Nuestros cuatro fantásticos en los Juegos Olímpicos de la Juventud

¿Quiénes son estos chicos estrellas que le dieron tanto al deporte colombiano y garantizaron el futuro olímpico del país? Ellos mismos se presentan y cuentan sus sensaciones.

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Daniel Avellaneda
21 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
Johnny Angulo, Daniel Restrepo, Gabriela Rueda y Valeria Cabezas: los medallistas olímpicos de oro de Colombia. / Mauricio Alvarado
Johnny Angulo, Daniel Restrepo, Gabriela Rueda y Valeria Cabezas: los medallistas olímpicos de oro de Colombia. / Mauricio Alvarado
Foto: MAURICIO ALVARADO
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La llama olímpica se apaga y la luna ilumina el cielo de Soldati, en el sur de la ciudad de Buenos Aires. Ahí mismo, en la villa que alojó a deportistas de todo el mundo durante dos semanas, brillan las blancas sonrisas de cuatro atletas colombianos. Son parte del orgullo nacional en los Juegos de la Juventud que se disputaron en estas latitudes. Y cuando se consumen las últimas horas de este evento que movió a un millón de espectadores de todo el mundo, Daniel Restrepo, Johnny Angulo, Gabriela Rueda y Valeria Cabezas hablan con El Espectador.

Son los momentos previos al regreso a Bogotá, donde el viernes pasado fueron homenajeados en la villa de Coldeportes. Colombia logró su mejor presentación en esta competencia con 12 medallas (cinco de oro, cuatro de plata y tres de bronce), finalizando en la 12ª posición, el segundo mejor país de toda la región, detrás del local Argentina, y el tercero de América, superado por Estados Unidos.

Restrepo, Rueda, Angulo y Cabezas se quedaron con cinco medallas de oro.

La charla se desarrolla con los cuatro campeones. Jóvenes pujantes y talentosos que brindaron su mayor esfuerzo para llegar a esta instancia y sacrificaron esas horas de ocio propias de los adolescentes. Para ser deportista hay que tener mucho juicio. La rumba no está prohibida, claro, pero el descanso es fundamental y poco toca bailar.

¿Quiénes son estos chicos estrellas que le dieron tanto al deporte colombiano y garantizaron el futuro olímpico del país? Ellos mismos se presentan y cuentan sus sensaciones.

Restrepo: agua y oro

Fue el abanderado de la delegación colombiana. Todavía despierta una sonrisa su desfile en el Obelisco, escenario urbano de la fiesta inaugural, con la bandera tricolor y el sombrero vueltiao. Mucho más se recuerda ese salto fantástico que terminó con la primera medalla de oro en el trampolín de tres metros, una especialidad que ya le había permitido ganar el Mundial de Kiev. Lo que no esperaba Restrepo era ganar una segunda presea dorada en la disciplina de clavados mixtos junto a la china Shan Lin. “Con una medalla ya estaba hecho. Me había preparado para la disciplina que mejor manejo. No imaginaba que podía terminar estos Juegos con dos. Fue algo muy emocionante”, le cuenta a El Espectador. Y basta con ver esas lágrimas que fluyeron cuando sonó el himno de Colombia y le colgaron la medalla en el cuello.

Nacido en Medellín, criado en el barrio El Naranjal, la hiperactividad del pequeño Dany llevó a su mamá, Lucy García, a llevarlo a natación. Lo que parecía una terapia terminó transformándose en su carrera. Tuvo varios entrenadores, pero Wilson Molina es clave en este momento extraordinario. “Ha sido un apoyo muy grande para mí. Yo lo considero mi amigo, me da muy buenos consejos. En la parte técnica y deportiva y es un gran entrenador”, dice Restrepo.

¿Es un balance mejor de lo esperado?

Sin dudas, estaba seguro de que podía hacer una gran competencia. Dos medallas es más de los que puedo pedir. Fue muy duro, tuve rivales que mostraron grandes condiciones, pero en el último salto logré la mejor versión de mí. Gracias a Dios, se dio todo. Tuvimos muy buenos resultados. Ahora quiero festejar, descansar y volver a entrenarme porque hay que seguir.

Rueda: actitud y patines

Gabriela Rueda nació en Bogotá hace 18 años. Y casi desde que empezó a caminar se sube a los patines. Los primeros fueron metálicos con ruedas naranjas. A la distancia, los recuerda con un gesto nostálgico. Hoy, calzarse sobre ruedas tiene un valor superior a los US$300 el par. Apoyada por sus padres, inició su vínculo con el deporte en el Club Tequendama. Mucho tuvo que ver su hermana Cindy, quien la contagió en la disciplina. Su clasificación a los Juegos Olímpicos de la Juventud había sido histórica para el patinaje colombiano. La medalla plateada que consiguió en los 5.000 metros del Mundial de Heerde, Holanda, le dio el pase a Buenos Aires. Y en la prueba combinada se corporizó en la primera ganadora del oro.

