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Leonardo Castro, de recolector de basura a goleador del DIM

No fue fácil el camino que tuvo que recorrer este caucano de 23 años para cumplir su sueño. El delantero de Independiente Medellín fue elegido por los lectores de El Espectador como el jugador de la fecha 17 de la Liga Águila.

Redacción Deportes
10 de mayo de 2016 - 12:44 p. m.
Leonardo Castro, goleador del Deportivo Independiente Medellín. / Luis Benavides
Leonardo Castro, goleador del Deportivo Independiente Medellín. / Luis Benavides

Aunque nació en Tambo, Cauca, cuando Leonardo Castro no había cumplido ni un año de vida, sus padres se fueron a vivir a Pereira, en busca de mayores oportunidades. Por eso el hoy goleador del Medellín se declara como un orgulloso pereirano. Éver, su papá, encontró trabajo como celador, mientras que su mamá, Luz Amparo, como empleada de servicio. Todos los esfuerzos que ellos hacían, eran pensando en el bienestar de su hijo, a quien, a pesar de las dificultades, nunca le faltó un plato de comida y tuvo una infancia feliz. Lo que más disfrutó desde pequeño fue poder salir a jugar fútbol con sus amigos del barrio. Eso sí, no le gustaba mucho el estudio.

De hecho, no terminó el colegio porque su prioridad era el fútbol y porque sentía la obligación de trabajar en lo que fuera para conseguir ingresos que le permitieran ayudar en su casa y comprarse sus propios antojos. La plata siempre le gustó y ser guerrero y berraco también. Trabajó como obrero, domiciliario de una empresa de productos agrícolas y recolector de basura. Todo eso lo combinaba con el fútbol, que también le servía como un ingreso adicional, pues le pagaban por jugar con equipos en Pereira, los fines de semana.

En obras de construcción no duró mucho tiempo, pues alzar bultos de cemento, ladrillo y echar pala a pleno rayo del sol era una exigencia muy grande que no era bien remunerada. Y aunque podría decirse que eso le sirvió como preparación física para el fútbol, no se amañó. Luego, con un compañero de Pereira entró a trabajar llevando productos agrícolas a fincas. Debía alzar pesados bultos de concentrado y llevarlos a donde los clientes le pidieran. Finalmente, antes de encontrar un equipo de fútbol que le pagara lo suficiente para no tener que hacer algo extra, trabajó en la empresa de aseo de Pereira (Atesa), que le ofreció jugar en el equipo de la compañía.

Eran largas jornadas de trabajo –de 6:00 a.m. a 2:00 p.m.– en las que le tocaba ir en la parte de atrás del camión de basura, bajándose cada cuadra para recoger las bolsas repletas de deshechos. Por las tardes entrenaba con el equipo de Indubolsas, con el que jugó la Copa Ciudad de Pereira en 2014 y fue goleador y mejor jugador del certamen. Fue ahí cuando le dieron la oportunidad de comenzar a entrenar con el Club Audifarma, claro que el pago no alcanzaba y tuvo que seguir como recolector de basura en Atesa, hasta que gracias a la ayuda de Audifarma se pudo dedicar de lleno al deporte.

Y buscó probarse en otros equipos, como Barranquilla FC, Equidad y Envigado, pero no contó con suerte. En el equipo de la capital atlanticense le dijeron que era muy flaquito y que para el fútbol no servía. En el cuadro bogotano le dijeron que era muy bueno, pero que el equipo estaba completo, y finalmente en el conjunto naranja le “echaron flores”, pero no le abrieron las puertas.

Por eso regresó a Pereira, en donde un día se cruzó con Álex, el utilero del Deportivo Pereira, y le dijo que se fuera a probar. Le hizo caso y fue elegido. El año pasado fue el goleador de la B y a comienzo de este 2016 fue comprado por el Deportivo Independiente Medellín, en donde se ha destacado: ha marcado nueve goles, dos de ellos a Nacional en el más reciente clásico paisa.

Con 23 años, este pereirano de corazón tiene toda una carrera por delante, pero lo que lo hace más feliz es que ha podido ayudar para que sus papás no tengan que hacer tantos sacrificios. Él es papá de una niña y junto a su esposa esperan un nuevo bebé. A su llegada al DIM se puso la meta de diez goles, “me falta uno, pero con buen ritmo, fútbol y mis compañeros, puedo pasar ese número y, por qué no, pensar en ser el goleador del campeonato”, afirmó un superado Leonardo Castro, quien ya no recoge basura sino elogios gracias a sus brillantes actuaciones en la cancha.

Por Redacción Deportes

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