Terminó en Cartagena la octava versión de la Maratón del Mar con la participación de más de 9.000 corredores de 21 países, los atletas participaron en las distancias de 21K y 10 K.
En competencia estuvieron 3.863 mujeres. Una de ellas, Kely García, con el dorsal 967, encontró al cruzar la meta a su novio Camilo García, quien tenía el número 124 en su uniforme. Él la abrazo, le entregó el anillo y le propuso matrimonio. Dijo que sí. Los García habían competido en los 21K. Ahora tendrán la carrera del amor.
La salida de la Maratón, como ha sido costumbre, fue cuando el sol aún no despertaba en la ciudad del mar y las murallas. Todos los competidores zarparon en términos marineros de las instalaciones del Puerto de Cartagena para luego recorrer el sector amurallado, Bocagrande y llegar a la meta en el Centro de Convenciones.
En la categoría de 21K, el triunfo fue para Carlos Andrés San Martín, mientras que Alexandra Aldana se destacó al subir al podio en la misma categoría. En la competencia de 10K, Nicolás Herrera se coronó campeón en la categoría masculina, y Angie Nocua lo hizo en la femenina.
Carlos Martínez, director de la carrera, destacó la importancia de la participación femenina en la competencia. En declaraciones a El Espectador, señala que la proporción de mujeres competidoras es notable y cada vez es más cercana a la mitad de los deportistas.
“Queremos que más mujeres se unan a la carrera y, por supuesto, a Cartagena; ellas son las que mandan”. Resalta el impacto económico positivo que la carrera tiene para la ciudad. Según Invest in Cartagena, la agencia de promoción de inversiones local, el año pasado el impacto económico alcanzó los 25.000 millones de pesos.
“Para esta edición, se espera que esa cifra supere entre 35.000 y 40.000 millones de pesos, reflejando un aumento en la ocupación hotelera, el transporte y el turismo”.
Amparo Herrera, con 60 años y originaria de Cali, llegó a esta maratón impulsada por su pasión por el deporte y las carreras de atletismo. “Para mí, esto es muy significativo; es una forma de sentirme viva, disfrutando del viento, el sol y de una ciudad maravillosa como Cartagena. Es encantador y me proporciona una adrenalina que nada más me ofrece”, le dijo a este diario.
Las competidoras regresan a sus hogares con el recuerdo imborrable y la medalla de la Maratón del Mar. Para la mayoría, los tiempos del cronómetro quedarán como un eco del amor por correr, una pasión que se remonta a los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, cuando las mujeres debutaron oficialmente en el atletismo.
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