¡Los de arriba y los de abajo!

En el primer mes del béisbol de las Grandes Ligas, se bosquejan sorpresas y un panorama de cerradas disputas en los dos circuitos.

Antonio Andraus Burgos
03 de mayo de 2013 - 07:10 p. m.

Todos considerábamos que ciertamente, los Marlins de Miami, no iban a ser contendores de primera línea en la división Este, y desde luego, en la propia Liga Nacional. Algo parecido se pensaba sobre los Astros de Houston, que deja a la Liga Nacional, para integrarse a la Liga Americana. Pero igualmente, pocos votos a favor tenían los Medias Rojas de Boston, cuya reestructuración se mostraba a mediano plazo, pero no de manera inmediata. O por lo menos, eso era lo que se presagiaba.

Si los numeritos en el béisbol tienen algún interés, tanto para seleccionar a un jugador en el momento en que una novena decide hacerlo, como para utilizarlo en determinado lugar en el orden de bateo, y muchas veces, en el aspecto defensivo, bien vale la pena considerar que esos guarismos son más valiosos, cuando se trata de analizar, si es que la palabra en el fondo lo permite, cuándo un equipo está dando buenos frutos y que a lo mejor, su cosecha no es golondrina para esperar un verano inmediato.

Nos estamos refiriendo, desde luego, y respetando muchas opiniones que se puedan dar al respecto, pues el béisbol es uno de los deportes en donde todos los conceptos tienen una validez indiscutible, así no se esté de acuerdo con ellos, a la forma en que se ha desarrollado el primero de los seis meses del extenuante calendario de juegos, y en donde, es la hora de decirlo también, el formato de trabajo efectuado en los campos de entrenamientos, hasta un día antes de iniciarse la temporada regular, empieza a dar los frutos que los técnicos y los gerente generales han hecho para cada una de sus nóminas.


¿Los poderosos Medias Rojas?

Los Azulejos de Toronto acapararon la atención de la crítica con relación a lo que se espera de una novena con la plantilla que cuenta, que trabajó duro, por decir lo menos, para ajustar todas sus líneas y que reforzó, sin duda alguna, tanto su cuerpo de lanzadores como su grupo ofensivo y defensivo, para darle un verdadero vuelco a la divisa para este año.

Las cosas, hasta el momento, no han salido como esperaban los seguidores de la divisa canadiense, y desde luego, una buena cuota de la crítica deportiva, incluyéndonos en ese pastel, observa con preocupación que los Azulejos están languideciendo, por lo menos hasta donde van sus actuaciones. Por eso más de una vez se ha podido asegurar que los títulos en las Grandes Ligas no se conquistan en los entrenamientos primaverales, ni con fabulosas nóminas, sino cuando se juegan uno a uno, los 162 partidos de la temporada regular.

Eso es lo que precisamente han hecho los Medias Rojas de Boston, que tras dos años llenos de actuaciones mediocres, han cambiado el ritmo, los deseos de jugar y de crearle a su afición, con mucho entusiasmo, alguna buena dosis de esperanza para esta campaña.

Superando muchos obstáculos, estrenando estratega, como es el caso de John Farrel, y casi que con la misma plantilla de hace un par de años, los peloteros parecen estar dispuestos, y de qué manera, de echar en el cesto del olvido las campañas del 2011 y del 2012, ambas, a cuales más de deshonrosas, la primera de ellas en las manos de Terry Francona, el hombre que hizo reverdecer los laureles con dos títulos de Series Mundiales, y de Bobby Valentine, la segunda, quien tuvo desde el comienzo, serias dificultades para manejar los hilos del poder frente al puñado de jugadores que, sin poderlo disimular, nunca se sintieron a gusto con el capataz de turno.
Con Farrel, las cosas se muestran de una manera totalmente diferente. Pese a las dificultades normales del juego, el equipo ha rendido de una manera tan regular, que es, al momento de concluir la primera ronda del mes de los seis por jugarse, es el mejor club de las Grandes Ligas.

Con 18 victorias y apenas 8 derrotas, supera a todos los demás franquicias de las dos ligas, y se erige, en este momento, como la novena a derrotar, colocándose, como es obvio, a la vanguardia de la división Este de la Liga Americana, en donde los Orioles de Baltimore, los Rayas de Tampa y los Azulejos, tenían ganadas varias boletas a ganador en sus manos, sin dejar por fuera a los siempre tradicionales Yanquis de Nueva York.

