Édgar Rentería tendrá su estadio en Barranquilla

El 1º de noviembre de 2010, cuando los Gigantes de San Francisco ganaron la Serie Mundial de Béisbol a los Vigilantes de Texas y el barranquillero Édgar Rentería fue catalogado como el jugador más valioso, gracias a su promedio a la ofensiva de .412, dos cuadrangulares y seis carreras impulsadas, en Barranquilla la gente celebró como si se tratara de un título de Júnior. Y esa misma noche, el alcalde de la ciudad, Alejandro Char, pensó que un lindo homenaje para Rentería —para muchos el mejor beisbolista en la historia de Colombia— sería hacer un estadio de béisbol que llevara su nombre y que fuera construido con las mismas especificaciones técnicas de los grandes escenarios estadounidenses.

Poco a poco la idea fue cobrando fuerza, pues se planteó la posibilidad de que en algún momento se disputara en Barranquilla una edición del Clásico Mundial o partidos de exhibición de los equipos de la MLB en los entrenamientos de primavera, pero el viejo estadio Tomás Arrieta no tenía la infraestructura adecuada.

Así que el estadio Édgar Rentería se volvió una prioridad para la ciudad atlanticense. Mucho más cuando se conoció que en 2018 se recibirían los Centroamericanos y del Caribe. “Se contactó a una empresa estadounidense para que nos hiciera el proyecto. El diseño está finalizado y esta semana se abre la licitación”, le dijo a El Espectador el secretario distrital de Deportes de Barranquilla, Joao Herrera.

El viejo estadio Tomás Arrieta será demolido y en su lugar quedará el nuevo escenario, que tendrá un costo de $45.000 millones, aforo para 12.000 personas y contará con todos los estándares de calidad que exige la MLB. “Tendrá la misma iluminación del Yankee Stadium o de cualquiera de los grandes estadios de Estados Unidos, pues es un requerimiento que se tenga cierta cantidad de lúmenes”, destacó Herrera. Se espera que en dos meses, aproximadamente, ya se haya definido el contratista encargado de la ejecución de las obras, las cuales se demorarían alrededor de 20 meses.

A las afueras del escenario se levantará una estatua de Rentería. De hecho, ya hay un concurso por el mejor diseño del monumento. “Édgar es una persona muy cercana a la Secretaría de Deportes, así que ha estado al tanto de todo lo que tiene que ver con este proyecto. Él conoce los diseños y le ha gustado todo”, afirmó el secretario de Deportes.

El 1º de noviembre de 2010, cuando los Gigantes de San Francisco ganaron la Serie Mundial de Béisbol a los Vigilantes de Texas y el barranquillero Édgar Rentería fue catalogado como el jugador más valioso, gracias a su promedio a la ofensiva de .412, dos cuadrangulares y seis carreras impulsadas, en Barranquilla la gente celebró como si se tratara de un título de Júnior. Y esa misma noche, el alcalde de la ciudad, Alejandro Char, pensó que un lindo homenaje para Rentería —para muchos el mejor beisbolista en la historia de Colombia— sería hacer un estadio de béisbol que llevara su nombre y que fuera construido con las mismas especificaciones técnicas de los grandes escenarios estadounidenses.

Poco a poco la idea fue cobrando fuerza, pues se planteó la posibilidad de que en algún momento se disputara en Barranquilla una edición del Clásico Mundial o partidos de exhibición de los equipos de la MLB en los entrenamientos de primavera, pero el viejo estadio Tomás Arrieta no tenía la infraestructura adecuada.

Así que el estadio Édgar Rentería se volvió una prioridad para la ciudad atlanticense. Mucho más cuando se conoció que en 2018 se recibirían los Centroamericanos y del Caribe. “Se contactó a una empresa estadounidense para que nos hiciera el proyecto. El diseño está finalizado y esta semana se abre la licitación”, le dijo a El Espectador el secretario distrital de Deportes de Barranquilla, Joao Herrera.

El viejo estadio Tomás Arrieta será demolido y en su lugar quedará el nuevo escenario, que tendrá un costo de $45.000 millones, aforo para 12.000 personas y contará con todos los estándares de calidad que exige la MLB. “Tendrá la misma iluminación del Yankee Stadium o de cualquiera de los grandes estadios de Estados Unidos, pues es un requerimiento que se tenga cierta cantidad de lúmenes”, destacó Herrera. Se espera que en dos meses, aproximadamente, ya se haya definido el contratista encargado de la ejecución de las obras, las cuales se demorarían alrededor de 20 meses.

A las afueras del escenario se levantará una estatua de Rentería. De hecho, ya hay un concurso por el mejor diseño del monumento. “Édgar es una persona muy cercana a la Secretaría de Deportes, así que ha estado al tanto de todo lo que tiene que ver con este proyecto. Él conoce los diseños y le ha gustado todo”, afirmó el secretario de Deportes.