La lucha de la juvenil karateca Alejandra Ospina

Para competir en los eventos nacionales e internacionales que demanda el manual de cumplimiento de Fedekarate se necesitan al menos $1.400 millones. Más de mil los consigue a través de alianzas estratégicas con las ligas y los entes deportivos municipales y departamentales.

Sebastián Arenas @SebasArenas10
26 de diciembre de 2018 - 12:28 p. m.
La karateca paisa Alejandra Ospina.
La karateca paisa Alejandra Ospina.

Cuando era niña, Alejandra Ospina practicaba porrismo, natación, clavados, patinaje, voleibol y baloncesto. Además, su tía la llevaba a ver a su primo hacer karate. Fueron tantas las veces que asistió a observar esta disciplina que un día el sensei —como se denomina a quien enseña karate— la invitó a unirse a los entrenamientos. Nunca más abandonó las artes marciales. Sus condiciones innatas la llevaron a ganar medallas tan solo dos meses después de comenzar la actividad a la cual dedica ahora al menos cuatro horas diarias en su natal Medellín.

Según el sensei Camilo Cárdenas, entrenador de Alejandra en la selección de Antioquia, ella “es una chica entregada y con talento técnico natural. Posee cualidades físicas excepcionales y es muy comprometida con el trabajo”.

Con 16 años de edad y ocho en el karate, Alejandra ya se colgó dos medallas en campeonatos centroamericanos: una en 2015 en El Salvador y una de bronce en 2017 en Venezuela. Participó en los Panamericanos de Bolivia 2015 y Argentina 2017 y fue quinta en 2016 en un Suramericano. Además compitió el año pasado en el Mundial Juvenil de Tenerife (España).

Logró viajar a esas competencias internacionales gracias al apoyo económico de su familia. En 2017 su madre gastó $12 millones para que su hija representara a Colombia en el exterior, pero este año fue casi imposible ayudarle con los gastos. “El año pasado ella tuvo mucho viajes y estoy superendeudada”, le dijo a El Espectador Ángela Carmona, mamá de la deportista que, por no contar con los recursos, no pudo competir y puntuar para clasificar a los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Su caso refleja el de miles de atletas juveniles en el país que no tienen apoyo estatal. ¿El motivo? Las federaciones no cuentan con suficiente presupuesto y solo cubren las participaciones internacionales de los mayores o quienes tienen mejor ubicación en el escalafón.

La Federación Colombiana de Karate, según reveló su presidente, Eliécer Julio Solera Sánchez, recibió este año $230 millones de Coldeportes, más $66 millones, en salarios de entrenadores. Para competir en los eventos nacionales e internacionales que demanda el manual de cumplimiento de Fedekarate se necesitan al menos $1.400 millones. Más de mil los consigue a través de alianzas estratégicas con las ligas y los entes deportivos municipales y departamentales. “Priorizamos a las selecciones y los deportistas de alto rendimiento que tienen posibilidades de ir a los Olímpicos de Tokio. Quisiéramos financiarlos a todos, pero no nos alcanza”, explicó Solera Sánchez, quien también se refirió al anuncio hecho por el presidente de la República, Iván Duque, sobre la creación del Ministerio del Deporte: “Creemos que sí puede ser una alternativa de solución con el objetivo de que el presupuesto sea mayor e independiente. Yo estoy de acuerdo porque a nivel presupuestal nos puede dar más solidez”.

Mientras tanto, Alejandra Ospina continúa entrenando con la ilusión de representar al país, termina su bachillerato y se prepara para estudiar comunicación audiovisual, porque “hay que balancear el estudio y el deporte”.

Su sueño es ser campeona olímpica y por eso espera que se cumpla lo que dice el artículo 52 de la Constitución Política de Colombia: “El deporte y la recreación forman parte de la educación y constituyen gasto público social”.

Por Sebastián Arenas @SebasArenas10

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