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Richard Páez: "No pienso dar un paso al costado"

El técnico insiste en que hay que tener paciencia, que su equipo es mejor que el de 2011 y los buenos resultados llegarán.

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Redacción Deportiva
04 de marzo de 2012 - 09:22 p. m.
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Ese famoso ‘coro celestial’ que retumba en las tribunas de El Campín cuando los hinchas quieren manifestar su disgusto con árbitros, técnicos y jugadores, se escuchó con intensidad el sábado en la noche.

El partido entre Millonarios y Real Cartagena no terminaba aún cuando los aficionados embajadores la emprendieron contra Richard Páez, el estratega embajador, a quien las palabras de grueso calibre parecían no afectarle.

Finalizó el compromiso y mientras sus muchachos rezaban abrazados en el circulo central, Páez se dirigió al túnel que conduce a los camerinos. Apenado por la actuación de su equipo, una vez más demostró su serenidad y tolerancia. Mientras recibía insultos, pedía perdón a la fanaticada y hacía gestos de desconsuelo.

Minutos después acudió a la rueda de prensa y explicó las razones por las cuales Millonarios no fue capaz de ganar su primer partido como local en la Liga Postobón, pues empató con Huila y Cartagena y perdió con Nacional. A domicilio igualó con Santa Fe y Once Caldas y derrotó a Equidad, en Techo.

“Lamentablemente se nos va un punto, esta vez contra un equipo cartagenero, como lo esperábamos, bien metido atrás, con doble línea de cuatro, jugando al contragolpe y aprovechando cualquier error nuestro. Hicimos el esfuerzo, tuvimos entrega y luchamos, pero con la desventaja parcial la cosa se complicó más”, señaló el venezolano.

Luego quiso explicar las razones por las cuales envió al campo a Hárrison Otálvaro y Érik Moreno. Antes había ingresado Juan Esteban Ortiz, habitual titular, quien reemplazó a Elkin Blanco.

“Saqué a Humberto Osorio porque necesitaba gol. Y el mejor momento fue tras la entrada de Érik. Dejé a Orlando Berrío porque está jugando bien. Se burlan de él como se burlaban de Édison Toloza en sus comienzos”, dijo antes de agregar que “después me la jugué por Otálvaro para tener más equilibrio. No estaba fácil para clarificar el fútbol por el gran esfuerzo que hicieron ellos en la defensa, pero nos sigue faltando el gol”.

Responsabilidad compartida

En la zona mixta, entre tanto, los jugadores asumían la culpa por no ser capaces de ganar en El Campín e intentaban justificar al entrenador.

Él, por su parte, señalaba que “la responsabilidad es compartida. Esto es un equipo. Nosotros somos los primeros en tener la idea de ganar. Estoy contento por el rendimiento de los muchachos, pero no por los resultados. La estadística va en contra de nuestros goleadores, pero confío en ellos”.

Aclaró, sin embargo, que “esto no es sólo la intención y la necesidad, es trabajar. Hay que seguir para adelante y tengo la seguridad de que vamos a clasificar”.

Aceptó que “el gol de Cartagena fue un error nuestro muy visible, pero el grupo reaccionó y mostró mucha entrega. Si hubo un equipo superior en la cancha, fue el azul”.

Decente y con más tranquilidad de la que podría demostrar cualquier otro entrenador luego de tantas críticas y con enorme presión, Páez, con sutileza, sentenció: “Todos hablan bien de Itagüí y estamos a tres puntos de ellos, no debería haber tanto desespero”.

También se encargó de recordarles a sus detractores lo bueno que ha hecho en el club. “La gente parece olvidar que Millos vivía en medio del fracaso y de la tristeza. Con nosotros cambió esa realidad. En año y medio llevamos tres semifinales y un título de Copa Postobón”.

Páez insiste en que “este Millonarios juega mejor que los anteriores” y dice que “en torneos pasado hemos comenzado mal, pero terminamos clasificando”.

Lo que no puede ocultar es que está planteando mal los partidos y por eso tiene que modificar la nómina antes de que finalicen los primeros tiempos. Tampoco que, salvo contadas excepciones, los cambios no le salen. Y, sobre todo, que hay jugadores de muy bajo nivel, como los centrales Pedro Franco e Ignacio Ithurralde, responsables del gol de los visitantes, además de los delanteros y hasta Máyer Candelo, cuyo talento es tan evidente como su lentitud, lo que hace que el equipo no tenga cambio de ritmo ni sorpresa, porque toca mucho, pero siempre despacio.

Eso sí, Páez no tiene la menor intención de renunciar, porque según él, no hay crisis. “No pienso dar un paso al costado, no lo voy a hacer. No es mi estilo dejar los proyectos a mitad de camino”.

La próxima semana Millonarios visitará al Deportivo Cali, que estrenará técnico, pero pase lo que pase, el venezolano seguirá en su cargo.

Los directivos embajadores han sido claros al señalar que confían en el técnico y que seguirá, por lo menos, hasta el final del campeonato.

A los embajadores les quedan 12 partidos: seis en casa (Itagüí, Santa Fe, Tolima, Medellín, Pasto y Patriotas) y seis afuera (Cali, Chicó, Júnior, Cúcuta, Quindío y Envigado).

Por Redacción Deportiva

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