
Era un día claro, de nubes dispersas, con la humedad alborotada más de lo habitual en Managrú (Chocó). Eso se sentía en la respiración, en cada centímetro del cuerpo, por eso caminar era una tarea difícil, agotadora, que acababa con la energía hasta de los niños, quienes buscaban insistentemente en diferentes sectores del pueblo una actividad para distraerse y hacer volar el tiempo.
José Mosquera, quien tenía 11 años en el 2012, en esa búsqueda de entretenimiento, decidió ir con su hermano Járinson a una mina de oro, a las afueras...
Por Jesús Miguel De La Hoz
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