Le... chuza la conciencia

No es la primera vez que el panameño Luis Moreno se equivoca en el fútbol colombiano. El 8 de mayo de 2007, el defensor estuvo ausente del entrenamiento de Independiente Santa Fe sin previo aviso y al acudir al apartamento donde residía en Bogotá, se comprobó que el exceso de alcohol había sido la razón de la falta.

Como consecuencia, fue licenciado junto a Adrián Ramos, su acompañante en la noche de copas, y ante la decisión tomada por la junta directiva albirroja, encabezada en ese momento por Héctor Fabio Báez, el central negó todo.

A su regreso a Ciudad de Panamá, incluso, declaró que no había estado “con ningunas mujeres ni bebiendo... yo tengo familia, hijos... el celador es hincha de Millonarios y está claro que quería perjudicarme”. Además, alegó que el entonces técnico cardenal, Pedro Sarmiento, lo tenía entre ojos junto a su compatriota Gabriel Gómez —hoy en Equidad—, porque “decía que éramos muy polémicos porque hablábamos mucho en los entrenos, discutíamos y por eso creo que le caímos mal”.

Ahora en su regreso al balompié nacional tras firmar para 2011 con Pereira (estuvo en Tiburones Rojos de Coatzacoalcos de México y luego en el Tauro de Panamá), el futbolista de 29 años tuvo otra salida en falso el domingo pasado, al sacar del gramado del estadio Metropolitano a una lechuza de forma poco ortodoxa: con un puntapié.

Su acto en principio fue indultado por el propio árbitro Héctor Jairo Parra del Valle, pero al terminar el partido, el jugador, a diferencia de lo ocurrido en la capital del país, aceptó su error y además se mostró arrepentido. “Me disculpo ante todo el país y más ante la hinchada del Júnior, porque fue una acción muy grave, y si recibo alguna sanción, pues la asumiré”, dijo tras regresar ayer a Pereira.

Igual en la madrugada del lunes, Moreno fue visitado en el hotel Puerta del Sol de la capital atlanticense por miembros del Departamento Técnico Administrativo Ambiental de Barranquilla (Damab), ente que le creó un proceso de responsabilidad, el cual no lo enviará a la cárcel ni le hará pagar multa económica porque en Colombia no hay castigo penal por el maltrato animal.

El jugador simplemente firmó un documento en el que se comprometió a no volver a incurrir en un acto así y mientras se advierte que podría ser sancionado por el propio Pereira y la comisión disciplinaria del campeonato, su víctima se recuperaba en la clínica veterinaria Zoosalud de Barranquilla.

El ave rapaz, que suele aparecer en los juegos nocturnos del Júnior, “no es la única que habita en los cielos rasos del estadio, son varias las que tienen su nido allí, porque buscan espacios amplios, altos y oscuros, como los que hay entre las graderías y las cabinas de transmisión en la tribuna occidental”, comentó Rafael Castillo, periodista de El Heraldo, quien advirtió además que “la hinchada cree que le traen suerte al equipo, porque cuando apareció la primera por allá en los 90, había crisis y al ubicarse en el arco donde los goles empezaron a marcarse, pues se convirtieron en amuleto”.

Según los veterinarios que atendieron la lechuza, ésta no presenta lesiones de consideración, por lo que hoy podría ser devuelta a su hábitat. En principio se contempló la posibilidad de llevarla de nuevo al Metropolitano, pero representantes del Damab se opusieron, al considerar que el estadio no es el entorno natural.

Lo cierto es que el animal alzará vuelo, mientras el arrepentido Moreno y Pereira cada vez se hunden más en el fondo de las tablas, ya que al penúltimo lugar del Apertura se suma la misma ubicación en el promedio, que los tiene actualmente en promoción.