El día que la máquina superó al hombre

Un 10 de febrero, pero de 1996, Garry Kasparov, el mejor ajedrecista de la historia, fue superado por una computadora de IBM.

Camilo Amaya
10 de febrero de 2018 - 09:58 p. m.
El público que se reunió para ver el duelo entre el hombre y la computadora. / AFP
El público que se reunió para ver el duelo entre el hombre y la computadora. / AFP

Los codos sobre la mesa, el mentón apoyado sobre las manos, la preocupación de Garry Kasparov, su incapacidad de rendirse aunque ya no hubiera salida. Del otro lado del tablero de ajedrez, una pantalla, la supercomputadora Deep Blue, diseñada por IBM, para hacer posible lo imposible: evaluar 200 millones de jugadas posibles por segundo. La máquina solo necesitó 37 movimientos para vencer al mejor de todos los tiempos en la primera partida. “Un oponente invisible, pero no invencible”, dijo el ruso que en ese entonces tenía 33 años y la explosividad mental para derrotar a cualquier adversario. 

Tres horas de pensar, de no poder mirar al otro porque, en teoría, no hubo otro. De anotar con un lápiz los movimientos en la planilla, de fijar una estrategia previsible para el oponente. “El ajedrez es un arte, antes que una ciencia o un deporte”, dijo Kasparov antes de sentarse en la silla, de manera contundente, casi como una orden. Sin embargo, la exactitud de la máquina primó sobre los instintos organizados del hombre. Los inesperados y agresivos ataques del genio no penetraron la muralla de la computadora. Todo lo contrario, lo hicieron más vulnerable y, como la gota que perfora la roca, Deep Blue fue atacando el espíritu hasta destruirlo con un jaque mate. (Lea aquí: Garry Kasparov, 50 años de un genio)

“Sabíamos que la computadora tenía grandes fortalezas, pero no tantas para estar a la altura de un campeón mundial”, dijo Chung Jen, el jefe del grupo de ingenieros informáticos de IBM encargados de programar todas las jugadas habidas y por haber para ser ejecutadas a la perfección.

Dicen que ese día, en Pensylvania, Estados Unidos, donde se llevó a cabo la partida, vieron al ruso caminando por el hotel a altas horas de la noche, pensativo, con mirada melancólica, como planeando una venganza. Y la logró, pues en las siguientes partidas, Kasparov se impuso en tres y empató otras dos para un total de 4-2 a favor del hombre. El genio recibió 400 mil dólares de premio, dinero que no ocultó su ofuscación por la derrota, así al final él haya demostrado ser mucho mejor.

“La improvisación también es el camino a la perfección y eso no lo tiene una máquina”, apuntó Garry, quien después reconoció su asombro cuando en el primer duelo la máquina movió un peón a una posición fácil para desconectarlo, es decir, una trampa inconcebible para un aparato que no piensa, que solo analiza números y ejecuta.

Ya después vendrían más encuentros como el del 11 e mayo de 1997, cuando IBM realizó unas mejoras y logró vencer al ruso. Kasparov alegó que la máquina fue manipulada entre cada juego, IBM enalteció la labor de su grupo de ingenieros. Una guerra con muchas batallas y que dejó un suceso histórico para la  ciencia y el deporte: la máquina también puede superar al hombre.

@DeportesEE

Por Camilo Amaya

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar