Antonio Rizola: “Ahora Colombia juega para ganar, no por participar”

El técnico brasileño de la selección femenina de voleibol, espera que su equipo supere esta semana a los de Venezuela, Perú y Argentina, en el Preolímpico de Bogotá, que otorga un cupo a los Juegos de Tokio 2020.

Paula Casas /@PauCasasM
05 de enero de 2020 - 02:00 a. m.
Gustavo Torrijos- El Espectador
Gustavo Torrijos- El Espectador

Antonio Rizola Neto comenzó a dirigir equipos de voleibol en 1989 y se convirtió en uno de los entrenadores más importantes en la historia de Brasil.

Con experiencia en Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales y Copas del Mundo, hace tres años asumió el reto más importante de su carrera, manejar la selección femenina de Colombia.

Lo hizo porque necesitaba un nuevo desafío y por la propuesta del entonces presidente de la Federación Colombiana de Voleibol, Carlos Grisajes (ya fallecido), pues siempre consideró que en nuestro país había talento para alcanzar mejores resultados de los que había conseguido.

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Y su influencia se comenzó a notar de inmediato, tanto que ya Colombia es potencia continental y esta semana, cuando enfrente en Bogotá a Venezuela, Perú y Argentina, disputará un cupo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“Somos atrevidos. El objetivo era París 2024, pero se nos adelantó el proceso y vamos a pelear con todo para ir a Japón. Hemos trabajado duro y hemos contado con todo el apoyo del Ministerio del Deporte, el Comité Olímpico, la Federación y el IDRD. No será una tarea fácil, pero tenemos equipo para lograrla. Ojalá la gente nos acompañe en el coliseo El Salitre los días martes, miércoles y jueves, desde las 6:30 p.m., porque verán un gran espectáculo”, asegura ilusionado con la clasificación el estratega de origen italiano, graduado como educador físico en la Universidad de Campiñas.

¿Cómo arrancó el sueño de ir a Tokio 2020?

Realmente este proceso comenzó con otros entrenadores en las ligas regionales, porque un ciclo olímpico no se prepara en cuatro años, sino mínimo en ocho. Este grupo lleva mucho tiempo trabajando. Conmigo desde enero de 2017, cuando empezamos a cambiar la mentalidad de las jugadoras, que tenían una condición técnica más o menos, una capacidad física buena, pero necesitaban fortalecer su voluntad de representar bien un país y no solamente sus departamentos. Tenían que aprender a pensar como nación y no como región, además de creer y estar convencidas de que se le puede ganar a cualquier rival, así como se puede perder ante cualquier adversario. Ahora Colombia juega para ganar, no por participar.

¿Qué ha sido lo más satisfactorio?

Haber subido al podio prácticamente en todas las competencias. Colombia ganó su primer oro en un evento internacional en los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2017 y el oro en la Copa Panamericana sub 18, en La Habana 2017. Desde allí siempre estuvimos en los podios. En mayores hemos confirmado el segundo lugar en el escalafón del continente con las finales ante Brasil en 2017 y 2019. Esos son grandes resultados que, sin embargo, no quieren decir que ya garantizamos la clasificación olímpica, porque tenemos un equipo muy joven, con un promedio de 21,3 años. El objetivo con este grupo era un cupo olímpico para 2024, pero estamos adelantados. (Lea también: Así desapareció el padre de Juan Fernando Quintero)

¿Cuál ha sido la clave del éxito?

La no intervención de los dirigentes y de las personas de afuera en el trabajo, en la parte deportiva. Acá trabajamos de la mejor manera posible el equipo técnico y las jugadoras para llegar juntos a una meta, sin la preocupación o los problemas de los departamentos, las provincias o de colores regionales. Lo primero que les pedí fue que defendieran todas el amarillo, azul y rojo. Y lo entendieron. Hoy tenemos un grupo unido en el que la virtud de una compensa la deficiencia de otra, todas trabajan y crecen juntas. Nuestro lema es “Juntos llegamos más lejos”. Cada día nos respetan más a nivel internacional.

