
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Para convertirse en una leyenda del deporte se necesita mucho más que talento. La prueba de ello es Tom Brady, el mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, que enfrentan hoy a las Águilas de Filadelfia, en el Superbowl 52 (4:00 p.m., por Espn), la gran final de la Liga de Fútbol Americano de Estados Unidos.
Considerado ahora uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, en su época de estudiante en la Universidad de Michigan Brady era apenas el séptimo mariscal del equipo. De hecho, sus entrenadores le aconsejaron que para mantener su beca se dedicara al béisbol o al baloncesto, disciplinas que también practicaba con frecuencia.
Pero su gran sueño era ser jugador profesional y nunca se dejó desanimar por los tropiezos. Ni siquiera cuando en el draft (sorteo de jugadores universitarios graduados) de 2000 fue elegido en el puesto 199. Seis jugadores de su posición fueron seleccionados antes que él. Era considerado débil, lento y con poca visión de juego. Su futuro en la NFL no era promisorio.
A punta de trabajo y disciplina, el californiano se fue puliendo. Contrató psicólogo, preparador físico y chef personal. Le dedicó de lleno su vida al deporte.
“Sin duda su juego ha evolucionado. Cuando empezó era hasta limitado. Ahora, sin duda, es una leyenda”, explica Álvaro Martín, el especialista en fútbol americano de la cadena Espn.
Su compañero Raúl Allegre agrega que “sus números hablan por él, pero además ha sabido variar su estilo, se ha ajustado a los compañeros que ha tenido y como pocos ha aprendido a explotar las debilidades de sus rivales”.
Con los Patriotas lleva 18 temporadas y en ocho de ellas ha llegado a la final. Fue campeón en 2002, 2004, 2005, 2015 y 2017. Perdió en 2008 y 2012.
Vea también:
Tiene 40 años, pero no se duerme en los laureles, se actualiza. Y se sabe motivar. Las derrotas lo han hecho crecer y sus grandes rivales, el más destacado Payton Manning, lo han ayudado a superarse.
En su carrera, Brady ha conseguido 488 pases para touchdown y 5.626 completados. Es el mariscal más ganador de la historia y hoy se convertirá en el más veterano en un Superbowl. “No tiene un gran brazo, pero se deshace rápido del balón y sabe improvisar. Además es un buen estratega”, explica Álvaro Martín, para quien también ha sido fundamental en su éxito la excelente relación que tiene con el entrenador Bill Belichick, con quien ha construido la franquicia más exitosa en la historia de este deporte.
“Dijo que iba a jugar hasta los 45 años. Creo que se va a quedar apenas dos o tres más. Un amigo suyo contó hace poco que en las pasadas vacaciones la señora de Brady le pidió que se retirara antes de que lo retiraran”, cuenta Martín.
Su esposa desde 2009 es nada menos que la supermodelo brasileña Gisele Bundchen, con la que tiene tres hijos y una fortuna superior a los US$500 millones.
Esa cifra deja claro que Tom Brady ya no juega por la plata. Lo hace por la gloria. “Siempre salgo a ganar, como lo hacen los verdaderos competidores. Me halaga mucho que me comparen con las grandes estrellas del deporte, como Messi, Michael Jordan o Mohamed Alí, pero no creo tener nada especial, además de una mentalidad ganadora y mucha confianza en mi trabajo”.
Vea también:
Este domingo, en el U.S. Bank Stadium de Minneapolis, Tom Brady saldrá por una nueva hazaña. Intentará ganar su sexto Superbowl y aumentar su leyenda. Su nombre, en un país de tradición deportiva, será recordado por muchas generaciones gracias a que en la universidad nos les hizo caso a sus entrenadores y siguió persiguiendo su sueño, el de ser simplemente un jugador muy profesional.