Jessica Paola Caicedo, una boxeadora impulsada por el coraje

La vallecaucana avanzó a las semifinales y aseguró la primera medalla femenina de Colombia en un Mundial de Boxeo.

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Andrés Montes / @amontes023
21 de noviembre de 2018 - 03:00 a. m.
Ayer venció a la india Kachari Bhagyabati y aseguró el bronce en los 81 kg. / Cortesía Indervalle
Ayer venció a la india Kachari Bhagyabati y aseguró el bronce en los 81 kg. / Cortesía Indervalle
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El primer acercamiento de Jessica Paola Caicedo al boxeo fue un descarte. Todo comenzó en una jornada de masificación que realizaba la Liga del Valle, encabezada por dos entrenadores: Arley Castro y Orlando Leyton. El cuadrilátero era una calle del municipio de Palmira. El objetivo de esos combates era buscar jóvenes que estuvieran interesados en el boxeo. En una de esas jornadas Jessica le cogió gusto a este deporte lleno de golpes, sudor y coraje. Cuando intentó comenzar a entrenar un ojeador la rechazó por su peso, su contextura y su casi nulo rendimiento físico.

Castro, uno de sus formadores, sí le vio talento. “Ella no podía hacer ni cinco flexiones de pecho, pero tenía una voluntad y unas ganas que la hacían distinta”. En Colombia no es común que surjan y tengan éxito boxeadoras de pesos grandes. Por el biotipo de las mujeres y porque hay otros países que en esas categorías tienen un nivel muy alto, pero esa dificultad no fue la primera lucha que tuvo que librar Jessica, quien mide un metro y 78 centímetros. El primer obstáculo fue ella misma.

“Sufría mucho porque su cuerpo tendía a subir de peso, pero ese aumento de masa no era muscular sino de grasa”, recuerda Castro, quien fue el primer entrenador que se preocupó por mejorar su rendimiento físico. Lo hizo a partir de ejercicios en los que probaban su resistencia aeróbica y anaeróbica. “Eso le ayudó mucho, pero sufrió demasiado por su contextura. Haber llegado al punto en el que está hoy, solo lo hace una deportista con mucho coraje. Esa lucha contra el propio cuerpo de uno es más dura que subirse a un cuadrilátero a recibir golpes”, enfatiza Castro.

El coraje y la convicción de que con el boxeo iba a poder ayudar a su familia y formar un proyecto de vida la llevaron a ser campeona nacional en su división y plata en los 75 kg de los Juegos Suramericanos de Cochabamba (Bolivia) y en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, este año.

Su llegada a la selección nacional fue en 2013. “La elegí para el equipo porque le vi buenos movimientos y en su momento no entendía cómo nunca había sido convocada para representar al país. Desde entonces hasta acá ha ido mejorando notablemente”, apunta Rafael Iznaga, entrenador principal de la selección colombiana de boxeo.

“Jessica llegó a este Mundial en la India siendo campeona nacional de su división, pero antes de viajar tuvo una preparación de tan solo 13 días en Francia, en donde peleó contra boxeadoras de Finlandia y Holanda”, señala Iznaga, satisfecho por que Jessica venció ayer a la india Kachari Bhagyabati y aseguró una medalla, la primera femenina en la historia del boxeo colombiano en un Mundial.

Mañana, ante la bielorrusa Viktoria Kebikova, intentará meterse en la final.

“Nosotros les apuntamos a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Por eso la pusimos a competir en 81 kg”, asegura Iznaga. La idea, según el seleccionador, es que adquiera confianza, que crea en la potencia de sus golpes y que ese fogueo con boxeadoras más fuertes la haga adquirir mayor resistencia y potencie sus movimientos. La estrategia por ahora va mejor de lo planeado. Ahora falta ver de cuál color será su histórica medalla.

Por Andrés Montes / @amontes023

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