Luego de haber conseguido el jueves, en Zúrich, Suiza, el título de la Liga de Diamante en el salto triple, por quinta oportunidad, la atleta colombiana Caterine Ibargüen llegó a Bruselas con la tranquilidad del deber cumplido pero con la motivación de hacer historia. Se le vio más relajada, sin la presión de tener que ganar, pues el salto largo no es su especialidad y llegar hasta la final ya fue un logro mayúsculo.
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La antioqueña de 34 años tuvo un primer salto de 6,50 metros, con lo que logró comenzar con pie derecho metiéndose entre las primeras. Luego, en el segundo intento, se emocionó más de la cuenta y se excedió en la carrera, lo que la llevó a cometer falta, por pisar la línea de plastilina. En el último salto de la primera fase, se ubicó primera, tras lograr una ejecución de 6,74 metros.
Hasta este momento las participantes habían sido nueve, pero para los tres finales sólo había tiquete para ocho, por lo que la británica Jazmin Sawyers quedó eliminada. Tras haber terminado primera, Caterine se ganó el derecho a saltar de última en las tres rondas finales.
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En el cuarto salto Ibargüen mejoró su registro y logró una marca de 6,80, ampliando su diferencia ante sus rivales. En el quinto, saltó 6,59 metros y en el último, con la tranquilidad de ya ser la campeona, hizo un salto nulo.
Lo hecho por Caterine es algo histórico, no sólo logrando el título de la Liga de Diamante en el triple salto sino en el salto largo, una modalidad que de alguna manera había abandonado, pero que retomó este año por recomendación de su entrenador Ubaldo Duany.