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Ya han pasado casi dos años desde que Michael Schumacher sufrió un accidente de esquí que lo dejó al borde de la muerte.
Desde ese lamentable 29 de diciembre de 2013, el alemán ha sido internado en dos ocasiones, en la Clínica Universitaria de Grenoble (Francia) y en el Hospital Universitario de Vaud en Lausana, pero desde hace un año el ex piloto de Fórmula 1 pasa sus días en su casa de Suiza, la que fue reacondicionada especialmente para darle las atenciones médicas que requiere.
Esas atenciones han tenido un costo de un poco más de 13 millones de euros, según publicó el Daily Mirror. El costo semanal de dicho tratamiento asciende a los 155 mil dólares. Así, la suma estimada que se habría desembolsado en este tiempo llegaría a los 15 millones de dólares.
Al alemán lo atiende un equipo conformado por 15 médicos, que le proporciona sus cuidados las 24 horas al día y que no puede comentar nada sobre el estado de la salud del expiloto, por pedido expreso de su esposa, Corinna.
Pese a los esfuerzos que han tenido para la recuperación del alemán, su condición sigue siendo complicada, en septiembre se dio a conocer que pesa menos de 45 kilos. Al respecto el profesor Curt Diehm, del hospital Karlsbad de Alemania, indicó que "la pérdida de peso en los pacientes en coma es normal. Los 20 kilos es mucho para personas con un peso normal. Sus músculos se degradarán mucho en razón de su inmovilidad".
La recuperación no es sencilla y parece extenderse más de lo imaginado. Incluso, para cubrir los gastos, la familia de Schumacher vendió en febrero pasado la mansión de vacaciones en Noruega, por tres millones de dólares.