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Leonel Álvarez se mide hoy, a las 4:00 p.m., en un partido definitivo frente a Argentina, luego de empatar con Venezuela, que le dejó un sabor más agrio que dulce. El jugador de más de 100 partidos con la selección nacional no concilia el sueño fácil, su familia son sus jugadores, no se corta el pelo por temor a que no lo reconozcan y dice que en la vida nada le ha tocado fácil. Habla con frecuencia con Bolillo Gómez y a través de un ping por Blackberry le dedica los triunfos. Tiene confianza en sus decisiones y sabe que de ellas dependen la aprobación de su gestión por parte de los colombianos y de la Federación. El técnico de Colombia habló en exclusiva para El Espectador.
¿Cómo está hoy, pasado el partido contra Venezuela y a pocas horas del encuentro frente a Argentina?
Estoy tranquilo ya. Tenemos un gran partido y debemos aumentar, el mayor tiempo posible, el volumen de juego y mejorar errores que cometimos y que uno como entrenador comete.
¿Qué significa para usted tener la responsabilidad de dirigir a la selección de Colombia?
Muy buena pregunta. A mí en la vida nada me ha tocado fácil, todo me lo he ganado a través de perseverar, de insistir, de prepararme. Nunca di por perdido nada, siempre tuve una mentalidad ganadora. Logré jugar más de 100 partidos internacionales con mi país, estar en dos mundiales, tres eliminatorias, cinco copas América. Pasé todas las etapas de juveniles, todo el proceso en la selección, hasta lograr el sueño anhelado que tiene todo jugador y que es poder estar en mundiales.
De esa experiencia como líder en la cancha, ¿qué aplica con esta nueva generación de jugadores?
Estos muchachos, aparte de tener sus condiciones, están logrando cosas importantes en los mejores clubes del mundo. Queremos que tengan sentido de pertenencia y que se habitúen a ganar. Para algunos jugadores será su última posibilidad de ir a un mundial, como Mario Yepes, quien merece irse del fútbol dejando bien posicionada a Colombia. Pero también queremos una selección que haga respetar su casa, que se mentalice y se prepare para jugar bien. Cuando uno lo consigue y sale a proponer, está más cerca de lograr resultados. Quiero una selección solidaria. Somos amigos, somos hermanos; desde luego, después de mirar la parte futbolística. Queremos grandes seres humanos y comportarnos como una familia.
Usted vive solo. ¿Qué tanto tiempo comparte con los jugadores fuera de la cancha?
La familia mía son mis jugadores. Cada vez que me reúno con ellos nos damos un abrazo y nos transmitimos buena energía, porque cuando ellos se van, como se van a ir el martes unos y el miércoles otros, ya empieza mi soledad, la de no estar con mi familia. Normalmente, el jugador de fútbol comparte más con los jugadores que con su propia señora. Yo no tengo una relación. Desde luego, uno quisiera encontrarla y seguramente en el camino vendrá alguien especial, un gran complemento, que lo entienda a uno. No es fácil, pero llegará y Dios permita que sea para bien.
¿Qué hace cuando está solo? ¿Lee? ¿En qué utiliza ese tiempo?
Las 24 horas del día se las reservo al fútbol. Tengo a mi madre, que es Fabiola Zuleta de Álvarez, a quien le debo todo. Necesito espacios de soledad para poder reflexionar, pensar en las jugadas. Las escribo, analizo cosas.
¿Y sus hijos?
Mi hijo vive en Boston. Se ganó una beca por jugar fútbol y también tiene que combinarlo con los estudios. Mi hija Valentina está en el último año de secundaria en Estados Unidos.
¿Por qué los tiene allá?
Porque cuando yo jugaba en la liga estadounidense les conseguí la residencia. Ellos se pueden hacer ciudadanos. Y porque la mamá vive allá.
Usted es religioso. ¿Tiene agüeros? ¿En qué cosas cree?
Sí, religioso. Soy católico, muy creyente. Soy de ir muy poco a la iglesia pero sí oro mucho. Yo creo muchísimo en las energías; cuando presiento las cosas me gusta mentalizarme. No es fácil conciliar el sueño. La responsabilidad es enorme, pero la mejor cábala mía es el ser humano que soy.
¿Por qué usa el pelo largo?
Eso fue siempre, desde niño. A mí me gustaría hacerme un corte con patillas y aplicarme, pero es que ya después no me reconoce la gente, ni el policía, que me va a decir : ‘Usted no es Leonel. Muéstreme los documentos’.
El mundial de 2014 en Brasil es para usted un sueño. ¿Cree que clasificará directamente?
Sí. Para mí es un sueño que quiero lograr jugando bien. Estoy rodeado de la materia prima fundamental, que son los jugadores. Pienso que vamos por buen camino, aunque no es fácil. Hoy ganas y eres dios, y mañana puedes estar muy abajo. Hay que tener mucha resistencia.
