Selección femenina de baloncesto en silla de ruedas no pudo viajar al suramericano
¿La razón? No consiguieron tiquetes para el transporte de la delegación. El Comité Paralímpico Colombiano, en el ojo del huracán. Hay denuncias de negligencia.
Por medio de un comunicado firmado por las integrantes de selección de Colombia femenina de baloncesto en silla de ruedas, se informó que no participarán en el sudamericano de la disciplina que comenzó el pasado 28 de noviembre en Buenos Aires, debido a que no se consiguieron los tiquetes para el traslado de la delegación.
De acuerdo con el comunicado manifestaron lo siguiente: “Nos tuvieron a la espera de una respuesta durante tres días hasta que el 28 de noviembre nos dimos cuenta por personas externas a la organización de nuestro país que a las 10:00 a.m. ya habían confirmado la no participación del equipo femenino y sí la del masculino, siendo este un acto indignante y discriminatorio”.
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Posteriormente aseguraron que “solo hasta las 8:00 p.m. del mismo día se realizó una reunión virtual en la que nos confirmaron que definitivamente no había ninguna posibilidad para competir, lo cual trae como consecuencia una posible suspensión del equipo impidiendo nuestra participación en próximos eventos”.
Las jugadoras, de igual manera, comentaron que “no es justo que si los recursos fueron desembolsados con tiempo para hacer la respectiva reserva, solo un par de días antes intenten buscar soluciones que no llegaron a ningún resultado”.
El Espectador, en dialogo con miembros de la oficina de prensa del ministerio del Deporte, confirmó que los recursos sí se desembolsaron para dicha competencia, que fueron 387 millones de pesos.
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Según el Comité Paralímpico Colombiano sí se realizaron diferentes búsquedas para la compra de los tiquetes y que la delegación viajara, pero no fue posible. “Desde el 12 de noviembre del año en curso y hasta el día 27 de noviembre, se inició un proceso de búsqueda de vuelos internacionales hacia la ciudad de Buenos Aires, saliendo de Bogotá el 27 de noviembre y regresando a Colombia el 7 de diciembre, según el cronograma establecido”.
Asimismo se informó que: “ No se encontró disponibilidad de vuelos que cumplieran con las fechas requeridas. Debido a las restricciones de bioseguridad empleadas en Argentina. Los precios oscilaban entre $8.000.000 y $9.000.000 (precios sin incluir los valores adicionales por equipaje con características especiales como sillas de ruedas deportivas). Costos que superan los precios regulares del mercado para este tipo de itinerarios y que excedían el monto presupuestal asignado para este concepto”.
El Comité Paralímpico Colombiano informó en su comunicado las diferentes opciones que contempló para poder concretar el viaje de la selección con vuelos incluyendo conexiones nacionales, fronterizas e internacionales.
De hecho, uno de los puntos que alega la selección femenina es que la masculina sí podría viajar: La respuesta del CPC fue la siguiente: “Los hechos presentados con los vuelos a Argentina no corresponden a violaciones al derecho a la igualdad, el cual es respetado y apreciado por este organismo deportivo con cada una de sus actuaciones”.
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Inclusive afirmó que varias jugadoras no contaban con la visa de ingreso a Estados Unidos (pues había la posibilidad de conseguir vuelos con escala en ese país) y dicho proceso tardaba más de un año, pero para la selección masculina fue diferente. “Nos encontramos tramitando la participación de la selección masculina para este mismo evento, cuya situación es diferente, ya que la mayoría de sus integrantes tiene visa estadounidense y se tiene más tiempo para la adquisición de los tiquetes aéreos, sin embargo, las dificultades para el ingreso a Argentina son las mismas”.
Yuli Quiceno, una de las integrantes de la selección de Colombia femenina de baloncesto en silla de ruedas habló con El Espectador explicando lo ocurrido. “Al enterarnos de que sí se realizó la inscripción de la selección masculina, nos reunimos las 25 deportistas que conformamos la selección y presentamos un derecho de petición aclarando esta situación tan indignante y discriminatoria”.
Las jugadoras llevaban más de 10 días a la espera de alguna respuesta. “Estamos desde el 18 de noviembre entrenando en Bogotá hasta hoy 30 del mismo mes. Hasta el 25 nos tuvieron en la concentración, nunca nos dieron un uniforme de juego, la hidratación llegó el último día. Tampoco tuvimos llantas ni herramientas para arreglar las sillas, no tuvimos ningún tipo de garantías dentro de la concentración”.
