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Como un Toro luchó, no sólo por dunas, fuertes cambios climáticos y terrenos agrestes, sino también con los inconvenientes mecánicos que presento su moto, que desde el comienzo de la carrera se quedó sin sistema eléctrico, por ende sin Iritrack y sin fluido de gasolina, además, de muchos problemas con el carburador, lo cual hizo que Sebastián perdiera mucho tiempo y por ende posiciones y el Dakar, que es una competencia de tiempo.
Sin embargo logro superar todas las dificultades a lo largo del camino y como dijo él: “El Dakar es una dinámica de tiempo y si te quedas atrás no puedes descansar lo suficiente, te desgasta y los mecánicos no pueden hacer lo necesario. Gracias a la perseverancia y terquedad positiva aquí estamos, estoy muy contento de haber terminado, luego de tener varios problemas”.
Toro terminó en la general en el puesto 72 y en la etapa de 69. “Misión cumplida no fue fácil me tomo tres oportunidades y más de dos años de preparación, que la primera, pero ahora el objetivo está cumplido”, agregó el piloto colombiano.
Además, dedicó este Dakar a su gran amigo fallecido el año pasado, Gonzalo Clopatofsky, por quien corrió este Rally en honor a él y con su casco: “Crecimos juntos; teníamos una amistad de muchos años”.
La novedad de la última etapa fue que desde la organización del Dakar se les permitió a los pilotos que una vez finalizada la parte cronometrada en Jesús María, provincia de Córdoba, los mismos podían cargar sus motos en los trailers de sus equipos y así recorrer los últimos 478 kilómetros que los separaba de Rosario.