Ricardo Gareca: "Aún no estamos clasificados"

Sonríe Ricardo Gareca cuando la pregunta se enfoca en su estadía en Medellín, hace una semana, donde ganó con Vélez Sarsfield ante Atlético Nacional, en el partido de ida correspondiente a los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Se le dibuja una sonrisa en el rostro al Tigre al recordar ese viaje breve pero intenso. “Siempre es un placer volver a Colombia”, dice el estratega, quien supo romper redes en las canchas colombianas hace tres décadas, cuando esa melena larga que todavía lo acompaña era dorada y no peinaba tantas canas. “Me trataron muy bien”, afirma el exatacante de América de Cali, bicampeón en 1985 y 1986 con la camiseta escarlata. Lo hace antes de la revancha frente al conjunto paisa, que se disputará este martes, a las 6:00 p.m. (Fox Sports). Y aunque el equipo argentino tiene ventaja por ese triunfo 1-0 en el Atanasio Girardot, para el otrora goleador no hay nada cerrado.

“Lo peor que podemos hacer es creer que estamos clasificados”, le dice Gareca a El Espectador en el mediodía de la Villa Olímpica, un paraíso bucólico, búnker de Vélez Sársfield. Y agrega: “La llave no está resuelta, ni mucho menos, aún no estamos clasificados. Así como nosotros ganamos allá en Medellín, Nacional nos puede hacer un gol en nuestro estadio. Por eso no debemos subestimar este partido. Hay que estar atentos y concentrados en el objetivo, que es pasar a la siguiente ronda de la Copa. Este es un torneo muy complicado”.

Si lo sabrá El Flaco, quien perdió tres finales del máximo torneo continental entre 1985 y 1988. Como técnico, también le quedó la espina internacional con Vélez. Porque en la última edición se quedó en las puertas del encuentro decisivo, al perder frente a Peñarol de Montevideo en semifinales. Por eso este certamen es prioritario. Para un club que fue campeón en 1993 y hasta llegó a dar la vuelta olímpica en Tokio ante Milan. Para él, que tiene una cuenta pendiente.

Ricardo, ¿por qué dice que la ventaja conseguida en Medellín no es plus para quedarse tranquilo?

Porque no garantiza nada. Ganamos 1-0, es cierto. Y eso nos pone un escalón más arriba por el hecho de haber hecho un gol de visitante, además. Pero hay que estar bien metidos en este partido, porque Nacional es un equipo muy fuerte, más allá de que su presente no sea muy bueno, y en Argentina es muy respetado porque tiene jugadores importantes y conocidos, como Gastón Pezzuti o Cristian Tula.

¿Cuánto puede influir en el ánimo del equipo la derrota por el torneo local ante Argentinos Juniors y, en especial, teniendo en cuenta que después del partido con Nacional se viene Boca Juniors, el domingo?

Estamos en una semana de decisiones. No podemos pensar en Boca antes que en la Copa. Lo que hablé en el vestuario es que tenemos que recuperarnos rápido y seguir adelante, porque el objetivo es el duelo con los colombianos y acceder a la siguiente fase de la Libertadores.

¿Entonces hay que apuntar al aspecto anímico? Porque la presión del público de Vélez se sintió el sábado, en el 0-2 con Argentinos.

Es que futbolísticamente, Vélez viene funcionando bien. Veníamos de dos resultados espectaculares de visitante, en La Plata y en Medellín. Me hace recordar lo que nos pasó en la Copa pasada, cuando quedamos eliminados. Ya no hay tiempo de lamentos. Y si la gente está fastidiosa, será un problema de ellos. Nosotros tenemos que ganarle a Nacional, es una linda prueba para recuperarnos. Ese partido va a ser clave. Tenemos que dar una respuesta sí o sí.

¿Los cambios que hizo el sábado, durante el segundo tiempo, tuvieron que ver con la Copa?

Necesitaba que los jugadores llegaran lo más descansados posible al partido con Nacional. Por eso cambié para que se gradúen los esfuerzos. El equipo, de esa manera, va a poder rendir en pleno desde el aspecto físico.

¿Se supone una ventaja para Nacional que Vélez no pueda ganar en condición de local? En el estadio Amalfitani, hace cuatro fechas que no consigue un triunfo en el torneo doméstico…

Es difícil encontrar alguna respuesta. Donde mejor deberíamos estar anímicamente, no rendimos. No le estamos encontrando la vuelta a jugar en casa. Es algo que, a nivel del campeonato local, no nos dio resultado. Estamos teniendo mejores actuaciones de visitante. En cuanto a Copa Libertadores, exceptuando el partido con Defensor, en el que ya estábamos clasificados, tuvimos una nueva productividad en Liniers.

¿Y qué es lo que más le preocupa de Nacional, teniendo en cuenta el duelo que se disputó en Medellín?

Es un equipo que prioriza la tenencia de la pelota y resulta difícil sacársela. Los muchachos hicieron un esfuerzo muy grande. Tiene jugadores con gran técnica, como es el caso de Dorlan Pabón. Hay que cuidarse, sin dejar de hacer nuestro juego, por supuesto.

Gareca es cauteloso. Este martes en la noche se juega una parada brava. Con Augusto Fernández, recuperado de una pubalgia, como titular. Con Héctor Canteros, ya sin rastros de su sinovitis en el tobillo izquierdo, en el banco. Con Norberto Peluffo en Buenos Aires y Juan Carlos Osorio esperando sentarse el banco, Nacional también tiene una misión complicada: no transformarse en el gran fiasco del fútbol colombiano.

