La tarde del 6 de agosto de 2016 fue oscura para el gimnasta francés Samir Ait Said. Su mentalidad estaba puesta en un objetivo: ganar una medalla en los Juegos Olímpicos. Para esto realizó una preparación ardua. Ese día llegó con confianza a la Arena Olímpica de Río. Junto con sus compañeros de la delegación sonreía y contaba chistes. Una buena manera para mitigar el estrés. Una vez comenzó la sesión clasificatoria su cara cambió. Se vio enfocado y serio. Pero todo cambió tras un mal aterrizaje en la prueba de salto al caballete. Sufrió fractura de tibia y peroné.
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Después de la operación, comenzó el difícil proceso de recuperación por parte del francés. El 29 de agosto, sin querer darle ventaja al tiempo, sin querer perder minutos, inició su camino para volver a un deporte que ama. El fortalecimiento de su pierna izquierda comenzó con ejercicios en una bicicleta estática. A paso lento, pero siempre con una sonrisa y supervisado por su entrenador personal. “Se avanza. Empezamos con ciclismo”, escribió en su cuenta de Instagram en donde subió paso a paso su recuperación.
Ça progresse !!! Enfin la reprise du vélo
A finales de septiembre, el 20 para ser exactos, Ait Said esforzó más la pierna. Con ella aguantaba el peso de su cuerpo. Fue un ejercicio que le costó. Su cara reflejaba el temor y la desconfianza, pero aún así lo logró. “Seguimos trabajando a fondo con el fisioterapeuta”, escribió. El tiempo pasó y su progreso mostró mejoría. El 7 de octubre su pierna aguantaba el peso de su cuerpo y algo más. Hizo pesas. A pesar de la plaqueta y los tornillos que le pusieron durante la cirugía. Todo apuntaba para grandes cosas.
A tres meses de la lesión que lo privó de lograr su objetivo en los Juegos Olímpicos ya hacía trabajos para su saltabilidad. Iba ganando potencia nuevamente. La confianza que no se le vio en un comienzo volvió poco a poco. En sus ojos se veía ese fuego por querer volver a la competencia. El 16 de noviembre le sacaron dos tornillos y un mes después trabajó en la máquina creada por la Nasa que reduce la sensación de la gravedad. Sin tiempo para descansar, en enero nuevamente trabajó con peso en su pierna y realizó trabajos de velocidad.
El camino estaba allanado para su regreso al gimnasio. Para volver a practicar el deporte que ama. El 1 de marzo tuvo una gran prueba. Salto mortal desde un trampolín. Sin dudarlo lo hizo. Mató en un abrir y cerrar de ojos los demonios de la lesión que sufrió. “Pronto estaré de regreso”, escribió sin dudarlo. Lo hizo con una sonrisa, porque sabía que ese salto era un paso importante. Continuó fortaleciendo la pierna y en mayo comenzó ejercicios en anillas. “La memoria fisio finalmente terminó. Ahora es tiempo para recuperarse por completo en gimnasio. Ahora es hora de prepararnos para las competiciones futuras”.
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El trabajo duro ha rendido sus frutos. Este francés, fortalecido, está mentalizado ya en Tokio 2020. Aún tiene mucho camino por recorrer, pero está más cerca de ese objetivo. “Aún no es perfecto, pero está empezando a parecerse a algo”, indicó. Paso a paso se llega lejos. Y la manera en la que ha trabajado Samir Ait Said, lo tiene cerca de volver a brillar las competencias de gimnasia.