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El flamante nuevo número uno del ranking mundial, que arrancó la tercera ronda con una ventaja de cinco golpes, afrontará la jornada final del domingo con tres golpes de margen sobre el australiano Cameron Smith.
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La pugna por el primer trofeo de Grand Slam del año está eclipsada por la presencia de Tiger Woods, que sigue en competencia en su asombroso regreso al golf 13 meses después de su brutal accidente automovilístico.
El sábado, Woods completó los primeros 54 hoyos con un acumulado de 223 (+7) que le dejó sin esperanzas de pelear por un nuevo milagro en Augusta a sus 46 años.
“Simplemente no pude encontrar la sensación de sentirme cómodo con la pelota”, lamentó Woods. “La postura, la sensación, mi mano derecha, simplemente no pude encontrarla”.
“Las condiciones eran difíciles”, señaló. “Ha habido mucho viento todo el día y al principio hacía frío. La pelota no iba muy lejos”.
Resistiendo al feroz viento, Woods fue capaz de evitar el viernes el primer corte en Augusta desde su emblemático primer triunfo en 1997.
Woods encaraba el fin de semana en la 19º posición, a nueve golpes de distancia de Scheffler, una desventaja que ningún campeón del Masters ha logrado remontar en los últimos 36 hoyos.
Con su espíritu ultracompetitivo intacto, el golfista más grande del siglo no estaba dispuesto a claudicar pero sus opciones se desvanecieron rápidamente el sábado en medio del dolor y la fatiga en el desafiante Augusta National (Georgia).
Tiger acabó cometiendo dos doble bogeys, cinco bogeys y tres birdies para 78 golpes (+6) en la peor ronda de sus 24 participaciones en Augusta, donde ha protagonizado las mayores gestas de su carrera y ganado en cinco ocasiones, a una del récord de Jack Nicklaus.
“No creo que haya golpeado tan mal. Simplemente no tuve absolutamente ninguna sensación para los greens”, resumió.
La peor ronda en Augusta
En un clima seco y frío (10º C) que no le favorecía por sus problemas de espalda, Woods tropezó en el arranque de la tercera ronda al cometer un bogey en el primer hoyo por segundo día seguido.
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“Maldita sea”, exclamó el ídolo en el golpe de salida del quinto hoyo, como premonición del doloroso doble bogey que acabaría cometiendo al fallar un putt de menos de un metro.
El californiano sumó tres hoyos en par pero cometió otro bogey antes de iniciar la segunda parte del recorrido.
Los miles de aficionados que le siguen desde el jueves trataban de alentar al ídolo, gritando cada golpe y ovacionándole en el green.
Dos birdies seguidos en el 12º y 13º insuflaron ánimos en Tiger pero, visiblemente fatigado, se desplomó en un doloroso cierre con dos bogeys y un último doble bogey.
Para encontrar una peor jornada de Woods en Augusta hay que remontarse a los 77 golpes que registró en la tercera ronda de 1996, cuando debutó como amateur.
Aunque caía hasta la posición 41 de 52, Woods sigue en la lucha en su última y más inesperada resurrección en el golf, después de pasar meses sin poder caminar por las múltiples fracturas sufridas en la pierna derecha en el accidente, en el que colisionó con su todoterreno a casi 140 km/h.
“Nunca te rindas. Persigue siempre tus sueños”, resumió Woods sobre su mentalidad. “Todos y cada uno de los días presentan sus propios retos diferentes. Me despierto y vuelvo a empezar la lucha”.
Scheffler, por su primer ‘Major’
En la cabeza de la tabla, Scottie Scheffler comenzó su recorrido al ritmo de su fabulosa segunda ronda (67 golpes) pero se desinfló en la segunda parte del recorrido, en la que acumuló cuatro bogeys hasta un resultado de 71 golpes (-1)
Scheffler llegó a tener durante la jornada una ventaja de seis golpes en el liderato pero su bajón final fue aprovechado por el australiano Cameron Smith para reducir la distancia a tres con una tarjeta de 68 golpes (-4).
Número seis del ranking mundial, Smith fue subcampeón del Masters en 2020 y compite, al igual que Scheffler, por su primer trofeo de Grand Slam.
Más alejados, a cinco golpes del liderato se ubica el surcoreano Sungjae Im y a siete el irlandés Shane Lowry y el sudafricano Charl Schwarzel.
Scheffler es el jugador más en forma del circuito con tres trofeos esta temporada. Con el último de ellos, el WGC Match Play de marzo, desbancó al español Jon Rahm del número uno de PGA.
Rahm, que llegaba como uno de los grandes favoritos para hacerse con su primera chaqueta verde, se confirmó el sábado como una de las grandes decepciones con su peor jornada en el torneo.
En lugar de su deseada remontada, Rahm se estrelló con una tarjeta de 77 golpes (+5) con un doble bogey, cinco bogeys y dos birdies.
Por su parte el chileno Joaquín Niemann cayó al 26º lugar con su peor actuación de la semana, 77 golpes (+5), que lo dejaban a 13 golpes del liderato.