Rafael Santos Borré: “Volveré a la selección”

El delantero costeño está viviendo el mejor momento de su carrera con River Plate, de Argentina. Sus objetivos son lograr el título de la Copa Libertadores y regresar al equipo nacional de Colombia.

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Daniel Avellaneda Buenos Aires
07 de octubre de 2018 - 03:00 a. m.
 Rafael Santos Borré, delantero de River Plate de Argentina.  / AFP
Rafael Santos Borré, delantero de River Plate de Argentina. / AFP
Foto: Getty Images - Marcelo Endelli
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De aquel delantero ignoto para el medio argentino a este goleador que acapara las tapas de los diarios. De aquella noche negra en Cochabamba, fallando abajo del área de Jorge Wilstermann, a este momento sublime que lo catapultó como goleador de uno de los equipos más grandes de la Argentina. Rafael Santos Borré vivió todos esos estados de ánimo y una metamorfosis asombrosa. Ya no es aquel atacante errático, al que le costaba adaptarse al fútbol de estas latitudes cuando llegó, en agosto del año pasado. Hoy es titular indiscutido para Marcelo Gallardo, quien le echó el ojo cuando este pelado nacido en Barranquilla vestía la camiseta del Villarreal. Diego Simeone no lo tuvo en cuenta para Atlético de Madrid y el club colchonero le cedió el pase a River Plate. Y a fuerza de goles y sacrificio, el costeño se ganó un lugar preferencial en uno de los semifinalistas de la Copa Libertadores de América.

El martes, sin ir más lejos, tuvo un partido consagratorio contra Independiente en el Monumental. Por la asistencia que le brindó a Ignacio Scocco y por el golazo que cerró el 3-1 que impulsó al equipo millonario a la siguiente instancia del máximo certamen continental, la que deberá definir ante Gremio de Porto Alegre, el campeón vigente. Un grito que celebró formando un corazón con ambas manos, una dedicatoria para su mujer, Ana Caicedo, compañera y respaldo de su vida. También, con un saludo militar, gesto que el propio jugador explicó en una frase publicada en su cuenta de Twitter: “El verdadero capitán se hace en la tormenta, no en el muelle”. Y Santos Borré capeó el temporal; navegó en aguas turbias hasta que pisó tierra firme en Núñez. Y nadie cuestiona el sitio preferencial que le dio el Muñeco con la banda roja.

Es jueves en Buenos Aires y el tránsito está colapsado por la realización de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Cuesta llegar al River Camp de Ezeiza, cerca del aeropuerto internacional, pero vale la pena. Espera Santos Borré, se sienta en uno de los lugares especialmente asignados para la prensa y charla con El Espectador. Lleva 11 goles en 47 partidos disputados en el club y ya cosechó dos títulos: la Copa Argentina y la Supercopa Argentina; va por la Libertadores, ese sueño que lo atrapa.

Santos Borré charla animadamente. Le dicen Máquina, porque a todos saluda con ese apelativo: periodistas, hinchas y hasta compañeros. Levanta la mano porque Juan Fernando Quintero sale apurado. Hay comunión entre los colombianos de River. Y hoy son fundamentales para el equipo. “Con Juanfer tenemos una gran convivencia. Ya nos conocíamos en Colombia. Compartimos la Selección Sub 23 y tenía claro la calidad de jugador que es. Fuera de la cancha tratamos de juntarnos, de estar cerca. Con Franco Armani, también. Nos conocemos mucho. Mi mujer y la de Franco se hicieron amigas cuando vinimos acá”, dice Rafa. Y aunque dice que le gusta el reguetón, el que domina los parlantes del vestuario es Quintero al ritmo de “Estamos melos”, el hit de Bomby, el popular cantante chocoano.

¿Imaginaba este momento?

Uno siempre sueña con hacer goles, sobre todo el delantero, y ser importante para el equipo. Pero en los primeros meses que llegué a River me costó adaptarme. El fútbol argentino es muy intenso. Es diferente a otras ligas del mundo. Acá hay mucho ímpetu, pero genera competitividad. Con esfuerzo y el apoyo de mis compañeros, de a poco me fui metiendo en el grupo y en el once. Y estoy muy feliz del momento que estoy pasando.

¿Qué sintió cuando metió el último gol ante Independiente? ¿Fue su partido ideal?