¿Cómo maneja la frustración?
Cuando se pierde o se empata así como ante Venezuela, contra la que merecíamos más, merecíamos ganar, tener el resultado del primer tiempo ya asegurado, es difícil. El cambio que yo quise hacer con Marrugo era para sostener el balón, pero minutos después de que él entró, nos empataron por un error individual y el equipo sintió el gol. Después entré a Dayro, pero se lesionó Freddy Guarín. Ahí se perdieron cuatro o cinco minutos y, desde luego, ya se acercaba el final. Y pareciera que uno estuviera haciendo tiempo y eso es lo que menos me gusta a mí. Yo quiero ganar en condición de local. Hicimos todo para ganar en condición de local, generamos las opciones de gol.
¿Qué sentía cuando el público le pedía que hiciera los cambios?
Yo tengo algo especial. Yo no escucho a la gente, me concentro. Si uno se pone a escuchar a todo el mundo, a los hinchas, está partiendo de algo que no es lo mejor para una selección ni para un entrenador. Uno no se puede dejar llevar, por eso toca asumir la responsabilidad. Todos tienen derecho a criticar y a tener su propia selección.
¿Escucha a Julio Comesaña?
Escucho a todos, pero yo soy el que decide. Esto, Diana, es raro, si yo hago los cambios que se podrían haber hecho para refrescar el medio campo y me empatan, también serán malos.
Mucha gente se pregunta por qué aguantó tanto a Dorlan Pabón y a Teo Gutiérrez si estaban jugando mal.
A mi parecer, Dorlan no estaba jugando mal. De pronto tuvo las opciones y no las convirtió.
¿Y tuvo algo que ver que Teo fuera barranquillero para mantenerlo en la cancha?
No, para nada. Yo creo en cada uno de mis jugadores y tengo el derecho a mantenerlos mientras yo crea que es lo mejor. Puede que me equivoque, pero lo hago sin ninguna mala intención y no porque sea de Barranquilla. También se habló de que Falcao estaba inventando una lesión. Y mentiras, porque desde que terminó el partido en La Paz yo venía a jugar con Teo y Falcao. Lastimosamente se me lesionó.
¿Por qué insistió en Falcao, que venía de una temporada de improductividad, y no con Jackson, que triunfa en México?
No, esto es algo planificado. Si uno se equivoca es sin mala intención. Yo creo en cada uno de los jugadores, qué tal si no. Había trabajado el partido con Carlos Sánchez, con Freddy Guarín y con los dos en puntas, Teo y Falcao. Yo también trabajo con los que no juegan, de la misma manera, cosa que si me toca cambiar en el momento lo hago tranquilamente. Todos vienen preparados.
¿Cómo percibe a Argentina?
Argentina no deja de ser Argentina. En todos los lugares del mundo están los jugadores argentinos entre los mejores. Messi es el mejor de todos, es un jugador que no te baja de dos o tres goles, que si no te marca, te inquieta. Nosotros sabemos que nos jugamos una final, que tenemos que partir de un buen juego, de orden, de solidaridad, de que si hay muchas o pocas opciones hay que convertir y mantener el grado de concentración más alto durante todo el partido. Mire que nos desconcentramos en una sola jugada y nos empató Venezuela, inmerecidamente para mí. Tenemos que proponer, tenemos que generar fútbol. Los muchachos tienen que entender que esta plaza hay que volverla un fortín. Yo estoy muy agradecido con los barranquilleros y en general con todos los colombianos, porque hay mucha gente que viene desde lejos a ver a la selección.
¿Qué le espera a Messi, cómo lo va a marcar?
Esperamos neutralizarlo. No solo a él si no a Higuaín y a otros jugadores que son excelentes y que vienen con presión, criticados y obligados a sumar en una plaza que va ser difícil.
¿No se siente trabajando bajo presión?
Así es este puesto. Se sostiene con buenos resultados y la presión yo la tengo desde los 15 años. La entiendo, y la responsabilidad crece cada día más. Cuando uno es entrenador sabe que lo sostienen los resultados. En ese sentido estoy tranquilo, puedo mirar a cualquiera a los ojos. Me levanto, trabajo y entreno con todo. Esperamos no defraudar a nadie.
¿Sintió que lo nombraron por descarte o es cierto que eso ya estaba arreglado, como han dicho otras personas?
Esa pregunta que la respondan los de la Federación. Yo sólo digo que una vez depositada la confianza en mí, creo que se va por buen camino. Hay que cuadrar caja ganando. Barranquilla está enseñada a arroparnos y nos van a dar ánimo en momentos difíciles ante Argentina.
¿Ha vuelto a hablar con ‘Bolillo’?
Sí, yo habló con el profe. Él es muy respetuoso, más que todo le coloco un ping en su Blackberry para animarlo, porque es un buen ser humano y cada vez que tenemos buenos resultados se los dedicamos con mucho cariño.