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A poco más de seis meses para los Juegos de Tokio, 24 deportistas colombianos han asegurado su cupo para esas justas, un número lejano todavía a los cien que tiene previsto llevar el Comité Olímpico Colombiano (COC).
Aunque la delegación nacional será mucho menor a la que fue a Río de Janeiro 2016, integrada por 147 atletas, el objetivo es superar las nueve medallas que se conquistaron en Brasil.
“La gran diferencia en número la hacen siempre los deportes de conjunto, aunque ahora cambiaron y se apretaron algunos sistemas de clasificación que hacen que cada día sea más complicado aumentar la cifra de deportistas”, explica Ciro Solano, vicepresidente del COC y jefe de la misión a Tokio 2020.
Hace cuatro años Colombia llevó a Brasil tres equipos: el de fútbol femenino, que no repetirá, y los de fútbol masculino y rugby de damas, que tendrán sus torneos clasificatorios. Desde el próximo sábado, la selección sub-23 será anfitriona del Preolímpico Suramericano, en Pereira, Armenia y Bucaramanga, que entrega dos cupos para el torneo de fútbol en Japón.
El cupo del rugby femenino lo peleará la selección nacional con las de once países más en el campeonato mundial, en junio próximo, en una sede por definir.
“Estábamos muy ilusionados con el equipo femenino de voleibol, por sus resultados recientes. Estuvieron muy cerca, pero no les alcanzó. El equipo masculino también hizo un gran preolímpico, aunque se quedó por fuera en el último partido. Ahí creo que influyó la falta de experiencia y el roce de nuestros muchachos, que de todas formas mostraron un gran nivel de juego. Por eso seguiremos trabajando con su Federación para que no se interrumpa el proceso”, reconoció Solano, quien destaca que “el apoyo a los deportistas para su clasificación y posterior preparación se ha mantenido, los recursos están”.
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De hecho, desde el 1° de enero, los integrantes de la posta de 4 x 400, liderados por Anthony Zambrano, están trabajando en Quito (Ecuador). El único ausente allí es Alejandro Perlaza, quien estudia y entrena en Estados Unidos.
Entre abril y julio se cerrarán los escalafones de varias disciplinas y entonces se confirmarán los clasificados, pero hay unos seguros, como Camilo Villegas, María José Uribe y Juan Sebastián Muñoz, en golf, y Robert Farah y Juan Sebastián Cabal, en los dobles de tenis.
Los deportes de combate tendrán próximamente campeonatos que dan cupos directos y la selección de levantamiento de pesas tiene ocho tiquetes asegurados, aunque los nombres se deben definir.
“Deberíamos estar por los noventa y pico deportistas, sin contar equipos, que es más incierto. Este es un momento crucial en el que no vamos a bajar la guardia, así vayamos dentro del pronóstico”, advierte Ciro Solano, quien acepta igualmente que “nuestro objetivo, independientemente del número de atletas que llevemos, es superar la cantidad de medallas que ganamos en Río de Janeiro 2016 y Londres 2012”.
En Brasil, Colombia logró ocho preseas (tres oros, dos platas y tres bronces), las mismas que en Inglaterra (un oro, tres platas y cuatro bronces).
Para Japón, las expectativas están puestas en varios de los deportistas que ya subieron al podio y tienen la experiencia para asumir el reto y la presión; entre ellos Mariana Pajón, Caterine Ibargüen, Yuri Alvear, Ingrit Valencia, Leidy Solís, Jackeline Rentería, Yuberjen Martínez y Luis Javier Mosquera.
Las esperanzas de nuevos medallistas están puestas en los pesistas Francisco Mosquera y Jonathan Rivas, el atleta Anthony Zambrano y la posta de 4 x 400, el clavadista Daniel Restrepo y los marchistas Sandra Lorena Arenas y Éider Arévalo, quien ya fue campeón mundial.