme la bendición, orar y salir con el pie derecho. También vi personas que vomitaban, tal vez por nervios.
¿Cuál es el mejor equipo por el que ha pasado?
El Deportivo Cali, con el que marqué 38 goles. Además soy hincha de ese equipo.