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Final de la NBA: Oklahoma tiene lista su fiesta y hoy podría ser campeón

Después de vencer a los Pacers en el quinto juego, este jueves el Thunder podría ganar el primer anillo de su historia. Su rival llega con su figura, Tyrese Haliburton, golpeado por una lesión.

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Fernando Camilo Garzón
19 de junio de 2025 - 12:25 p. m.
Shai Gilgeous-Alexander ataca el aro, ante la mirada de Tyrese Haliburton.
Shai Gilgeous-Alexander ataca el aro, ante la mirada de Tyrese Haliburton.
Foto: Agencia AFP
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Hoy puede ser un buen día en Oklahoma. La esperanza en esta ciudad se respira como el calor en el asfalto. Las calles se han convertido en pasillos hacia una ilusión. Todos los televisores, esta noche, estarán sintonizados en un mismo canal, con todos los ojos puestos en Indianápolis. Si esta noche los Thunder vencen a los Pacers, serán campeones de la NBA. La ciudad no dormirá. No quiere.

Hay quienes crecieron con los relatos de Gary Payton y Shawn Kemp en Seattle, quienes aún recuerdan aquella final de 1996 contra los Bulls de Michael Jordan. Otros, guardan en la memoria la temporada 1978-79, cuando los SuperSonics se coronaron campeones tras vencer 4-1 a los Washington Bullets.

Después, el equipo cambió de sede. Hay quienes se enamoraron con el vértigo de Durant, la rabia de Westbrook y la barba incipiente de Harden, cuando rozaron la gloria en 2012. Nadie en Oklahoma ha celebrado un anillo. La franquicia nació allí en 2008, pero su historia comenzó en 1967, como los SuperSonics. Y aunque el título de 1979 sigue contando, no se siente como propio. Lo que Seattle perdió, Oklahoma lo adoptó con fe, con paciencia. Este jueves puede ser el día en que ese amor encuentre recompensa.

Todo pasa por Shai Gilgeous-Alexander, el líder silencioso que se convirtió en estrella. Shai, el MVP de la actual tempoorada, se ganó el respeto de la NBA. Durante toda la temporada ha sido el faro del equipo: elegante, eficiente, implacable. Es la brújula emocional de un grupo joven que no se deja intimidar por el escenario. Si hay un responsable de que Oklahoma esté a un paso del título, es él.

En el quinto juego, en el que OKC se puso arriba 3-2 en la serie contra los Indiana Pacers, fue figura. No obstante, el héroe fue Jalen Williams, con una actuación monumental de 40 puntos, su mejor registro en estos playoffs.

Cuando Indiana recortó una ventaja de 18 puntos y se puso a solo dos en el último cuarto, fue Williams quien clavó un triple decisivo y luego robó un balón que terminó en una volcada que apagó cualquier intento de remontada. A su lado, el novato Cason Wallace sumó otra jugada clave y la defensa se cerró como una puerta vieja que nadie logra empujar.

Indiana, por la heroica

Los Pacers no se entregan, aunque el escenario sea adverso. El equipo de Rick Carlisle ha demostrado una valentía admirable durante todos los playoffs. Sin embargo, nuevamente, están contra las cuerdas. La derrota 120-109 en el quinto partido los dejó 3-2 abajo en la serie y ahora deben ganar sí o sí para forzar un séptimo juego que se jugaría el domingo, en Oklahoma City. La tarea es titánica, y más aún teniendo en cuenta que su estrella, Tyrese Haliburton, no está en condiciones físicas para competir.

En el quinto juego, Haliburton fue una sombra. Apenas jugó 21 minutos, se fue sin puntos en la primera mitad y terminó con solo cuatro. Se lo vio incómodo, forzando gestos, cojeando. Una contractura en el gemelo derecho lo obligó a pasar por el vestuario al inicio del encuentro. Aunque los reportes médicos indican que no debería jugar esta noche, el propio Haliburton lanzó una frase que ya es titular: “He trabajado toda mi vida para esto. Si puedo caminar, puedo jugar”. Veremos si esa voluntad alcanza para cambiar el destino de Indiana.

Por ahora, el peso ofensivo de los Pacers recae en Pascal Siakam, quien anotó 28 puntos en el quinto partido, y en T.J. McConnell, que desde el banco dio energía con 18 puntos y varios momentos encendidos. Aun así, no fue suficiente para contrarrestar la energía de los Thunder, un equipo que parece haber aprendido de sus errores. Williams lo resumió tras el partido: “En el primer juego nos pasó que no supimos cerrar. Ahora ya entendimos cómo se gana”.

Oklahoma se ilusiona

Esa frase condensa el camino recorrido por este equipo. Desde que Shai se convirtió en el nuevo rostro de la franquicia, tras la salida de Westbrook en 2019, Oklahoma apostó por una reconstrucción lenta, casi silenciosa. No llegaron figuras mediáticas ni grandes contratos. Llegaron chicos. Llegó Chet Holmgren. Llegó Jalen Williams. Llegó el trabajo. Y poco a poco, sin hacer ruido, el equipo se volvió temible. Hoy están a una victoria de conquistar su primer título desde que dejaron Seattle. Y nadie lo ve como un milagro, estamos hablando del mejor equipo del año.

El título, en Oklahoma, no es solo una copa. Es una forma de cerrar heridas. De recompensar los años de derrotas. De transformar la fe en alegría. Esta noche, en Indianápolis, puede escribirse una página dorada. Y si no ocurre, si los Pacers alargan la serie al séptimo juego, el Chesapeake Arena será un volcán el domingo. Sin embargo, nadie quiere esperar más.

Hoy puede ser un buen día en Oklahoma. Que lo sea o no, depende de lo que pase en Indiana. Pero si algo ha demostrado este equipo es que está listo para abrazar su momento. Y que Shai, con la calma de quien sabe lo que vale, está dispuesto a liderarlos hasta el final.

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