¿Se siente satisfecho con el equipo que ha conformado?

Claro que no. Quiero siempre más, aunque todos reconocen que hemos crecido. Crecer de cero a ocho se puede hacer a gran velocidad, pero para hacerlo de ocho a nueve o diez se necesita mayor esfuerzo, dedicación y tiempo. Tanto que ahora trabajamos en Navidad, en Año Nuevo, a mañana y tarde, estudiando a los adversarios y preparándonos de la mejor manera posible, porque lo que se viene es duro. Y esa dedicación nos capacita más para llegar al objetivo, pero no garantiza nada.

¿Cómo analiza a los rivales?

Ellos han trabajado igual que nosotros, también quieren este cupo. Les garantizo que va a ser un torneo espectacular. Argentina es el más fuerte, porque tiene a jugadoras más experimentadas, en edad y en fogueo internacional, incluso en Olimpiadas. Este año jugaron en la Copa del Mundo en Japón 11 partidos. Tienen una estructura de equipo más fuerte. Perú lleva casi tres meses de preparación, con las jugadoras que tienen en Europa, estuvieron en un torneo en República Dominicana y otro en Puerto Rico. Son un adversario tradicional. En el último torneo en el que las enfrentamos, en el Suramericano, íbamos perdiendo 2-0 y ganamos 3-2. Les digo a mis jugadoras que en este deporte se pueden perder dos sets, pero no tres, ese tercero hay que pelearlo a muerte, y así lo hacemos siempre. Venezuela está con muchos problemas internos, por eso no tenemos mucha información, pero supe que entrenó en Cuba y concentró a las jugadoras más veteranas hace un mes. Quienes vayan al coliseo van a ver seis partidos de altísimo nivel, en los que ninguno tiene la victoria asegurada.

¿Cuáles son las características de su equipo?

Es un grupo que juega con muchas ganas, con en corazón. Es muy fuerte tácticamente en su servicio, en su bloqueo y en su defensa. Un quipo que juega muy serio todo el tiempo. La gran ventaja que podremos tener es el apoyo del público, que va a estar con nosotros y va a querer marcar diferencia.

¿Qué significó conseguir la medalla de plata en los pasados Juegos Panamericanos de Lima?

Haber participado en esos Juegos ya fue un tremendo logro, porque fue la primera vez que el voleibol femenino de Colombia estuvo en un evento de este tipo. Llegar al podio y ganarle a Brasil en semifinales, de la manera en la que lo hicimos, fue un resultado espectacular. El equipo jugó muy bien, no tuvo miedo, jugó con ganas y mereció la victoria. Aprovechamos un mal momento anímico de Brasil, que no estaba en sus mejores días.

¿Qué tanto ha cambiado ese plantel?

Está más fuerte, porque un atleta de alto rendimiento evoluciona constantemente. Después jugamos el Suramericano en septiembre y ocho jugadoras se fueron a Europa, hasta ahora que nos encontramos nuevamente. Todas estuvieron entrenando en su clubes con la cabeza puesta en este compromiso, llegaron bien preparadas y hemos trabajado ya los aspectos técnicos y tácticos como equipo pata encarar la competencia.

¿Cuál es el panorama general del voleibol femenino colombiano en la actualidad?

Infelizmente, a nivel interno, no está en el nivel que debería. Tenemos que apoyar más las ligas departamentales y los clubes. Tener un campeonato nacional con más y mejores equipos, porque el voleibol es un deporte muy querido, que gusta mucho, pero los jóvenes no tienen espacios ni oportunidades para jugar más. No podemos creer que el nivel de la selección, que es muy bueno, sea el del país, acá nos falta mucha masificación. Lo bueno es que ya estamos en el camino indicado, con un proceso bien respaldado por la dirigencia. Y en lo deportivo trabajamos con los técnicos colombianos de las selecciones sub 23, sub 20 y sub 18 para darles identidad a los equipos nacionales.

Por Paula Casas /@PauCasasM

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