“Será mi primera vez fuera de Cuba”: Marlon Díaz

El 2 de octubre de 2018, Marlon Díaz tomó un vuelo desde Cuba, pasando por Lima, y finalmente llegó a Buenos Aires. Nunca había volado en avión, tampoco había salido de su país. “Me siento un poco nervioso”, admitió en su momento, pero después explicó que la experiencia de ir a más de 10 mil pies de altura fue increíble y que lo único que no le gustó fue el dolor en los oídos al aterrizar.

Al llegar lo asombró que en Argentina la cantidad de habitantes fuera de 45 millones, mientras que la cantidad de vacas fuera de 50. Además, se sorprendió por la comida abundante en cada esquina, en cada lugar, realidad muy diferente a la de su Cuba, sin contar que la gente y la cultura se le hacían diferente.

Las leyes migratorias siempre han sido estrictas en su país. Sin embargo, en agosto de 2012, el entonces presidente Raúl Castro se comprometió a actualizarlas y permitir la libertad de movimiento. Castro explicó que algunas regulaciones fueron justificadas en defensa de la revolución en 1959, pero que otras “persistieron innecesariamente”.

Antes de la nueva ley, impuesta el 14 de enero 2013, cualquier persona que se quedara en el extranjero durante más de 11 meses perdería sus derechos de residencia en Cuba. Según cifras de la Oficina Nacional Estadística, 38,165 personas no pudieron volver en 2010.  Por fortuna, ahora cualquiera puede estar dos años fuera de su país.

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En el pasado, los cubanos necesitaban la tarjeta blanca para viajar y pagaban por esta 150 dólares, más de siete veces el salario mensual, y la invitación de su país destino que costaba 200. En la actualidad, según Granma, el periódico del Partido Comunista de Cuba, solo necesitan un pasaporte y una visa, si el país destino la solicita.

Sin embargo, el pasaporte nuevo de Cuba cuesta alrededor 90 dólares y todavía existen casos en los que las personas no pueden obtenerlo, pues el gobierno alude “razones de interés público”

“Puedes salir del país si tienes dinero o si eres médico o deportistas, claro está luego de un gran esfuerzo”, apuntó Díaz, quien atravesó una situación más cómoda, pues el tener un contrato deportivo le ayudó a sobrepasar las barreras burocráticas. Ahora, como nuevo jugador de La Unión de Colón, en la provincia de Entre Ríos, seguirá destacándose para seguir labrando un futuro que tiene como siguiente paso vivir en el extranjero.

El futuro para deportistas

Díaz explicó las dificultades que enfrentan hoy en día los deportistas en Cuba. “No tenemos buenas condiciones para entrenar, la infraestructura es débil y la alimentación también. El transporte es malo y tenemos que desplazarnos mucho para poder practicar nuestras disciplinas. Además de todo esto, el estado no te paga un peso”.

Sin embargo, la motivación de un mejor futuro, de seguir con lo que lo apasiona y luchar por sus sueños ha llevado a Marlon a seguir sin descanso con una sola meta en la mita: llegar a la NBA.

“Sé que es difícil porque es el sueño de todos los basquetbolistas, pero no es algo imposible y creo que con entrenamiento puedo lograrlo”. En cuanto a la llegada de Miguel Díaz-Canel a la presidencia de cu país, Marlon cree que todavía es muy pronto para analizar su gestión. “Apenas empieza su gobierno. Lo único que he visto es que le pone más empeño a todo lo que tiene que ver con el deporte y nos está abriendo las puertas a los que queremos dejar el nombre de nuestro país en alto”, apuntó.

Por ahora, llegar hasta el sur del continente parece un gran paso para alguien que entiende que de las limitaciones vienen los más grandes deseos, los verdaderos sueños, y que ahora ha avanzado un poco en el camino que tiene como punto de llegada, como su punto de llegada, el baloncesto de los Estados Unidos.

El 2 de octubre de 2018, Marlon Díaz tomó un vuelo desde Cuba, pasando por Lima, y finalmente llegó a Buenos Aires. Nunca había volado en avión, tampoco había salido de su país. “Me siento un poco nervioso”, admitió en su momento, pero después explicó que la experiencia de ir a más de 10 mil pies de altura fue increíble y que lo único que no le gustó fue el dolor en los oídos al aterrizar.

Al llegar lo asombró que en Argentina la cantidad de habitantes fuera de 45 millones, mientras que la cantidad de vacas fuera de 50. Además, se sorprendió por la comida abundante en cada esquina, en cada lugar, realidad muy diferente a la de su Cuba, sin contar que la gente y la cultura se le hacían diferente.

Las leyes migratorias siempre han sido estrictas en su país. Sin embargo, en agosto de 2012, el entonces presidente Raúl Castro se comprometió a actualizarlas y permitir la libertad de movimiento. Castro explicó que algunas regulaciones fueron justificadas en defensa de la revolución en 1959, pero que otras “persistieron innecesariamente”.

Antes de la nueva ley, impuesta el 14 de enero 2013, cualquier persona que se quedara en el extranjero durante más de 11 meses perdería sus derechos de residencia en Cuba. Según cifras de la Oficina Nacional Estadística, 38,165 personas no pudieron volver en 2010.  Por fortuna, ahora cualquiera puede estar dos años fuera de su país.

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En el pasado, los cubanos necesitaban la tarjeta blanca para viajar y pagaban por esta 150 dólares, más de siete veces el salario mensual, y la invitación de su país destino que costaba 200. En la actualidad, según Granma, el periódico del Partido Comunista de Cuba, solo necesitan un pasaporte y una visa, si el país destino la solicita.

Sin embargo, el pasaporte nuevo de Cuba cuesta alrededor 90 dólares y todavía existen casos en los que las personas no pueden obtenerlo, pues el gobierno alude “razones de interés público”

“Puedes salir del país si tienes dinero o si eres médico o deportistas, claro está luego de un gran esfuerzo”, apuntó Díaz, quien atravesó una situación más cómoda, pues el tener un contrato deportivo le ayudó a sobrepasar las barreras burocráticas. Ahora, como nuevo jugador de La Unión de Colón, en la provincia de Entre Ríos, seguirá destacándose para seguir labrando un futuro que tiene como siguiente paso vivir en el extranjero.

El futuro para deportistas

Díaz explicó las dificultades que enfrentan hoy en día los deportistas en Cuba. “No tenemos buenas condiciones para entrenar, la infraestructura es débil y la alimentación también. El transporte es malo y tenemos que desplazarnos mucho para poder practicar nuestras disciplinas. Además de todo esto, el estado no te paga un peso”.

Sin embargo, la motivación de un mejor futuro, de seguir con lo que lo apasiona y luchar por sus sueños ha llevado a Marlon a seguir sin descanso con una sola meta en la mita: llegar a la NBA.

“Sé que es difícil porque es el sueño de todos los basquetbolistas, pero no es algo imposible y creo que con entrenamiento puedo lograrlo”. En cuanto a la llegada de Miguel Díaz-Canel a la presidencia de cu país, Marlon cree que todavía es muy pronto para analizar su gestión. “Apenas empieza su gobierno. Lo único que he visto es que le pone más empeño a todo lo que tiene que ver con el deporte y nos está abriendo las puertas a los que queremos dejar el nombre de nuestro país en alto”, apuntó.

Por ahora, llegar hasta el sur del continente parece un gran paso para alguien que entiende que de las limitaciones vienen los más grandes deseos, los verdaderos sueños, y que ahora ha avanzado un poco en el camino que tiene como punto de llegada, como su punto de llegada, el baloncesto de los Estados Unidos.