David Ortiz está atravesando un gran momento, al reaparecer después de estar en la lista de lesionados, produciendo 8 carreras en los últimos 4 desafíos; Justin Pedroia, es el líder de la campaña como el pelotero que más se ha embasado y, adicionalmente, tiene 11 carreras fletadas hasta el plato; Mike Napoli, suma 27 carreras impulsadas y es líder en dobletes, con 13 tablazos de dos bases; Mike Carp, bien y oportuno en sus turnos; Jacoby Ellsbury, el mejor estafador por el momento del equipo y de buena parte de los clubes de las mayores; y Daniel Nava con José Iglesias, este último, compartiendo la posición de torpedero con Pedro Ciriaco, sumándolos unos con otros, ofrecen la contundencia ofensiva necesaria y oportuna para estar en ese envidiable primer lugar de la división, ser el más destacado club de la Liga Americana y el mejor de las Grandes Ligas.

Pero el apoyo indiscutible que han dado los lanzadores de los "patirrojos" de Boston a la novena, es para quitarse el sombrero. Clay Buchholz, con 5 ganados y 0 perdidos; Jon Lester, con 4 triunfos y una derrota; Félix Duobront, con 3 victorias sin derrotas; y Ryan Demspter, de quien se espera muchísimo más en su rendimiento de lo que ha ofrecido hasta el momento, con apenas 1 victoria y dos derrotas, ha sido la tabla de salvación en la rotación abridora, mientras que Andrew Bailey, en su calidad de taponero, sumando 5 salvados de 6 oportunidades posibles; y del también cerrador Joel Hanrahan, con 3 rescatados de 4 posibilidades en los cierres de los partidos, le han dado a los Medias Rojas la suficiente capacidad de juego para estar en donde están, amarrando a los bateadores rivales, hasta dejarlos en una lánguida ofensiva de apenas 221 de promedio.

No hay duda alguna. Para los Medias Rojas ha sido un inicio de temporada como en muy pocas ocasiones anteriores lo habían protagonizado. Y ojalá sigan por ese sendero, y no se constituyan en la golondrina que hace verano…y nada más.


Marlins y Astros, grandes perdedores

Sabíamos y se había anticipado, que los Marlins no estaban integrando una novena competitiva para la división Este y desde luego, para la propia Liga Nacional. Pero lo que no estaba en las cuentas de nadie, es que se convirtiera, como en efecto ha ocurrido en este primer gran tramo, en la novena con mayor número de derrotas en todas las Grandes Ligas, es decir, tanto de la Liga Nacional como de la Liga Americana, igualando a los Astros de Houston, con idénticos guarismos.

Observando la plantilla de jugadores, el club merece un voto de confianza por parte de sus seguidores, en consideración a que pelotero por pelotero, la novena tiene con qué llegar a ofrecer una mejor resistencia dentro de la competencia, tanto más, cuanto que varios de los partidos que ha perdido, han sido por la mínima diferencia.

Si con la excelente nómina que tuvo hace un año, los Marlins sumaron 93 derrotas de los 162 compromisos jugados, cuando los propietarios de la franquicia "tiraron la casa por la ventana" para firmar a varios cotizados peloteros que dieran solidez a la divisa, también es cierto que en este 2013, las cosas van a tener el mismo tenor en ganados y perdidos, habida cuenta que sus principales figuras fueron canjeadas o vendidas a otros clubes, y la nómina apenas tiene para cumplir decorosamente con la temporada de este 2013.

Lo preocupante es que las apuestas llegan a considerar que, si este ha sido el comienzo, con apenas 8 victorias contra 19 derrotas, el final parece que no encontrará luz al final de túnel, y los Marlins están llamados a compilar algo más de 100 derrotas para la campaña, un diagnóstico de por sí pesimista pero que, viéndolo objetiva y deportivamente hablando, no tiene nada de raro que ello ocurra, a menos que las cosas cambien a partir de este mes de mayo.

Los Astros, en cambio, desde antes de iniciarse la campaña, se sabía que iban a tener tropiezos; primero, porque se estrena en la Liga Americana, con bateador designado y todo; segundo, porque fue alojado en la división Oeste del nuevo circuito, en donde las cosa se cotizan por lo alto; y tercero, porque la novena se está proyectando para dar la lucha en un par de años. Todas esas consideraciones le dieron desde un comienzo a los Astros, pocos puntos a su favor para este año. Lo que nadie se puede imaginar es que ande discutiendo el sendero de ser el gran colero del béisbol de las Grandes Ligas, al lado de los Marlins.

Si las cosas le dan positivo en los pronósticos, estos dos equipos deben perder, cada uno, una suma cercana a los 100 encuentros.

En el primer mes de la campaña de la pelota de las Grandes Ligas de este 2013, hay mucha agua para ver pasar por debajo de los puentes, y nadie puede cantar victoria por el momento, pues muchas sorpresas, agradables y posiblemente desagradables, se pueden dar en lo que resta del largo camino a recorrer en la temporada, bien con los que están hoy día arriba, bien por quienes están abajo en esta temporada.

Por Antonio Andraus Burgos

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