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El seleccionado ibérico logró el primer título de su historia tras vencer a Holanda en una dramática final.
Poco más de 500 años después de haber conquistado a América, España conquistó este domingo el mundo. Su selección de fútbol, que desde hace dos años era la mejor del planeta, lo ratificó en Sudáfrica, al superar este domingo en una dramática final a Holanda, que por tercera vez en su historia se queda a las puertas de la gloria.
Este título es la joya de la Corona, el galardón que le faltaba al deporte español, de excelentes resultados en los últimos años, pero siempre a la expectativa de una alegría mayor en la disciplina que más apasiona a los ibéricos.
Pero antes de celebrar tuvo que sufrir, no sólo para vencer a un equipo holandés ordenado y luchador, sino para superar la presión de ser la favorita de casi todos. Curiosamente, su camino a la gloria comenzó con un revés en su estreno ante Suiza, lo que generó incredulidad entre los aficionados, pero hizo que jugadores y cuerpo técnico pusieran los pies en la tierra y entendieran que no habían ganado nada.
Siempre fiel a su estilo, al juego ofensivo y al toque, el equipo de Vicente del Bosque inició su racha ganadora ante Honduras y después venció a Chile, para clasificarse a octavos de final. Luego dejó en el camino a Portugal, Paraguay y Alemania, antes de chocar contra la invicta Holanda, que venía de ganar sus seis partidos en el torneo y llevaba 16 juegos sin perder.
Y este domingo jugó como campeona, aunque en la primera parte estaba más preocupada por no cometer errores y no dejarse anotar, que por atacar e irse arriba en el marcador. En el complemento, sin embargo, aparecieron Xavi, Andrés Iniesta y Xabi Alonso, para apoderarse de la pelota y comenzar a manejar el partido.
Eso sí, enfrente había un equipo muy bien trabajado, que no regaló nada y que incluso pudo anotar en dos ocasiones por intermedio del delantero Arjen Robben, quien se encontró con la muralla Íker Casillas, el arquero y capitán español, que merecidamente, minutos después, recibió la Copa Mundo, porque a tres minutos del final del tiempo suplementario, Andrés Iniesta marcó el gol de la victoria, el tanto más importante de su carrera y de la historia del fútbol ibérico.
Luego de una larga cabalgata de Jesús Návas, Cesc Fábregas tomó un rebote y asistió al número seis catalán, Andrés Iniesta, quien estaba habilitado por el holandés Rafael Van der Vaart, y con un potente derechazo superó al golero holandés Maarten Stekelenburg, quien al menos en cuatro oportunidades había ahogado el grito de celebración de los españoles.
“Ganó el fútbol, estamos felices”, señaló al final del juego el delantero David Villa, quien fue uno de los cuatro goleadores del torneo, al lado del uruguayo Diego Forlán, el alemán Thomas Heitinga y el holandés Wesley Sneijder.
Carles Puyol, el líder de la zaga española, dedicó el triunfo a todos sus compatriotas y dijo que “ahora el fútbol también los puso a celebrar, como lo han hecho los tenistas, los basquetbolistas, los atletas, los pilotos y muchos deportistas más”.
Mientras al costado sur del gramado los jugadores españoles no paraban de celebrar y tomarse fotos, a pocos metros de ahí los holandeses seguían buscando razones de su derrota. Al igual que en 1974 y 1978, perdieron el partido definitivo y tuvieron que conformarse con el segundo lugar. Y aunque no eran los favoritos, a diferencia de las dos finales anteriores, en ésta no enfrentaban al equipo anfitrión, lo que les había generado mayor ilusión. De hecho, tanto en las afueras del estadio Soccer City como en las tribunas predominaba el color naranja y el festejo en Johannesburgo casi ni se sintió.
Pero España fue más, buscó más el arco rival e intentó hacer valer ese toque toque que tanto se criticaba en Colombia hace 20 años, pero que, con mayor verticalidad, ha resultado ser la fórmula ganadora del Barcelona y de esta selección española, armada por Luis Aragonés para la Eurocopa de 2008 y perfectamente manejada ahora por Vicente del Bosque, cuya mayor virtud fue haberle dado continuidad al grupo que se impuso en Suiza y Austria.
“Este es el triunfo de todo el fútbol español, no solamente de los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes que estamos acá, sino de millones de personas anónimas que trabajan todos los días para hacer crecer nuestro balompié”, sentenció en la rueda de prensa el estratega madrileño, para quien “lo más difícil fue demostrar que éramos el mejor equipo del mundo”.
Terminó el primer Mundial en África, que además de un nuevo campeón mundial (ahora son ocho), significó un triunfo de Joseph Blatter, presidente de la FIFA, quien se la jugó toda para hacer el torneo en el Continente Negro y se salió con la suya, pues a pesar de algunos problemas menores en la organización, el campeonato fue todo un éxito.
Un premio de consolación para Suramérica, que luego de la primera ronda celebraba la clasificación de sus cinco selecciones, pero que al final vio cómo apenas Uruguay llegó a semifinales, fue la elección del charrúa Diego Forlán como el mejor jugador del torneo, por encima de los españoles Andrés Iniesta y Xavi, a quienes les bastará con levantar la Copa Mundo y quedar inscritos en la historia dorada de su país, que aunque es uno de los más futboleros del planeta, apenas este domingo se convirtió en el indiscutido número uno del mundo.