“Es una experiencia nueva, porque no estaba acostumbrada a competir en una pista con tanto peralte. Es muy diferente a la que usamos para entrenar. Pero no tuve problemas. Me adapté rápido y pude lograr el objetivo”, cuenta Gaby, simpática. Admiradora de la Chechi Baena, múltiple campeona mundial, pondera a Anwar Cárdenas, su entrenador. “Siempre ha sido muy disciplinado, tiene mentalidad positiva y saca lo mejor de sus deportistas, no solo en la actividad en sí misma; también, en la faceta humana”, asegura.

¿Cuándo tuvo la certeza de que iba a ganar el oro?

Había rivales muy buenas, de Italia, Francia, China, Taipéi y España. Tuve que esforzarme el doble. Pero se mostró la mejor actitud y la preparación necesaria para poder cumplir la meta. Me tenía mucha fe, mucha confianza. Ganar las primeras dos pruebas fue importante para llegar con tranquilidad a la semifinal.

Rueda ganó la prueba de 5.000 metros y antes de la final ya sabía que se haría acreedora a la presea dorada. Con 42 puntos superó a la francesa Honorine Barrault y a la italiana Giorgia Valanzano. “Espero poder seguir por este camino y darle más alegrías al deporte colombiano. Quiero ser campeona del mundo en mayores, ese es mi próximo objetivo”, dice. Y ya piensa en los Juegos Olímpicos que se disputarán en París durante 2024.

Angulo y su revancha

Orlando Yepes era amigo de la familia y como Valle del Cauca es una cuna de patinadores, Johnny Angulo no podía tener otro destino. Sobre todo cuando se subió a los primeros patines. Velocidad, resistencia, habilidad. Todos esos atributos vio este notable entrenador en este chico que hoy tiene 18 años y una medalla dorada para Colombia. Nacido en Cali, se autodenomina “luchador y perseverante”. Vaya si lo será que se sobrepuso a un golpe muy duro en el aspecto anímico: no pudo correr en el Mundial de Nankín (China), disputado el año pasado. Necesitaba una revancha y se le dio en Buenos Aires. Y se impuso en su especialidad: patinaje en velocidad. “Es un premio al sacrificio. Se deja mucho de lado. Al principio, me sentí un poco inestable, pero fui creciendo carrera a carrera”, cuenta Angulo, quien agradeció el plan de trabajo y contó que no pudo cumplir con la promesa que se hizo si ganaba el oro: subirse al podio con el sombrero colombiano. “No me dejaron por una cuestión de protocolo”, confió.

Angulo recuerda sus primeros momentos con el patinaje. “Era muy inocente, no sabía ni siquiera qué era un deporte. Hasta que Yepes le dijo a mi papá que me veía condiciones”, cuenta. Y empezó a rodar. Con mucho éxito.

Cabezas: salto a la gloria

Como Angulo, Valeria nació en Cali hace 17 años. Desde niña mostró un talento muy claro para las pruebas con vallas. Pero ahora está en su mejor momento. Fue récord nacional en las categorías Sub 18, Sub 20 y Sub 23 en los 400 metros. Terminó tercera en el Campeonato Iberoamericano. Y a Buenos Aires llegó con su mejor marca personal (57 segundos y 74 centésimas). Se impuso entre las ocho mejores en dos carreras. “Estoy muy emocionada por la victoria. Se la dedico primero que todo a Dios, que me permitió estar en esta competencia, y a mi familia, sin la que no lo hubiera logrado; a mi entrenadora, Mirtha Brock, quien siempre confió en mí, y también a mis compañeros, al Comité Olímpico y a Coldeportes”, reconoció esta atleta patrocinada por Postobón en su programa de talentos.

Valeria es una joven alegre, extrovertida y habladora, pero muy centrada y madura. Llegó al atletismo hace cinco años, cuando ganó una competencia en su colegio, el Santa María Goretti, y su papá, Efrén, decidió llevarla a la Liga del Valle.

Allí, la exatleta Mirtha Brock, quien representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Sídney 2000, percibió de inmediato su gran calidad y se convirtió en su segunda madre. La apoyó permanentemente.

“Fue una prueba muy guerreada. A lo último, me asusté porque la vi muy cerca a la brasileña. Entonces, me dije: ‘Yo voy a ir por mi medalla’. Y gracias a Dios, se me dio. A veces es un poco difícil eludir la responsabilidad, porque muchos me dijeron que yo era una medalla fija. Eso puede traicionarte y te pone presión. Traté que eso no me jugara en falso, dejarme llevar y correr como si fuera una competencia corriente”, reflexionó.

Los cuatro fantásticos colombianos de los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires, le dieron el oro al país. Y dejaron claro que hay un horizonte lleno de esperanza. Con el deporte como principal motor. Restrepo, Angulo, Rueda y Cabezas son el vivo testimonio de este concepto. El futuro ya llegó.

Por Daniel Avellaneda

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