Fue algo muy lindo. Cuando vi que la pelota entraba me dio una felicidad muy grande. Sobre todo, porque intenté rematar a ese lugar del arco. Fue un doble premio, por el acierto y porque servía para liquidar el partido y nos dio la serenidad necesaria para jugar los minutos finales. Fue muy intenso.

¿Le costó caminar por la calle? Porque los hinchas millonarios están enloquecidos con la clasificación a las semifinales.

Me costó dormir, ja ja ja… Cuando llegué a mi casa, mi mujer me hizo ver el partido de nuevo. Ella es periodista. De esa manera, corrijo errores. Después, la gente siempre se porta bien conmigo. Me saluda, me da su respaldo… Los hinchas están eufóricos. Me emocionó mucho ver cómo gritaron el gol. Lo hicieron como si lo hubieran hecho ellos mismos. Es increíble cómo se viven los partidos en Argentina. Son muy pasionales.

Hoy es un jugador muy reconocido en el medio. Todos hablan de Santos Borré.

Siempre tengo los pies sobre la tierra y estoy enfocado en este espectacular momento. Así y todo, no hay tiempo para relajarse, porque hoy ya tenemos otro partido de máxima exigencia con Sarmiento de Resistencia por la Copa Argentina.

¿Cuánto tuvo que ver el cambio de posición, pasar de jugar de segunda punta a ser la referencia del área?

Nunca había sido un “9” definido. Jamás había jugado en esa posición. Siempre me había desarrollado como un media punta y me tiraba a los costados o me movía por las bandas y salía a jugar. Gallardo me prefiere en ese puesto y me dice que trate de aprovechar mi calidad para los movimientos en ataque. La verdad, en un momento me pareció raro que Marcelo me pidiera que jugara ahí. No soy el tipo de jugador, ni tengo las características físicas; pero me está sirviendo porque es un aprendizaje, me hace un futbolista más completo.

¿Cómo es la convivencia con el resto de los delanteros?

Arriba nos conocemos mucho entre nosotros, somos muy posicionales, pero nos estamos llevando bien. Con Lucas Pratto, Nacho Scocco, Rodrigo Mora nos complementamos de la mejor manera. Cada uno sabe cuál es la virtud del otro. Y la competencia permanente nos ayuda a tener esa motivación constante de querer encontrarnos y dar lo máximo para River.

¿Qué significa Gallardo para su carrera y cuánta influencia tiene en este gran momento que está atravesando?

Gallardo es un entrenador fuera de serie. Me da mucha confianza, me pide que crea en lo que le propone al jugador y nunca se equivoca. Marcelo tiene claro qué le puede dar un jugador al equipo y lo potencia. Me mejoró como futbolista. Me dice que haga en la cancha algo a lo que no estoy acostumbrado y uno se pregunta cómo lo va a hacer, hasta que sale porque sólo hay que proponérselo. Es un fenómeno a la hora de leer los partidos. Implementa planteamientos extraordinarios.

Hay química en la cancha y fuera de ella con Juanfer Quintero. ¿Es la mejor combinación?

Eso es muy importante. Hay compañerismo y amistad. Juanfer es un tipo muy tranquilo, que sabe afrontar cada reto deportivo. Juega con alegría, pero también es muy serio a la hora de plantearse los objetivos.

¿Se preguntó por qué no pudo sostenerse en Europa?

Atlético de Madrid es un club con muchas figuras y estrellas. Tener cabida para un jugador joven es complicado. Entonces, me cedían para poder jugar. Uno normalmente se consolida teniendo minutos. Simeone es muy buen entrenador. Permite aprender mucho y trabaja bastante sobre la parte física, porque sus equipos son muy exigentes en ese aspecto.

¿Cree que el juego que está mostrando le dará otra posibilidad en la selección de Colombia?

Estoy seguro de que en algún momento volveré a la selección de Colombia y seré parte del grupo. En ese sentido, trato de manejarlo con tranquilidad. Soy un jugador joven y sé que puedo aportarle buenas cosas a la selección. Con sacrificio, esfuerzo y goles, todo llega.

¿Proyecta el final de este año jugando una final de la Libertadores contra Boca Juniors?

Ojalá nos toque una final contra Boca. Para ser campeones, tenemos que ganarles a los mejores. La Copa Libertadores es el torneo más lindo. Daría lo que fuera para poder ganarlo. Sueño con levantar la Libertadores. Estamos muy cerca.

Por Daniel Avellaneda Buenos Aires

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