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El español Rafael Nadal quedó a las puertas de otro título grande, al avanzar ayer a la final del tenis olímpico, en la que lo espera el chileno Fernando González, que sobrevivió a un partido que parecía perdido.
Nadal derrotó en las semifinales al serbio Novak Djokovic 6-4, 1-6, 6-4 y González doblegó al estadounidense James Blake 4-6, 7-5, 11-9.
El chileno, que ganó la medalla de oro de dobles en Atenas y se conformó con el bronce en sencillos, ya se aseguró la presea de plata, pero para quedarse con el oro deberá vencer a un Nadal imparable, que se adjudicó los abiertos de Francia y Wimbledon derrotando al suizo Roger Federer en la final y que es el nuevo número uno de la clasificación mundial.
Nadal dijo que se sentía afortunado de haberle ganado a Djokovic en cancha rápida. “La última vez que le gané (en cemento) creo que fue en el 2007. Pero salieron bien las cosas y ahora es un sueño estar en esta final”, apuntó.
El español expresó sobre González: “Será un rival muy duro porque está jugando muy bien. Hizo un partido increíble contra James Blake, con sus servicios y una derecha increíble. Sé que tendré que hacerlo todo muy bien si quiero ganar”.
“Estoy feliz porque me aseguro otra medalla”, declaró González, quien tuvo tres match points en contra en el último set, cuando quedó 5-6 y 0-40 con su saque. Pero logró sobrevivir jugándose al todo por el todo, con remates que picaban junto a las líneas.
Blake se quejó de que su rival traicionó el espíritu olímpico al no darle un punto en el que supuestamente la pelota había rozado su raqueta antes de picar afuera. González dijo que él no sintió nada, pero el estadounidense no quedó muy convencido.
“En una olimpiada, en un deporte que se supone es de caballeros, uno tiene que ser honesto. Fernando me vio directamente a los ojos y se quedó callado”, dijo Blake.
Federer podría consolarse con el oro en dobles. Avanzó a la instancia decisiva en pareja con Stanislas Wawrinka, tras vencer a los estadounidenses Bob y Mike Bryan.