Se acabó la espera para Denver: los Nuggets son los nuevos campeones de la NBA
El equipo de Nikola Jokic se impuso a Miami Heat este lunes en el último partido de la serie, que terminó 4-1. Primer título de su historia después de casi seis décadas de historia y 46 temporadas.
Fernando Camilo Garzón
Tuvieron que pasar casi cincuenta temporadas, y eso sin contar sus casi seis décadas de historia, para que Denver celebrara un campeonato de la NBA. Este lunes, después de ganarle el quinto juego de las finales a Miami Heat, los Nuggets se consagraron como los nuevos campeones del mejor baloncesto del mundo.
No se pierda: Nikola Jokic: campeón de la NBA y MVP de las finales, ¿es el mejor del mundo?
El resultado final, que les dio el 4-1 en el marcador global, fue de 94 a 89 a favor de Denver, en un partido cerradísimo que se definió hasta el último cuarto y los segundos finales.
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La clave principal del título estuvo en la profundidad de un equipo que, si bien sí centra el protagonismo en su gran estrella, Nikola Jokic, con muchas variantes supo sobreponerse en momentos de dudas. Figuras como Jamal Murray, Aaron Gordon o Michael Porter Jr. serán inolvidables en el Estado de Colorado.
Al frente, Miami Heat fue un rival digno, más allá de que llegó, tal vez, mermado a la definición del campeonato después de las intensas series que superó en los playoffs. Sin embargo, también es cierto que era inferior a la máquina a la que se enfrentaba, como quedó demostrado.
Al final, ganó el mejor equipo de la liga, el que lleva años en un proceso que lo llevó a la cúspide del básquet y que, a través de Jokic y después de varios años y fracasos, este lunes hizo historia.
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Miami salió con el cuchillo entre los dientes
Miami Heat salió al partido entendiendo que no tenía más oportunidades. Si había que perder, por lo menos que no se les recriminara el esfuerzo.
Denver Nuggets, desconocido por momentos, se ahogó durante los primeros dos cuartos en la intensidad de los visitantes, que, con mucho trabajo en la pintura, peleando cada rebote y disminuyendo las pérdidas que le costaron el juego cuatro, se resistían a que la serie terminara fuera de casa.
Actitud que llevó a anular a las dos estrellas de Denver, Nikola Jokic y Jamal Murray, por lo menos en los primeros minutos. Si bien Miami Heat fundamentó su buen arranque en la presión estratégica con la que asumió el partido, se vio muy beneficiado por la desaparición de los mejores jugadores del rival.
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El problema de Miami fue que no pudo sacar verdadero petróleo de esa situación. Si bien se fue al descanso ganando, la diferencia, en los peores cuartos de los Nuggets en la serie, fue de apenas siete puntos.
Y ahí estuvo la clave del juego de Denver, que supo responder, con el resto de sus fichas, cuando las dos grandes estrellas se sacaron. Y así como en el juego cuatro Aaron Gordon llevó las riendas, por momentos en este juego definitivo, Michael Porter Jr., tan criticado por su rendimiento en los partidos previos, mantuvo el barco a flote cuando parecía que el Heat se escapaba.
Mientras Miami siempre fue incómodo para todos sus rivales durante los play-offs, en la final, contra Denver, nunca pudo encontrar su forma definitiva. Eso le costó el anillo, no poder encontrar respuestas al desbordante poderío de su rival.
Para Denver el reto era la presión
Miami Heat tenía claro su libreto, mientras que los Nuggets de Denver estaban ante su primera oportunidad de quedar campeón de la NBA. Por supuesto, había presión y ese también era un factor. Más ante la localía, el público y el agobio que representaba la estrategia de Miami, que si algo demostró esta temporada fue resiliencia y capacidad de reponerse a toda circunstancia adversa.
Pero el miedo a perder pareció desaparecer en el regreso de los vestuarios. Las cargas se equipararon en el tercer cuarto y la paupérrima diferencia que Miami Heat sacó en la primera mitad, rápidamente se esfumó en la segunda.
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Denver, con otro ímpetu y con Nikola Jokic enchufado como no se le había visto en todo el juego, se montó en el partido, más allá de que, claro, Miami Heat nunca bajó los brazos.
Mientras tanto, la televisión empezó a mostrar un Nikola Jokic desaforado, gritando a sus compañeros y motivando su reacción. Con ese impulso, Denver Nuggets atosigó a Miami Heat, que, aunque golpeado, no quedó derrotado.
Ni siquiera ante la marea de triples que conectó Denver en momentos claves entre el tercer y el último cuarto. La definición, a pesar del aluvión ofensivo de los locales, fue un duelo cara a cara con mínimas diferencias de un punto hasta cuando todavía faltaba apenas un minuto para acabar el partido.
Denver supo resolver las jugadas determinantes. Ahí estuvo la otra clave porque, en la otra cara, Miami Heat no supo cerrar el partido. De hecho, Jimmy Butler, su estrella, falló en las dos jugadas finales, lo que le dio el título a los de casa.
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Un campeonato que es la consagración de toda la franquicia y de Jokic, elegido MVP de las finales, quien ya considerado como uno de los mejores pívots de la historia de la NBA.
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Tuvieron que pasar casi cincuenta temporadas, y eso sin contar sus casi seis décadas de historia, para que Denver celebrara un campeonato de la NBA. Este lunes, después de ganarle el quinto juego de las finales a Miami Heat, los Nuggets se consagraron como los nuevos campeones del mejor baloncesto del mundo.
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Mientras Miami siempre fue incómodo para todos sus rivales durante los play-offs, en la final, contra Denver, nunca pudo encontrar su forma definitiva. Eso le costó el anillo, no poder encontrar respuestas al desbordante poderío de su rival.
Para Denver el reto era la presión
Miami Heat tenía claro su libreto, mientras que los Nuggets de Denver estaban ante su primera oportunidad de quedar campeón de la NBA. Por supuesto, había presión y ese también era un factor. Más ante la localía, el público y el agobio que representaba la estrategia de Miami, que si algo demostró esta temporada fue resiliencia y capacidad de reponerse a toda circunstancia adversa.
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Ni siquiera ante la marea de triples que conectó Denver en momentos claves entre el tercer y el último cuarto. La definición, a pesar del aluvión ofensivo de los locales, fue un duelo cara a cara con mínimas diferencias de un punto hasta cuando todavía faltaba apenas un minuto para acabar el partido.
Denver supo resolver las jugadas determinantes. Ahí estuvo la otra clave porque, en la otra cara, Miami Heat no supo cerrar el partido. De hecho, Jimmy Butler, su estrella, falló en las dos jugadas finales, lo que le dio el título a los de casa.
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