
Nicolás Rubio, en su sobrevuelo al Mont Blanc.
Foto: Cortesía Nicolas Rubio
“Yo nací en el cielo. Con menos de un mes, mi papá ya me montaba en un ultraliviano con cabina abierta. Eran unos papás Irresponsables [ríe], pero aventureros. Hoy se los agradezco. Volar es parte de mi vida desde que nací. Empecé en el paracaidismo con pasión absoluta, y hoy es también mi trabajo. Eso transforma la relación: a veces no me provoca saltar, pero es mi deber. Por eso busco proyectos que me saquen de la zona de confort y me devuelvan esa emoción. Para mí, volar es estar en el momento presente. No encuentro nada más que me conecte...
