De estar en lista de espera, a darle medallas al país en el deporte

Aprovechando la segunda oportunidad que les dio la vida, 16 deportistas se encuentran representando al país en los Juegos Latinoamericanos de Transplantados de Salta (Argentina). Las justas se llevan a cabo desde el 30 de octubre y se disputarán hasta el 4 de diciembre.

Thomas Blanco- @thomblalin
02 de noviembre de 2018 - 12:16 p. m.
Cortesía
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La selección de Colombia de Transplantados, apoyada por Colsanitas, está brillando en los Juegos Latinoamericanos de Salta, Argentina. El país acumula 13 medallas de oro, cuatro de plata y dos de bronce. 

Uno de los guerreros de la delegación colombiana es William Barragán, quien ayer conquistó la presea de plata en los 30 kilómetros de ruta. El oriundo en Armenia, de 31 años, fue transplantado de riñón en 2006. Duró tres años en esa burda lista de espera. “Me enfermé a los 10, a los 12 entré en diálisis. Mi vida quedó en stand by, en pausa. Fueron años eternos en los que vivía hospitalizado. Hubo momentos en los que sentía que ya solo me quedaba morirme. Le decía al universo que por qué a mí”.

El tiempo puso todo en su sitio y una persona anónima donó su riñón y le dio una nueva oportunidad a William. “En ese momento surgió la misma pregunta en mi consciencia: ‘Por qué a mí’. Sabiendo que hay tantas personas esperando un transplante”, agrega quien es un seguidor furibundo de los pedalistas colombianos en las carreteras europeas. De hecho, Miguel Ángel López le regaló unas medias y le ha mandado muestras de apoyo.

“Willy”, como le dicen sus compañeros y “hermanos” del equipo colombiano, trabaja como auxiliar contable y se levanta todos los días a nadar a las 5 a.m. y en la noche monta bicicleta en su rodillo, pues se prepara para competir en triatlón. También estudia contaduría en la universidad. Cero excusas.

Su madre, quien es cabeza de familia, es el centro de su vida. Y su propósito es darles esperanza a todos aquellos que han perdido la fe esperando una llamada que probablemente nunca llegará, o de pronto sí. Eso es lo lindo, también lo crudo. “El altruismo no es una obligación y sale del corazón. Por duras que sean las pruebas, no podemos desfallecer. En la vida hay que saber sortear los momentos difíciles”, cierra el nuevo medallista colombiano.

Otra de esas personas luchadoras de la delegación nacional es Paula Medina, quien ayer ganó dos medallas en natación: oro en los 100 metros libres y bronce en los 50. Una mujer a quien le diagnosticaron cardiomiopatía dilatada a los 21 años. Una enfermedad en el corazón que le impide bombear sangre de manera adecuada. A los tres meses de estar en lista de espera, una mujer de 29 años, de la cual no sabe nada más, le donó su corazón. De eso se trata el servicio, de no esperar reconocimiento ni algo a cambio.

“Yo digo que ella sigue en mí. No sé cómo se llama, pero me salvó la vida y está aquí conmigo. Ahora valoro cada pequeño detalle de la vida. Porque los seres humanos no valoramos cada cosa, cada persona. Me he vuelto muy nostálgica y quiero decirles a las demás personas que sí se puede”, cuenta entre lágrimas. Paula perdió a su hermana cuando era una niña debido a que ella sufría la misma enfermedad y no pudo despertar tras la cirugía. Sabe que su vida es un milagro, por lo que vive cada día como tal siendo chef y nadando. La grandeza de las pequeñas cosas.

Una amiga suya, Ana María Ramírez, diseñó el uniforme de la selección colombiana con flores que tienen forma de órganos. “Floreciendo la vida”, así se llama. Porque rendirse nunca fue una opción.

Por Thomas Blanco- @thomblalin

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