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El partido que perdió Donald Trump con los deportistas

El deporte y la política son un binomio inseparable. A veces, la poca aceptación de un Gobierno puede encontrar en los triunfos de sus atletas un respaldo a su escasa popularidad; en otras, un contrapeso.

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Daniel Bello
12 de noviembre de 2020 - 03:18 p. m.
La capitana de la selección femenina de Estados Unidos, fue una de las mayores opositoras del presidente de su país.
La capitana de la selección femenina de Estados Unidos, fue una de las mayores opositoras del presidente de su país.
Foto: AFP - Agencia AFP
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La semana pasada el candidato demócrata, Joe Biden, derrotó a Donald Trump en la contienda electoral más importante del año, la carrera por la presidencia de los Estados Unidos. Si bien eso era lo que las encuestas avisaban, también era sabido que los grandes medios norteamericanos, la comunidad internacional y los líderes de opinión no eran afines al actual Gobierno. A esas voces críticas se sumaron los principales deportistas de ese país, quienes no estuvieron contentos con la gestión del republicano.

En el futbol americano, el deporte más popular de ese país, empezó el malestar político, no contra Donald Trump, pero sí contra el racismo sistemático. En 2016, cuando el magnate era candidato, Colin Kaepernick, quarterback de los 49ers de San Francisco, decidió arrodillarse para protestar por la brutalidad policiaca y la discriminación de las minorías. “No me voy a levantar para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color” comentó el jugador. Después de ese episodio, el entonces candidato dijo que lo hecho por el mariscal era algo terrible y que debería buscarse otro país.

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Una vez se supo que Trump fue el ganador, los equipos estadounidenses empezaron a contemplar la idea de no asistir a la Casa Blanca. Cabe aclarar que cuando un equipo gana el campeonato, ya sea en fútbol americano, baloncesto o béisbol, era costumbre que el presidente los recibiera en Washington. En 2017, cuando los Golden State Warriors ganaron su cuarto anillo de la NBA, su figura, Stephen Curry, dijo que no apoyaba la idea de ir a la residencia presidencial. El primer mandatario respondió que “ir a la Casa Blanca es considerado un gran honor para el equipo campeón. Stephen Curry tiene dudas, por lo tanto, la invitación es retirada”.

Como respuesta a ese episodio, Lebron James, por aquel entonces jugador del Cleveland Cavaliers, respaldó a Curry y tuiteó contra Trump que “¡Ir a la Casa Blanca fue un gran honor hasta que apareciste!”. Ese mismo año parte del plantel de los New England Patriots, campeones de la NFL, se rehusó a asistir al palacio presidencial. La protesta de Kaepernick ganó más adeptos. Sin embargo, su carrera se vio truncada en parte, ya que desde la temporada en que se hincó durante el himno, no ha vuelto a jugar profesionalmente.

Como represalia a la protesta, Trump reaccionó y durante un evento dijo “Saquen a esos hijos de p*** del campo, están despedidos”. Ante esas declaraciones, los dueños de equipos de la NFL y el comisionado de esa liga, Roger Goodel, criticaron las palabras del mandatario e hicieron un llamado a la unión. No contento con eso, el presidente propuso que los deportistas que se hincaran fueran despedidos y pidió un boicot contra la asociación deportiva.

Al 2017 le siguió un 2018 también tenso. La liga anunció que implementaría nuevas medidas sobre las protestas durante el cántico nacional, en las que se podría multar a la franquicia y deportistas que no se levantaran durante el evento. Esto desencadenó protestas y más celebraciones deportivas en la Casa Blanca fueron canceladas.

El año siguiente se sumó una voz a las críticas contra Trump, esta vez desde un deporte que no goza de tantos reflectores en el país, pero que sin duda dio de qué hablar. La capitana de la selección femenina de futbol, Megan Rapinoe lideraba en el campo al combinado que señalaban como favorito para llevarse el Mundial femenino de 2019 disputado en Francia. Ante la inminencia del título, a Rapinoe, que había apoyado la protesta de Kaepernick, le preguntaron si se reunirían con el presidente si ganaban el título, a lo que ella contestó: “No pienso ir a la jod*** Casa Blanca”.

En una entrevista posterior, la futbolista señaló que el presidente y su política excluyen no solo a las personas de color sino también a las mujeres y a los homosexuales. A ese episodio le siguió un hecho que en mayo del 2020 marcó a la sociedad norteamericana, cuando en Minnesota, George Floyd murió a manos de la policía. La muerte de Floyd desencadenó el renacer del Black Lives Matter (BLM) y las denuncias por parte de los deportistas, especialmente los afroamericanos, tomaron más fuerza que nunca.

Los equipos y las ligas deportivas se unieron en torno al movimiento BLM. Cuando las competiciones retomaron la actividad hubo campañas contra el racismo y cada partido tenía un espacio en el que los jugadores, de todas las razas y nacionalidades, se hincaban para exigir un cambio contra el racismo sistemático. La protesta traspasó a los futbolistas afroamericanos que juegan en Europa, e incluso torneos como la Bundesliga alemana y la Premier League inglesa se unieron al movimiento.

En contravía, Trump dijo que BLM era un movimiento de odio y eso caló fuerte en las poblaciones minoritarias. A ese episodio se sumó su tan criticado manejo de la pandemia, el cual puso a Estados Unidos como el país con más fallecidos y casos positivos de COVID-19. Mientras su imagen para varias de las principales figuras del deporte era desfavorable, los apoyos a la candidatura de Joe Biden se hicieron más notables. James, Curry y Rapinoe fueron algunos de los que demostraron su apoyo al candidato demócrata. A ellos se sumó la voz del capitán de la selección masculina de futbol, Michael Bradley quien aseguró que “cuatro años más con Trump serían terribles”.

El pasado sábado se confirmó que Donald Trump perdió el partido contra Biden. El derrotado insiste que le robaron el resultado y que esta elección está lejos de acabar. Mientras el demócrata ya dio su discurso como presidente electo, el republicano persistió en no reconocer las votaciones.

Daniel Bello

Por Daniel Bello

Periodista de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue practicante de Pacifista entre 2020 y 2021. Desde el 2019 escribe sobre fútbol, política e historia en El Espectador. Tiene experiencia cubriendo paz, mundo y medio ambiente.@daniel_eudosiodbello@elespectador.com

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Marbel(25283)13 de noviembre de 2020 - 01:18 a. m.
¡No tenía idea que existió tal conflicto!
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