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Nacida en Utrech, el 15 de junio de 1992, la bella rubia Schippers, de 1,79 metros y 63 kilos, ya es la heredera de Blankers Koen. Ganó la medalla de plata en la prueba de los 100 metros del Mundial de Pekín y ayer se impuso en los 200, con la tercera marca de la historia para la distancia (21,63), sólo superada por dos mitos: Florence Griffith Joyner (21,34) y Marion Jones (21,62).
“Todavía no lo puedo creer. Tendrán que pasar algunos días para entender la dimensión de lo que me está pasando”, señaló la deportista, que apenas hace un par de meses decidió enfocarse en las pruebas de velocidad, pues antes hacía el heptatlón. “Mis rodillas me molestaban. En cada evento tenía que pensar en varias competencias y en prepararme para todas. Tuve que hacerle caso a mi cuerpo y cambiar radicalmente”, explicó en la sala de prensa del estadio olímpico de Pekín, justo después de su consagración.
Su entrenador, el exdecatlonista Bart Bennema, le explicó a El Espectador que “tenía mejores marcas nacionales y europeas que quienes hacían solamente 100 y 200 metros, así que sabíamos qué camino tomar. Trabajamos duro en la técnica y su progreso fue impresionante. Veníamos pensando en pelear alguna medalla, pero ella explotó. Espero que sea el inicio de una gran carrera”.
Con 23 años, Dafne tiene claro que encontró un nuevo rumbo. “Amo el heptatlón. Espero algún día volver a saltar, por ejemplo, pero por ahora me voy a dedicar a la velocidad. No sé qué tan rápida pueda llegar a ser, pero estoy haciendo un buen trabajo y tengo ilusiones”.
“No importa de dónde eres o tu color de piel. Lo que te hace veloz es la preparación, el entrenamiento, la disciplina y las ganas”, señaló la holandesa, que aspira a subirse al podio en los Olímpicos de Río. Pero ahora que es ganadora y famosa también debe afrontar situaciones incómodas. “Qué opina del escándalo de dopaje”, le preguntaron. “No tengo mucho que decir. Soy una atleta limpia, trabajo duro y me hago todos los controles, unos 50 al año. Más de eso no puedo hacer”.
Y aunque ha sido varias veces campeona mundial júnior y europea, así como medallista en diferentes eventos internacionales (en Moscú 2013 logró el bronce en el heptatlón), el “cubrimiento que tienen los 100 y los 200 metros es inigualable”. Admite que se ha sentido intimidada por las cámaras de televisión y las constantes entrevistas, así como por los miles de mensajes que ha recibido esta semana. “Es increíble, me asusta, pero es bonito a la vez”, aseguró antes de la sesión de fotos con las jamaiquinas Elaine Thompson y Veronica Campbell-Brown, quienes tuvieron que resignarse con escoltar en el podio a la nueva holandesa voladora.