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La desilusión y la frustración son evidentes en las jugadoras. “Ellos tuvieron la resolución para la preselección y la concentración, la cual salió el 7 de noviembre, debieron anticiparse y organizar el tema logístico del cual tenían conocimiento desde el 21 de junio de 2021″.
A eso se suma lo siguiente: “Fue una falta de organización y negligencia de la parte administrativa, jugaron con nuestras esperanzas como deportistas haciéndonos esperar hasta el último día para decirnos que no, que acabaron con todo un ciclo paralímpico. Podríamos recibir sanciones y nuestra participación en la Copa América que se realizará el próximo año estar comprometida”.
La selección femenina de baloncesto en silla de ruedas exige excusas públicas por parte de las organizaciones involucradas, así como “un proceso de calidad, un mínimo de concentraciones, preparación, protección técnica, más respeto hacia el proceso femenino, que nos incluyan en la carta fundamental de los Juegos Paranacionales, que nos permitan jugar como selección en los interclubes que se hagan en los departamentos y que se hagan fogueos internacionales para mejorar nuestro nivel”.
Por medio de un comunicado firmado por las integrantes de selección de Colombia femenina de baloncesto en silla de ruedas, se informó que no participarán en el sudamericano de la disciplina que comenzó el pasado 28 de noviembre en Buenos Aires, debido a que no se consiguieron los tiquetes para el traslado de la delegación.
De acuerdo con el comunicado manifestaron lo siguiente: “Nos tuvieron a la espera de una respuesta durante tres días hasta que el 28 de noviembre nos dimos cuenta por personas externas a la organización de nuestro país que a las 10:00 a.m. ya habían confirmado la no participación del equipo femenino y sí la del masculino, siendo este un acto indignante y discriminatorio”.
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Posteriormente aseguraron que “solo hasta las 8:00 p.m. del mismo día se realizó una reunión virtual en la que nos confirmaron que definitivamente no había ninguna posibilidad para competir, lo cual trae como consecuencia una posible suspensión del equipo impidiendo nuestra participación en próximos eventos”.
Las jugadoras, de igual manera, comentaron que “no es justo que si los recursos fueron desembolsados con tiempo para hacer la respectiva reserva, solo un par de días antes intenten buscar soluciones que no llegaron a ningún resultado”.
El Espectador, en dialogo con miembros de la oficina de prensa del ministerio del Deporte, confirmó que los recursos sí se desembolsaron para dicha competencia, que fueron 387 millones de pesos.
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Asimismo se informó que: “ No se encontró disponibilidad de vuelos que cumplieran con las fechas requeridas. Debido a las restricciones de bioseguridad empleadas en Argentina. Los precios oscilaban entre $8.000.000 y $9.000.000 (precios sin incluir los valores adicionales por equipaje con características especiales como sillas de ruedas deportivas). Costos que superan los precios regulares del mercado para este tipo de itinerarios y que excedían el monto presupuestal asignado para este concepto”.
El Comité Paralímpico Colombiano informó en su comunicado las diferentes opciones que contempló para poder concretar el viaje de la selección con vuelos incluyendo conexiones nacionales, fronterizas e internacionales.
De hecho, uno de los puntos que alega la selección femenina es que la masculina sí podría viajar: La respuesta del CPC fue la siguiente: “Los hechos presentados con los vuelos a Argentina no corresponden a violaciones al derecho a la igualdad, el cual es respetado y apreciado por este organismo deportivo con cada una de sus actuaciones”.
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Las jugadoras llevaban más de 10 días a la espera de alguna respuesta. “Estamos desde el 18 de noviembre entrenando en Bogotá hasta hoy 30 del mismo mes. Hasta el 25 nos tuvieron en la concentración, nunca nos dieron un uniforme de juego, la hidratación llegó el último día. Tampoco tuvimos llantas ni herramientas para arreglar las sillas, no tuvimos ningún tipo de garantías dentro de la concentración”.
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A eso se suma lo siguiente: “Fue una falta de organización y negligencia de la parte administrativa, jugaron con nuestras esperanzas como deportistas haciéndonos esperar hasta el último día para decirnos que no, que acabaron con todo un ciclo paralímpico. Podríamos recibir sanciones y nuestra participación en la Copa América que se realizará el próximo año estar comprometida”.
La selección femenina de baloncesto en silla de ruedas exige excusas públicas por parte de las organizaciones involucradas, así como “un proceso de calidad, un mínimo de concentraciones, preparación, protección técnica, más respeto hacia el proceso femenino, que nos incluyan en la carta fundamental de los Juegos Paranacionales, que nos permitan jugar como selección en los interclubes que se hagan en los departamentos y que se hagan fogueos internacionales para mejorar nuestro nivel”.