Sonríe Ricardo Gareca cuando la pregunta se enfoca en su estadía en Medellín, hace una semana, donde ganó con Vélez Sarsfield ante Atlético Nacional, en el partido de ida correspondiente a los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Se le dibuja una sonrisa en el rostro al Tigre al recordar ese viaje breve pero intenso. “Siempre es un placer volver a Colombia”, dice el estratega, quien supo romper redes en las canchas colombianas hace tres décadas, cuando esa melena larga que todavía lo acompaña era dorada y no peinaba tantas canas. “Me trataron muy bien”, afirma el exatacante de América de Cali, bicampeón en 1985 y 1986 con la camiseta escarlata. Lo hace antes de la revancha frente al conjunto paisa, que se disputará este martes, a las 6:00 p.m. (Fox Sports). Y aunque el equipo argentino tiene ventaja por ese triunfo 1-0 en el Atanasio Girardot, para el otrora goleador no hay nada cerrado.

“Lo peor que podemos hacer es creer que estamos clasificados”, le dice Gareca a El Espectador en el mediodía de la Villa Olímpica, un paraíso bucólico, búnker de Vélez Sársfield. Y agrega: “La llave no está resuelta, ni mucho menos, aún no estamos clasificados. Así como nosotros ganamos allá en Medellín, Nacional nos puede hacer un gol en nuestro estadio. Por eso no debemos subestimar este partido. Hay que estar atentos y concentrados en el objetivo, que es pasar a la siguiente ronda de la Copa. Este es un torneo muy complicado”.

Si lo sabrá El Flaco, quien perdió tres finales del máximo torneo continental entre 1985 y 1988. Como técnico, también le quedó la espina internacional con Vélez. Porque en la última edición se quedó en las puertas del encuentro decisivo, al perder frente a Peñarol de Montevideo en semifinales. Por eso este certamen es prioritario. Para un club que fue campeón en 1993 y hasta llegó a dar la vuelta olímpica en Tokio ante Milan. Para él, que tiene una cuenta pendiente.

Ricardo, ¿por qué dice que la ventaja conseguida en Medellín no es plus para quedarse tranquilo?

Porque no garantiza nada. Ganamos 1-0, es cierto. Y eso nos pone un escalón más arriba por el hecho de haber hecho un gol de visitante, además. Pero hay que estar bien metidos en este partido, porque Nacional es un equipo muy fuerte, más allá de que su presente no sea muy bueno, y en Argentina es muy respetado porque tiene jugadores importantes y conocidos, como Gastón Pezzuti o Cristian Tula.

¿Cuánto puede influir en el ánimo del equipo la derrota por el torneo local ante Argentinos Juniors y, en especial, teniendo en cuenta que después del partido con Nacional se viene Boca Juniors, el domingo?

Estamos en una semana de decisiones. No podemos pensar en Boca antes que en la Copa. Lo que hablé en el vestuario es que tenemos que recuperarnos rápido y seguir adelante, porque el objetivo es el duelo con los colombianos y acceder a la siguiente fase de la Libertadores.

¿Entonces hay que apuntar al aspecto anímico? Porque la presión del público de Vélez se sintió el sábado, en el 0-2 con Argentinos.

Es que futbolísticamente, Vélez viene funcionando bien. Veníamos de dos resultados espectaculares de visitante, en La Plata y en Medellín. Me hace recordar lo que nos pasó en la Copa pasada, cuando quedamos eliminados. Ya no hay tiempo de lamentos. Y si la gente está fastidiosa, será un problema de ellos. Nosotros tenemos que ganarle a Nacional, es una linda prueba para recuperarnos. Ese partido va a ser clave. Tenemos que dar una respuesta sí o sí.

¿Los cambios que hizo el sábado, durante el segundo tiempo, tuvieron que ver con la Copa?

Necesitaba que los jugadores llegaran lo más descansados posible al partido con Nacional. Por eso cambié para que se gradúen los esfuerzos. El equipo, de esa manera, va a poder rendir en pleno desde el aspecto físico.

¿Se supone una ventaja para Nacional que Vélez no pueda ganar en condición de local? En el estadio Amalfitani, hace cuatro fechas que no consigue un triunfo en el torneo doméstico…

Es difícil encontrar alguna respuesta. Donde mejor deberíamos estar anímicamente, no rendimos. No le estamos encontrando la vuelta a jugar en casa. Es algo que, a nivel del campeonato local, no nos dio resultado. Estamos teniendo mejores actuaciones de visitante. En cuanto a Copa Libertadores, exceptuando el partido con Defensor, en el que ya estábamos clasificados, tuvimos una nueva productividad en Liniers.

¿Y qué es lo que más le preocupa de Nacional, teniendo en cuenta el duelo que se disputó en Medellín?

Es un equipo que prioriza la tenencia de la pelota y resulta difícil sacársela. Los muchachos hicieron un esfuerzo muy grande. Tiene jugadores con gran técnica, como es el caso de Dorlan Pabón. Hay que cuidarse, sin dejar de hacer nuestro juego, por supuesto.

Gareca es cauteloso. Este martes en la noche se juega una parada brava. Con Augusto Fernández, recuperado de una pubalgia, como titular. Con Héctor Canteros, ya sin rastros de su sinovitis en el tobillo izquierdo, en el banco. Con Norberto Peluffo en Buenos Aires y Juan Carlos Osorio esperando sentarse el banco, Nacional también tiene una misión complicada: no transformarse en el gran fiasco del fútbol colombiano.