
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El objetivo del oro, la fiebre que mantiene atrapado desde hace tiempo a Novak Djokovic, está más cerca. Una obsesión que lo persigue desde esas semifinales de Pekín 2008 frente a Rafael Nadal, el mismo al que eliminó en París 2024. Nunca había estado tan cerca. Es ganador de todo lo que ha disputado, excepto del torneo olímpico, ese que ha afrontado cinco veces.
El ganador de 24 Grand Slam, máximo de la historia del tenis, solo tiene un último obstáculo delante, el español Carlos Alcaraz con el que disputará la final el domingo. Por primera vez en su carrera, ‘Nole’ participará en la final de unas justas olímpicas. A sus 37 años y 74 días será el finalista más veterano de la historia. Ya era el semifinalista de más edad, con 34 y 71, cuando se midió en Tokio 2020 al alemán Alexander Zverev, con el que perdió.
Ahora, después de cuatro oportunidades marcadas por la derrota, pretende saldar esa deuda. Y ante Alcaraz, el hombre que en los últimos tiempos le ha apartado de otras grandes metas. Además, quien representa la otra esquina de lo que es ‘Djoker’, pues el ibérico es el semifinalista y el finalista más joven en la historia del tenis olímpico, con 21 años y 91 días.
El italiano Lorenzo Musetti, quien suele ser un dolor de cabeza para el serbio, no fue la excepción en las semifinales de París 2024. Sin embargo, Musetti, un alumno aventajado de la flamante camada italiana que domina el circuito, no termina de rematar las faenas con Djokovic. Lo ha llevado al límite, en ocasiones con clara ventaja. Pero no ha sido capaz de paliar la reacción del jugador serbio.
Dos de las seis victorias, en los siete partidos entre ambos, las ha logrado ‘Nole’ en este escenario de Roland Garros. Solo en una ocasión salió victorioso el italiano. También en arcilla, en Montecarlo en 2023. ‘Nole’ se tuvo que exigir a fondo en estos Juegos Olímpicos, tal como lo hizo el día anterior en los cuartos de final ante el griego Stefanos Tsitsipas.
El ganador de tres torneos de Roland Garros tuvo que recurrir dos veces al fisioterapeuta de pista para aliviar su dolor en la rodilla derecha, de la que se operó en junio. Todo esto por una lesión en el menisco que lo retiró de la tierra batida francesa antes de jugar contra el noruego Casper Ruud.
Sin embargo, levantó un partido complicado contra Tsitsipas, aunque se le iba enredando en el segundo set. Pero lo ganó al final por marcador de 7-6. En declaraciones posteriores dijo que estaba preocupado, intranquilo ante la situación y con dudas sobre su rendimiento. No obstante, no hubo secuela alguna y compitió a gran nivel.
El pulso de semifinales duró una hora y 50 minutos. Pero el italiano tuvo que bajar su mirada en el décimo juego, el clave del primer parcial, cuando Djokovic quebró para cerrar el set. Musetti alargó su espíritu atrevido durante el segundo periodo, de hecho, rompió el servicio del serbio en el tercer parcial y se puso con 2-1 con el saque de su lado. Pero no fue más que un espejismo porque Djokovic no hizo ninguna concesión. Con la lección aprendida del partido anterior, no dejó que Musetti alargara su renta y lo igualó.
Finalmente, el serbio ganó cinco juegos seguidos y sin mayores contratiempos selló su triunfo. Uno más, el decimoctavo en unos Juegos Olímpicos, más que nadie, para citarse en la final contra Carlos Alcaraz, el hombre que hasta ahora le ha arrebatado su sitio y con quien ahora compartirá una cita por el oro, ese que le ha sido tan esquivo y que Carlos disputará a tan corta edad.
El domingo será el cara a cara entre los dos máximos favoritos de la competición. El ganador de Roland Garros y Wimbledon contra el poseedor de 24 Grand Slam, que se dejó caer a la arcilla de la Phillipe Chatrier en cuanto amarró otro partido ganado, porque para él no fue uno más, sino el objetivo cumplido que se le había quedado sin tachar desde hace 16 años.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador