Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Una vez más, pero esta con sabor especial al ser la primera en el nuevo estadio, los peloteros de los Yanquis de Nueva York recibieron los anillos de campeones de la Serie Mundial.
Las 27 banderas de campeonato, blancas con fechas en azul, ondeaban en la cima del nuevo Yankee Stadium bajo un cielo sin nubes, mientras los fanáticos llenaban por completo los asientos del nuevo estadio para presenciar el partido inaugural de la temporada entre su equipo y los Angelinos de Los Ángeles.
La que dice "2009" ya estaba izada en el mástil más nuevo, sobre el jardín izquierdo, el símbolo de ser los campeones defensores del título de la Serie Mundial.
También había nuevos logotipos rojos, blancos y azules en el territorio de foul frente a cada banca y largas banderas envolvían los tres anillos del estadio: el nivel principal, los palcos de lujo y la bandeja superior.
El estadio de los campeones mostró su mejor y más bella imagen como anticipo de su primer partido del año, en que los Yanquis volvieron a protagonizar la entrega a los peloteros de los anillos de ganadores de la Serie Mundial.
"Es genial, no hay dudas", declaró el abridor Andy Pettitte, uno de los artífices del triunfo la pasada temporada ante los Filis de Filadelfia. "Obviamente, habían pasado algunos años" desde la última vez.
El paracorto Derek Jeter, el cerrador estelar panameño Mariano Rivera, el receptor puertorriqueño Jorge Posada y el propio Pettitte ya tienen algo en común con la bandera olímpica: cinco anillos.
El legendario ex receptor Yogi Berra, el líder indiscutible con diez títulos, fue el encargado de entrar las joyas de oro blanco con ayuda de Whitey Ford, que tiene seis.
La tradición tuvo un paréntesis de 10 años, pero los Yanquis demostraron que no han perdido que son el equipo con más títulos en la historia del béisbol después de haber recibido los anillos de su vigésimo séptimo título de campeones.
Durante un acto de 15 minutos, Berra y Ford, dos leyendas de los Bombarderos del Bronx, que entre si acumulan 16 campeonatos, fueron los encargados de repartir los estuches con las sortijas de oro blanco, todas incrustadas con las palabras "Tradición" y "Unidad".
Rivera, Posada y el capitán Jeter recibieron su quinto anillo tras haber esperado una década desde la última consagración.
El tercera base Alex Rodríguez finalmente recibió el suyo, el laurel que tanto había anhelado desde su debut con los Marineros de Seattle en 1994 y que beso al mostrarlo a los fanáticos.
Rivera, de 40 años, se mostró feliz con la entrega del nuevo anillo, una realidad que calificó como de "bendición" y de un gran significado en su vida personal y deportiva, que le motivaba a buscar el sexto anillo.
Aunque el momento más emotivo de la ceremonia tuvo como protagonista a un jugador, el toletero japonés Hideki Matsui, que ya no está con el equipo sino que llegó con el rival, los Angelinos de Los Ángeles.
Matsui fue uno de los grandes artífices que permitieron que los Yanquis tuviesen el título después de conseguir el premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la Serie Mundial.
Sin embargo, los Yanquis decidieron desprenderse del japonés al considerar que a sus 35 años ya era demasiado veterano y propenso a las lesiones.
Matsui se mudó al sur de California y firmó contrato con los Angelinos, donde espera demostrar que todavía le quedan algunos años de buena producción con el bate
Mientras los fanáticos aplaudían de pie, Jeter encabezó a sus compañeros en el centro del diamante para fundirse en abrazos con Matsui.
También hubo una ovación cerrada para el ex jardinero puertorriqueño Bernie Williams, que por segundo año consecutivo se presentó al nuevo estadio de los Yanquis.
Williams hizo el simbólico primer lanzamiento para confirmar también que gracias a la gran aportación que hicieron los peloteros latinos, los Yanquis volvieron a ser los campeones de la Serie Mundial, una aspiración que sigue en pie para este año con los 10 peloteros que hablan español dentro en la "Catedral del Bronx".