“No tengo dónde vivir, ni qué comer”: La petición de un múltiple campeón al COC

El extaekwondista Milton Castro, quien sufre de una enfermedad que lo obliga a someterse a una diálisis de seis horas tres días a la semana, compartió un video en el que busca ayuda del Comité Olímpico Colombiano para trabajar.

Jesús Miguel De La Hoz
10 de marzo de 2018 - 04:00 a. m.
Milton Castro, extaekwondista colombiano y múltiple campeón. Fue cuarto en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.
Milton Castro, extaekwondista colombiano y múltiple campeón. Fue cuarto en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

Cuando un deportista está en su apogeo todas las miradas se posan sobre él, las cámaras y micrófonos lo siguen, la intimidad se pierde. Después su nombre se desvanece. El tiempo con su paso aplastante e imparable se encarga de que solo sea un pequeño recuerdo en la memoria de algunos. Pocos recuerdan el nombre de Milton Castro y decir pocos es una cantidad considerable. Fue 35 veces campeón nacional, medallista de oro en todo el ciclo olímpico (Juegos Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe, Suramericanos, Panamericanos y mundiales) y se quedó a un paso de la medalla en Sídney 2000. Fue cuarto. Todos esos logros solo viven en los recuerdos de este taekwondista barranquillero de 42 años. Pero lo que le dio al país fue enorme.

Han pasado varios años desde que peleó por última vez en un cuadrilátero. La vida lo ha puesto a prueba en muchas oportunidades y se ha enfrentado a ella como lo hizo siempre en el taekwondo: con garra, ímpetu, decisión. Nunca escoge el camino fácil. Cuando más difícil es la prueba, la afronta con más brío. Mientras buscaba rehacer su carrera trabajó en todo lo que pudo. Estuvo en un lavadero de carros, en construcción, soldador, manejando maquinaria pesada. Pero fue en ese entonces cuando le descubrieron una glomerulonefritis membranoproliferativa. En otras palabras, una enfermedad que lo obliga a someterse a una diálisis de seis horas, tres días a la semana, mientras espera un trasplante de riñón. Lleva así nueve años.

Su vida pende de un hilo y todo el dinero que había hecho se le fue pagando las primeras diálisis por una inconsistencia con su cedula en el Sisbén. Tuvo que hipotecar la casa para terminar de costearlas. Nadie lo ha ayudado. Le ha tocado valerse por sí solo. En muchas oportunidades el suicidio se cruza por su mente, pero él es más fuerte que eso y desvanece rápidamente la idea de su cabeza. Cuando busca una mano, no la encuentra. Siempre viaja a Bogotá en bus para solicitar una auxilio con la federación o el Comité Olímpico Colombiano.

“La última vez que estuve en Bogotá fue en julio del año pasado. Hablé con el presidente Baltazar Medina, Armando Farfán y Ciro Solano. Ellos se comunicaron con el director de Indeportes Atlántico (Enrique Vengoechea González) y supuestamente habían encontrado un trabajo para mí en el cual me iba a ganar dos millones de pesos. Pero cuando regresé a Barranquilla, él me dijo que no me podía dar ese trabajo, que lo único que podía hacer era algo extraordinario y me hizo un contrato por seis meses por un millón de pesos por mes”, afirmó en diálogo con El Espectador Milton Castro. “El contrato se venció en diciembre. Desde entonces estoy sin nada. Volví a hablar con él, le expuse mi situación y me dijo que no me podía ayudar, que tenía que ver cómo hacía para arreglármelas”, añadió el exdeportista, quien también asegura que se siente cansado y mal por las diálisis.

Al no encontrar una solución decidió enviar un video al Comité Olímpico Colombiano y a la Federación Colombiana de Taekwondo en el que explica su difícil situación y en la que nuevamente pide que lo auxilien para sacar adelante a su hijo de 17 años. “Me acaban de decir que es casi imposible que consiga un trasplante de riñón, porque los que existen en el país son muy pequeños. Recuerden que yo mido más de 190 centímetros y peso más de 120 kg, entonces arriesgaría mi vida si me colocan un riñón de esos”, expresó mientras le hacían la diálisis.

“Está visto que tal vez tenga que morir de esto. Les pido encarecidamente que me tiendan la mano, el señor Vengoechea solo pudo hacerlo por seis meses. A la fecha tengo dos meses sin un sueldo, no tengo donde vivir, no tengo qué comer, no tengo cómo darle las cosas a mi hijo, quien se gradúa este año de bachillerato, pero no he podido pagarle la matricula. Pido encarecidamente que se coloquen la mano en el corazón y me ayuden”, finalizó el taekwondista barranquillero, quien a pesar de ser un múltiple medallista hoy lo tienen tirado en el rincón del olvido.

@J_Delahoz

jdelahoz@elespectador.com

Por Jesús Miguel De La Hoz

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