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Sonny Liston, la fugaz vida de un rebelde

Se cumplen 55 años de una pelea histórica en la que Muhammad Ali noqueó, por el título de pesos pesados, a un boxeador que alguna vez fue el más temido de América y que murió años después de forma misteriosa. Esa foto le dio la vuelta al mundo.

Jesús Miguel de la Hoz
26 de mayo de 2020 - 12:08 a. m.
Muhamad Ali noquea a Sonny Liston, en 1965.
Muhamad Ali noquea a Sonny Liston, en 1965.
Foto: Agencia AFP

La vida de Sonny Liston comenzó y terminó con más dudas que certezas, entre brumas que hacen que ambos momentos sean sombríos, confusos. Nadie sabe el momento ni la hora de su nacimiento, ni la de su muerte: son incógnitas que quedarán para siempre sin respuestas.

Forest City, Arkansas, un estado del sur de Estados Unidos, en el que la segregación racial era muy marcada, lo vio llegar al mundo, en 1932. Charles, como fue nombrado, fue uno de los 25 hijos que tuvieron Tobe y Helen. Creció entre la pobreza y la violencia. “No tenía nada cuando era niño, sino muchos hermanos y hermanas, una madre indefensa y un padre que no se preocupaba por ninguno de nosotros. Crecimos con poca ropa, sin zapatos, poco para comer. Mi padre me obligó a trabajar y me azotó mucho más fuerte”, dijo en una entrevista.

Tobe siempre fue duro tanto con Sonny como con sus hermanos y Helen. A todos los molió a golpes, sin compasión. La segregación, los insultos y el escarnio que vivió día tras día, sumado a la falta de dinero y oportunidades lo llevaron a trasladar la rabia, que tenía con la sociedad, contra su familia.

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Esa fue la principal razón por la que Helen, en 1946, se separó de su marido y se llevó a sus hijos a San Luis. Fue allá donde la juventud de Sonny Liston se balanceó entre centros penitenciarios y vandalismo, la mayoría traducidos en robo a estaciones de servicio y restaurantes, por lo que fue condenado a cinco años. Sin embargo, Fue en prisión donde adquirió el gusto por el boxeo.

Tenía todas las condiciones: altura, peso, fuerza y, la más importante de todas, no tenía miedo a salir lastimado. Lo demostró en la penitenciaría del estado de Missouri, allí sus puños lo llevaron a conquistar el campeonato. Fue un sorbo que le gustó y lo llevó por un camino que hizo que su nombre fuera reconocido a nivel mundial.

Después de cumplir dos años de condena, obtuvo la libertad condicional: un equipo de representantes de boxeadores con conexiones con el crimen organizado fue el encargado de sacarlo de la cárcel y, a su vez, el que puso su carrera pugilística en marcha. No tardó mucho en demostrarle al mundo sus puños letales. En su debut como profesional, el 2 de septiembre de 1953, en San Luis, necesitó de 33 segundos para noquear a Don Smith.

Fue un inicio arrollador, en el que demostró todas sus cualidades. En sus primeras 16 peleas registró marca de 15 victorias, siete de ellas por la vía rápida, y una derrota. Su figura, rápidamente, ganó reputación dentro del cuadrilatero, tanto así que lo consideraron como uno de los mejores pugilistas de pesos pesados, en la historia. No obstante, por fuera, el desorden continuó. Fue estigmatizado por sus nexos con el crimen organizado y sus constantes enfrentamientos con la policía, que lo llevaron de nuevo a prisión.

Por lo anterior, en 1960, cuando fue propuesto para pelear contra Floyd Paterson por el título de pesos pesados, el congreso de Estados Unidos debatió si le iba a conceder tal premio a un boxeador de color, con antecedentes penales. Nadie lo quería, nadie hablaba por él. Sonny Liston se defendió a capa y espada en un subcomité del Senado, en el que resaltó que era analfabeto y que, desde pequeño, había trabajado duro para llevar un sustento a la casa.

Sin embargo, su comportamiento no mejoró: fue enviado a la cárcel, en dos ocasiones en 1961. La primera, por conducta desordenada y la segunda, por resistencia al arresto tras hacerse pasar por un policía. Ambos incidentes se presentaron en Filadelfia, ciudad a la que recién se había mudado después de que sus managers le vendieran su contrato a Frankie Carbo y Blinky Palermo, dos figuras de la mafia en el noreste de Estados Unidos. Lo que llevó a que su licencia fuera suspendida, por tres meses.

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Cumplido el plazo de su castigo, se enfrentó al alemán Albert Westphal, a quien noqueó en el primer asalto, lo que lo dejó como uno de los contendientes al título mundial de pesos pesados. Aunque hubo varias protestas para que Floyd Paterson evitara pelear contra Liston, nada se pudo hacer para detenerlo. El 25 de septiembre de 1962, en Chicago, fue el día propuesto para la lucha por el campeonato.

Sonny Liston acabó a Paterson, sin clemencia, en menos de dos minutos. Lo destrozó. Fue el primer combate por el título de los pesos pesados que se decidió en el primer asalto. La revancha se llevó a cabo un año después, en Las Vegas, nuevamente ganó Liston por nocaut en el round inicial.

Su segunda defensa del título fue, nada más ni nada menos, contra Cassius Clay (Muhammad Ali), en febrero de 1964. Liston no salió al séptimo asalto, por una lesión en el hombro. El 25 de mayo de 1965, Liston peleó nuevamente contra Muhammad Ali, quien lo noqueó en el primer round, con un puño fantasma, lo que dejó una fotografía para el recuerdo.

Tras tomarse un año sabático, regresó al boxeo, en 1966, y, aunque, llegó a tener una serie de 14 victorias consecutivas, perdió su oportunidad de pelear por el título tras ser noqueado por Leotis Martin, en 1969. En su último combate, en junio de 1970, noqueó a Chuck Wepner. “Nunca peleé con nadie que pegara tan fuerte como él”, aseguró el pugilista.

El 5 de enero de 1971, Geraldine Liston, esposa de Sonny, encontró su cadáver en su casa, en Las Vegas. Después de varios intentos para comunicarse con su marido, se asombró al ver una pila de diarios en la puerta de la entrada. Una vez se decidió a entrar, se percató de un mal olor fuerte. “Pensé que había dejado algo en la estufa, pero fui a la cocina y no vi nada allí”, dijo en una entrevista años después.

Siguió el olor extraño a una habitación en la parte superior de la casa, en la que encontró a su esposo. Quien, en alguna vez, fue el luchador más temido de América, estaba tirado a los pies de su cama usando solo su ropa interior. Su cuerpo estaba hinchado, había estado muerto durante, al menos, seis días y tenía sangre seca en la nariz.

Geraldine no llamó a la policía de manera inmediata. Según un informe policial de Las Vegas, primero se comunicó con su abogado y, posteriormente, trató desesperadamente de comunicarse con un médico. Cuando finalmente llegó uno, pudo hacer poco más que confirmar lo que ella ya sabía. Charles “Sonny” Liston, a los 39 años, fue declarado muerto en la escena. Uno de los misterios más grandes de la historia del deporte.

Por Jesús Miguel de la Hoz

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