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Hace menos de un mes la carrera deportiva de Sebastián Saavedra inició uno de sus momentos más críticos cuando, como lo contó El Espectador, el piloto bogotano de 20 años rompió repentinamente su contrato con el equipo Bryan Herta Autosport, con el que corría la Indy Lights y con el que había disputado además las 500 Millas de la IndyCar. En ese momento no había ninguna otra carrera planeada en este 2010 y el divorcio no se veía favorable para ninguna de las partes.
Sin embargo, el haber cerrado una puerta abrió otras. En cuestión de días su entorno y proyección han cambiado y además estará de nuevo corriendo, no en la Indy Lights, sino un paso más arriba, en la IndyCar. Saavedra disputará este sábado la válida final de la categoría en el Homestead Miami Speedway (6:00 p.m. por Espn), manejando el auto 36 del equipo Conquest Racing, una máquina naranja y blanco que llevará el tricolor colombiano.
Esta oportunidad se ha dado en parte gracias a la gestión de quien es ahora el nuevo manejador de Saavedra, el escocés Derrick Walker, quien además lleva los intereses del australiano Will Power, actual líder y posible campeón de la IndyCar esta noche.
Saavedra tuvo la oportunidad de probar el auto que correrá este sábado el lunes y aunque es apenas la segunda vez que se subía a un IndyCar en un óvalo, la progresión fue rápida y logró rodar por encima de los 330 kilómetros, mejor que algunos de los expertos de la serie. “Tuvimos una progresión rápida y fue lo que más nos gustó”, le dijo Saavedra a este medio. “Desde un principio pude pasar a fondo en las curvas, que era lo primero. Pienso que tenemos buena velocidad para la carrera”.
Sin embargo, Walker cree que dadas las circunstancias no se debe poner muy alto el listón para esta carrera. “Francamente Sebastián no ha tenido suficiente tiempo para prepararse, así que las expectativas deben ser modestas dada su inexperiencia”, le dijo Walker a El Espectador. “Si termina entre los 15 primeros, sería bueno”.