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Nadie al comienzo de temporada ni cuando se inició la fase final del béisbol profesional de las Grandes Ligas en Estados Unidos puso entre los equipos favoritos para estar en la lucha por el título de la Serie Mundial a los Gigantes de San Francisco ni a los Vigilantes de Texas.
Sin embargo, la realidad de la competición dejó la doble sorpresa de ver cómo los Gigantes se proclamaron campeones de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional (vencieron a los Filis de Filadelfia ) y los Vigilantes en el de la Americana (derrotaron a los superfavoritos Yanquis de Nueva York).
Y la gran fiesta del béisbol mundial tendrá como protagonista de primera fila al barranquillero Édgar Rentería, quien pese a que esta temporada sufrió una lesión en el bíceps izquierdo, pudo recuperarse para la serie final.
El paracorto colombiano, de 35 años de edad, completó su séptima postemporada en las Grandes Ligas. En 1997 ganó la Serie Mundial con los Marlins de La Florida, después jugó los playoffs con los Cardenales de San Luis en 2000, 2001, 2002 y 2004, cuando perdió el Clásico de Otoño contra los Medias Rojas de Boston.
De pocas palabras, pero efectivo en los diamantes, El Niño de Barranquilla, aseguró: “Este ha sido un año complicado debido a las lesiones, pero espero terminar la temporada ahora con un nuevo título”.
Pieza clave
El mánager de los Gigantes, Bruce Bochy, se la ha jugado por Rentería en los momentos más decisivos, pese a que no venía con ritmo debido a su lesión. De hecho, en el partido del sábado, el de la clasificación a la Serie Mundial, lo ubicó en la posición de campocorto para darle al equipo experiencia en el juego defensivo, además de brindarle el octavo turno al bate, detrás de Juan Uribe, quien bateó el jonrón de la victoria.
“Pensé que los cambios eran los acertados y ahora estoy feliz por la manera como Juan Uribe y Édgar Rentería respondieron”, destacó Bochy, quien en el caso específico de la recuperación del colombiano, añadió: “Me siento bien por Édgar, por su recuperación. Es un profesional y un ser humano intachable. Quisiera que llegáramos lejos por él”.
La gran novedad de esta Serie Mundial es que, al margen de quién sea el ganador, el título será el primero tanto para los Gigantes en su sede de San Francisco como para los Vigilantes en Arlington (Texas).
Los Gigantes no han ganado el llamado Clásico de Octubre desde que se mudaron a la costa Oeste en 1958. Los Vigilantes ni siquiera habían llegado a la Serie en sus 50 años de historia. De ahí que para el primer partido, ambos equipos presentarán a sus mejores abridores de la rotación con el diestro Tim Lincecum, por los Gigantes, y el zurdo Cliff Lee, por los Vigilantes.